menucito

ahí, capaz, así [ poema inconcluso ]

ahí, capaz, así
cualquier luz destaza
en la más leve quebradura
cualquier sangre sin mugre
y/o algún esperar sellado
a la vera de ese silencio
que
lame y lame/noche a /noche
con sus aguas incautas
en las costillas de la inarmonía/enredadera
ansiosa
que ama los huesos de la desmemoria y
su lenta sarna lenta
sin retorno
sin contorno:
sal negra/ cal roja/ ceniza blanca


estridan

ajan

escóndense en esa piel
curtida en la no-luz/y/también/además/ la ocultación/el hambre
/la sed de sobrevivientes
incurables que rumbean pa’ locaso como
perros en derrota/
no nombre/no domicilio
ni desprecio
/sólo destierro/ destierro/
apenas
sombras callejeras sombras apenas
sin olvido o recordación o nada
que cantan y muerden y curan
/osea
/nada che /
/cantan muerden hacen las sanaciones
/limpian la lluvia que
cunde en su íntimo destierro/ofrecen a todos
el cáliz el ardor la fría madrugada
las raíces el abrazo la saliva un secreto
una botella unas músicas/ cigarrillos
risas ruinas iras rimas
soles mierdas cumbres polvo/ una nube
el barro o un beso una esquina/ ni siquiera restos/miguitas/

insignificancias e insignias

nada importante

esfue la tempestad que refulge en los gestos leves de quien reza
[bajo la lluvia
cayendo como un fuego inmóvil en la extenuación

sortilegio intranquilo

sucio

ocurre
secreto/estalla
en ojos que se vierten como licor espeso oscuro difícil
secreto mínimo licor
cuando
ábrese la morada de los devoradores
en esos/ ojos que piden la noche de la noche/
piden
/porque
no a entender
sino a arder/vienen
a arder en la niebla/excarbar
huecos de luz en la no-luz
hasta llagarse la voz y nacer/brotar/arder/ en
el costadito tibio de la sangre que
no se halla y busca su
tierra en el arrebato/ carnívoro frenesí/de/ la marea
que esparce huesos/ devuelve
/trae a la orilla del silencio astillas y/ huesos
de quien naufraga en lo negro y retorna con
linduras terribles pa’ este lado
donde
la arena minuciosa infecta la mirada doble del espejo
/o máscara
que va desasiéndose de su máscara
/es duro
el trabajo de la pesadilla/o perros/ perros royendo
sus propias sombras hasta
hacer la noche de/ la noche en esos ojos que derrámanse
como licor en la breve y astillada y exacta vibración
que enfría la madrugada imperceptible/el asfalto mojado/el refugio/
/haciéndose así
el silencio
en la memoria exhausta y dañina de los amordazados /
[y despierto. despierto y tengo entre los dientes,
             astillado, ese espejo, y empiezo a mover la lengua y masticar y tragar, y mi boca se hace sangre y mastico
y
trago, despacio, no sé qué hora es, trago la sangre y los pedacitos, mientras una luz             . no,
no una luz
no            un resplandor, una fosforescencia intrusa me
va
poniendo,
de a poco,
mi pieza, la ventana cerrada, mis libros amontonados, mis papeles, el hermoso, insoportable desorden, la gata durmiendo,
respirando a mis pies,
soñando                  me
va
metiendo, ese
fulgor
inútil,
todo eso en los ojos, que me duelen un poco, que no puedo abrir del todo, que
capaz                       no quieren abrirse mis ojos     y trago,
trago hasta que no hay más sangre          ni pedacitos y sólo queda mi saliva
, por fin,
y entiendo               al fin,
creo que entiendo que el silencio            .
o no entiendo, pero por algo, supongo, los espejos no tienen sangre,
por algo
pienso
mi sangre está llena de espejos rotosos que se queman en el ansia de poder mirarse entre sí antes de hundirse en el río seco que les
arde justo justo en el centro.
ahora quiero
un cigarrillo, uno solo. deben ser las nueve, nueve y media.
me levanto.
salgo afuera             sin vestirme.
siento la lluvia, más bien es
una llovizna,
y hay
un viento torpe, indeciso.
me pongo contra la pared, arrinconado bajo la saliente del techo, prendo el cigarrillo y no pienso en nada,
parece
que todo se ordena. paso la lengua por el paladar y siento las ínfimas cortaduras, largo        el humo,
junto saliva y escupo y mi perro se acerca y me mira y mueve la cola y miro el filtro del cigarrillo y hay sangre y creo que entre los dientes
todavía
hay restos de ese espejo que más bien, me parece, era una sombra,
o la memoria gastada de una sombra que sueña, lo que vendría a ser
para el caso
más o menos lo mismo.
escupo de nuevo
en el piso queda la marca de
la saliva                   la sangre
los pedacitos
resplandeciendo como rocío rojo y]
exhausta/ peligrosa /enmarañada
la memoria de los amordazados
circunda lo ávido
sin /abrirse como aguijón
en la ternura
de sal de cal de ceniza/o
huesos pelados huesos
que floran sin cesar la melodía de lo ido
como si nadie estuviese/para oír o morder o /juntar/
reunir en la música los pedacitos
los restos dormidos de una presencia que se extingue sin ruido/
sin esplendor se extingue en el centro mismo de /la corrosión
que serpentea en el jardín/se arrastra/sola/ busca/ la fruta anciana
entre cardos y amapolas/rastrea /
su amnesia en la luz del viento /
se sacía en la savia inhóspita de /raíces/ petrificadas/inmunes
a los dulces conjuros de la carroña/ dulce/densa/dulce mierda
[carroña purísima ésta/ el
confuso sedimento/los requechos relucientes de lo que vendrá
metidísimo en el polvo que va recordando
que levemente /recuerda te recuerda
a vos que no eras que no habías que no fuiste que no sos ni serás
vos
apenas

[…]
Escuchen / los ojos / hasta
raspar
las manos / los rastros
tapados
de polvo / y cemento.
Escuchen / los ojos / hasta
oler
las plazas / vacías
las calles / desiertas.


Basta  / contra
la ceguera.

Barbara Goldar: dos poemas


texto 28
El deseo se había extinguido, como quien abre una ventana en las cercanías de una vela recientemente encendida.
La llama se había apagado.
Ya no había lugar para pasar las horas retozando de cara al techo, para empañar vidrios, para despedir suspiros. La habitación enmudecida, la sala de estar, la casa.
La cama permanecía hecha; debajo del cobertor, las sábanas dobladas. Las últimas humedades se habían evaporado del colchón hacían ya innumerables días, incontable sucesión de estaciones.
Los inviernos, inexplicáblemente helados.
Los veranos, tan lógicamente calientes, de una frescura infinita.
Congeladas las sensaciones, el tiempo, en lo que la más mínima insinuación de sentir hubiera sido sinónimo de pecado.
Y en medio de ese vacío, de esa nada tan concurrida de lo que deja un todo después de haber sido un algo, alguien irrumpió intempestivamente abriendo una puerta.
Apenas hube abierto mis ojos, la pesadilla había terminado.

texto 40
Surgían imperiosas mis ganas de embriagarme. Ellas mandan.
Deseos intensos de un exceso que lo llene todo y todo lo sea.
Ganas de sacudirme de enojo o placer, de sentir brusco, de ser fuego y arder, de ser impulso y estallar.
Pasado de moda el tiempo aquel de la contemplación; ahora soy cuerpo que siente y vibra.
Anhelos de escándalos de medianoche que perturben el descanso de vecinos y sacudan sórdidas angustias.

Proyecto mil y un formas de romperme; las visualizo.
Le doy rienda libre a mis ansias.
Víctima mía ese que no sabe, que es hombre e ignora, que es mente y se mantiene ajeno a mi sed loca.
No habrá piedad para el amor en mi embestida. No habrá un instante de calma.
Ser materia danzante, mi más ferviente deseo.
Y por siempre sentir lástima de aquellos expectantes observadores.

Valentín Corona: "Erase una vez el amor, pero tuve que matarlo", de Efraim Medina

En apariencia, se trata de una serie de historias que se entrelazan a lo largo de la obra. Las aventuras de Rep y sus amigos (Toba, Ciro, Ray), la relación sentimental entre Rep y su chica; las desventuras entre Sid Vicius y Nancy, la caída de Kurt Cobain, el lazo de cariño entre una abuela y su nieto, etc. Yo me atreveré a dibujar mi propia versión de los hechos, la cual, es la siguiente: La historia, en apariencia forzada, representa el estado anímico del mismo Rep, al encontrarse aún, inmerso en su relación con “cierta chica”. En tal sentido que, por ejemplo, Nancy representa la parte intelectual, y Sid, la parte sensible. Entre ambas entelequias se desarrolla un conflicto demasiado profundo, a tal punto que, uno de los dos debe “morir” para que el otro continúe respirando. Del mismo modo, Dillinger representa esa parte “salvaje” que se acrecienta ante la falta de perspectivas claras y bien definidas, dentro de una sociedad que, por lo general, tiende a deshacerse de aquellos que no estén dispuestos a aceptar y cultivar los preceptos que la sostienen, y mantienen, vigente.
Intempestivamente el protagonista principal de la historia irrumpe, dando una descripción de sí mismo, además de una suerte de advertencias:    

“No digo que soy malo pero digo ten cuidado. Soy de una raza indómita, que se mueve rápido, esa clase de seres que deja a su paso un rastro de ansia. Ya no digo mentiras porque perdí la imaginación pero no hay nada que sea confiable en mis verdades.”

Ya sin cortapisas que obliguen a ajustar la conducta a ciertos lineamientos, al saber que no se debe nada a nadie, sino por el contrario, viene el momento de (a la manera del “cobrador”, personaje de uno de los cuentos de Rubem Foseca), Rep y sus amigos, se dedican a llevar una vida licenciosa y hedonista que no acepta un NO como respuesta frente a sus deseos, los que, poco a poco, se van extendiendo hasta llevarlos más allá de las fronteras de Ciudad Inmóvil, Toba es el primero que decide probar suerte en Bogotá. La ciudad lo lleva a perder su antiguo interés político, para adoptar a Bob Marley como su profeta “un profeta marihuanero y gozón”. Del mismo modo, Toba es el primero en enfrentarse a las decepciones del amor. Toba dice que “el amor es un fraude”

“El amor no es un fraude, Toba. El amor es un límite y nos mide.”


Al poco tiempo, Ciro y Rep se mudan a Bogotá, con Toba, la mayor parte del tiempo se dedican a contemplar el cielo raso, y a reflexionar en todo lo que se encuentra a su alrededor, con la paciencia profunda y “ociosa” de los primeros pensadores de la Antigua Grecia, aunque, por supuesto, adaptada a las condiciones de los tiempos que corren:

“La filosofía escruta la existencia pero no nos ayuda a existir. La religión nos enseña a despreciarnos. El arte es una buena coartada pero lejos de casa se vuelve innecesario.”    

Rep es el siguiente en padecer los estragos de las decepciones amorosas, lo que lo lleva a reflexionar al respecto, se ve inmerso entre aquello que quisiera que fuera y lo que es. Por más que se profese una infinita fe en algo, siempre llegara el momento para darse cuenta que algunas cosas (por más que se deseen) nunca podrán ser como uno quisiera que fueran. Y no resta nada más que continuar adelante. Plantarle cara a una vida que, si antes del amor era dudosa, al término se vuelve aún más sospechosa. La impotencia de alcanzar los objetivos y aquello que se vislumbra con ciertos matices de una posible felicidad, así, de un día para otro, se tornan en un dolor agudo que parece difícil de superar.

“Cierta chica sigue doliéndome, no encuentro lo que busco y lo que busco ya no puede ser ella, ella me mandó a ver si la puerca puso y cuando le dije que sí, me mandó a peinar tortugas. Estuve intentando un tiempo pero ya sabes que cuando el amor se apaga es más frío que la muerte. Lo malo es que los dos extremos no se apagan al tiempo y cuando eres el extremo que sigue activo más te valdría estar muerto.”

Las imágenes con las que Efraim Medina nos dibuja los estados anímicos de los personajes nos llevan, incluso, a sentirnos dentro de la piel de estos. La empatía que despiertan nos lleva a asumir una complicidad unilateral, ya que, sabiendo que al llevar la vida por ciertos rumbos, esta, inevitablemente, desembocará en ciertos parajes espinosos que siempre moverán a la adherencia de las causas perdidas. El idealismo romanticista en todo su apogeo.

 “Cuando se está así todo es apropiado, el mundo gira sobre tu mano y aunque no es nada, brilla. Ella tiembla cuando la rozas, te entrega todo, aun lo que guardaba para el mal tiempo. Una dulce y sensible criatura de Dios. Eres su héroe y no tienes que esforzarte para ser bueno y confiado.”     

Y enseguida, el tránsito de tal estado a su contraparte.

“Y un día todo acaba, ella dice jamás y es en serio. Te enloqueces tratando de abrir la puerta que abriste mil veces. Eres para ella menos que un mojón en la carretera.”

A partir de este momento, los amigos se lanzan a una serie de aventuras agrupadas bajo el sugerente título de: PRODUCCIONES FRACASO LTD, cuyo lema es “donde se necesite un fracaso allí estaremos”

Posteriormente, aparece una especie de “libreto” de una película que PRODUCCIONES FRACASO LTD piensa filmar. Entre los parlamentos van apareciendo una serie de preguntas y respuestas que, de alguna manera, nos llevan a pensar al respecto (aunque en el libreto pretendan ser parte de un absurdo, por ejemplo:

P.M.: ¿Qué opinión le merecen personajes de su país como Gabriel García Márquez y Fernando Botero?
Yo: Ninguna.
P.M.: No puede negar que son luminarias reconocidas internacionalmente.
Yo: Esa gente me recuerda a las luminarias del alumbrado público que había en la calle donde nací. Hacía siglos que se habían fundido y nadie se preocupaba por cambiarlas, al cabo, cuando estaban en servicio, tampoco servían para un culo.

P.M.: Sus opiniones sobre el arte han armado un polvorín. ¿Qué opina de ello?
Yo: Sólo dije que la música es un arte que desapareció a finales del siglo XIX, que la pintura acabó poco después y que la poesía no ha nacido aún, que sólo será posible cuando el hombre desaparezca. La poesía, según creo, es alérgica al hombre.

Si sólo pudiera vivir con lo que considero arte ya habría muerto, por fortuna soy capaz de comer mierda como cualquier habitante del planeta, es sólo que no necesito disfrazarla de caviar. Esa es mi diferencia con el resto del mundo: ellos comen mierda todo el tiempo como si fuera caviar, así que cuando tienen verdadero caviar en el plato no lo notan. El notar las diferencias es lo que me hace superior.

P.M.: ¿Qué sugerencias les haría a las nuevas generaciones?
Yo: Les sugiero la inmortalidad del cuerpo y la venta del alma, que en vez de visitar iglesias vayan a las carnicerías.

P.M.: ¿Qué opina del amor?
Yo: es un asunto de velocidad: si no te andas aprisa te joden. Todas esas niñas del culo o del dinero esperan que salgas, apuntan sus balas de plata directo a tu corazón y si no te metes en tu propia velocidad acabarás delirando en una acera como Don Quijote o quizá te conviertas en un perro, al que han apaleado tanto, que lo único que sabe hacer es cubrirse.

P.M.: (el chico) ¿Estuvo enamorado alguna vez?
Yo: Sí, de un popó menguante. Pensar que casi me pudro cuando se fue me hace sentir que soy un popó creciente.

Puedo afirmar que, Erase una vez el amor pero tuve que matarlo, más que el libro clásico que cuenta una historia de principio a fin, del fin al principio, de el nudo al desenlace, etc., es más una obra de ideas que otra cosa. Se trata de un periodo en la vida de un “vividor”, un fragmento de la vida. Y los estragos de esa guerra, eufemísticamente llamada amor.
Retomando la tradición de Fante, Celine, Bukowski, Carver, etc., Efraim Medina toma a la vida real como asunto literario. Que sea la vida misma quien se exprese a través de mi pluma, pareciera decir el escritor colombiano.
También puede verse como un libro de confesión:
      
Uno se mete a escribir porque no fue capaz de pegarle a un chofer que lo puso en evidencia, porque no destrozó los platos en un restaurante, porque no se enfrentó a un policía loco que insultaba a su novia, porque no le dijo a su madre lo mucho que la amaba y detestaba, porque no escupió a un profesor que decía que la tierra era redonda, porque se dejó ganar el puesto en la fila del cinema, porque no tiene oficio ni beneficio, porque piensa que es una forma fácil de hacer fama y dinero, porque si lo hacen mamarrachos como García Márquez y Mutis uno también puede hacerlo, porque no es bueno para los números, porque no quiere ser médico ni abogado, porque está ardido, porque odia a la gente y quiere insultarla (…) porque, erase una vez el amor pero tuve que matarlo.

LA GUITARRA INVISIBLE. Segmento del libro que intercala las causas que, de manera paralela, “explica” aquello que mueve a los verdaderos artistas a sondear en los bordes de la razón y la vida misma. ¿Por qué un escritor escribe? ¿Porqué un joven guitarrista decide volarse la tapa de los sesos? El resultado (y eso es lo más cagante de todo) es precisamente el mismo desenlace que todo mundo vislumbraba, no el que uno deseaba. Para los iguales, represento la evaporación de una nueva posibilidad y, una vez más, el fin de la primavera.
¿Por qué lo hizo? Carole dijo: Se mató por lo mismo que yo me mataría.

En un párrafo más adelante, nos podemos encontrar con la explicación de porqué diablos el amor debe morir algunas veces. Y no sólo morir, sino mejor aún, porque debe ser asesinado.

Mi amor es sobrenatural, un pecado sin Dios, una telenovela sin fin, un nuevo comercial de margarina. Como a quien debo matar es a mí, mato el amor. Como soy el incendiario, el innombrable, lo nombro a él. Como no he podido explicarle a ella cuánto la amo, se lo explico al mundo (…) A veces pienso que ya no amo a cierta chica, que ese amor ha muerto, pero cada amanecer pequeñas y voraces criaturas chupan mi corazón.

Yo no sé si todo el mundo tenga la suerte de toparse alguna vez en su vida con un amor imborrable, o, al menos, muy difícil de trascender.
En lo personal, alguna vez llegue a la conclusión que, al encontrar a la persona capaz de despertar un amor así, y que ésta decida pasar de largo por nuestras vidas, algo muy dentro de nosotros comienza a ser devorado, como el mismo Efraim lo describe haciendo uso de una fábula titulada el valor de la termita, así pues, el autor nos plantea que esa “termita”, poco a poco habrá de ir devorando al bosque del amor verdadero, hasta dejarnos a la intemperie, hasta dejarnos como presas fáciles de cualquier cazador.


Y a modo de epílogo, algunas de las tantas frases esparcidas entre las 180 páginas de esta excelente primera novela de, según mi parecer, uno de los mejores escritores de Colombia, en la actualidad:


“El amor golpea más fuerte que Tyson, se mueve mejor que Alí, es más rápido que Ben Johnson dopado. Aunque calces 48, el amor puede tirarte al piso y hacerte rodar hasta que no quede un pelo en tu trasero. Para que te hagas en los pantalones al amor le basta un suspiro.”

“A veces hay mujeres, las mujeres son lindas por un rato. Cuando estoy enamorado de una mujer, trato de verla lo menos posible; no me enamoro con facilidad, así que cuando pasa procuro que dure. Quisiera amar otra vez, darle lo mejor de mí a una chica. Lo malo es que no sé qué es lo mejor de mí, no estoy seguro que haya algo mejor en mí.”

“Dijo que mi ideal femenino estaba más cerca de un hada madrina que de una verdadera mujer.”

“En mi opinión, amar a una persona quizá sea más fácil que entenderla pero mucho más peligroso porque el amor siempre duele. Uno puede tratar de entender a alguien pero no puede tratar de amarlo. El amor surge involuntario. El amor puede aumentar o bajar hasta diluirse pero no puede imponerse. A veces nos gustaría amar a determinada persona, incluso podemos comprobar que la persona tiene todos los atributos para que la amemos y no ocurre. Uno se acostumbra a cualquiera con mayor o menor trabajo pero acostumbrarse no es amar. No sé si pienso lo correcto o mis ideas son absurdas pero tiendo a creer que el amor existe, que es una invención del hombre y que ahora está fuera de control. El amor más estúpido y delirante es el de una madre por el hijo pero al menos tiene un piso biológico. Pero pensar que te encuentras a una desconocida y al poco tiempo darías la vida por ella me parece inexplicable.”

“Mónica era buena pero incapaz de producirme amor. Si lo analizo en detalle, ella tenía más de lo que podía soñar y creo que eso era lo malo: para amar a alguien ese alguien debe tener lo justo. Un poco menos es insuficiente. Un poco más hecha todo a perder.”

“Hay gente que come para llenarse el buche y esos pueden vivir sin amor pero no sin compañía. Otros morirían de hambre antes que aceptar algo mal preparado. Estos últimos serán eternos solitarios a menso que den con la medida justa. Cuando se piensa en el amor las ideas no tienen consistencia y quizá por ello los grandes filósofos eludieron el tema pero aunque empalague es obvio que nuestra pequeña vida gira en torno a alguien que nos ha hecho felices idiotas o resentidos sabios.”

“Ustedes dirán que exagero pero ustedes jamás serán ella.”