de apostadura de lágrima en los ojos
conyugado de vino, tristecito
con apretón de angustia en la garganta.
Andaba de la noche a la noche
de pies fríos, de cara sin caricias,
con un fracaso en la mano de la izquierda
y una desilusión en la derecha.
Andaba así, de pena por vestido;
andaba, digo,
porque ya no ando
ya no ando, digo,
porque te encontré.
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