menucito

Para una literatura queer

Una narrativa que pone en escena al cuerpo y al lenguaje como cruce lúdico, que permite indagar los intersticios del poder, y con ello dar paso la apropiación del deseo.

por Cristhian Barragán Pérez

¿Cuál es el recorrido y límite de las identidades sexuales? ¿En qué forma se edifican en el interior de un discurso de poder, a la vez que generan prácticas subversivas? Y sobre todo, ¿cuál es el papel de la literatura en este proceso? ¿En qué forma es capaz de construir un relato de aquella experiencia de fragmentación ligándola al concepto de puesta en escena y performance?

Un primer apunte: el cuerpo es una superficie sobre la que se inscriben numerosos discursos. Aquello que desde el poder ha sido impreso -metafóricamente- sobre la piel, genera una serie de prácticas que se replican a sí mismas (performatividad) hasta crear el esbozo de una identidad, de un ser, de un canon corporal.


El cuerpo, en otras palabras, actúa como el protagonista de una obra teatral que situado en medio del escenario es incapaz de escapar a las voces y las miradas del público, ofreciendo siempre el mismo repertorio, a saber, una reiteración de los actos en los que el amor es siempre el mismo amor, el deseo es siempre el mismo deseo, el sexo es siempre el mismo sexo, (es decir el sexo heterosexual y normativizado) ¿Es posible escapar de estos constructos, desplazar su centralidad y límites, empleando precisamente las posiblidades que ofrece la literatura?
hasta crear el esbozo de una identidad, de un ser, de un canon corporal.

Un segundo apunte: la literatura es performance. Nada más irrevocable que la mutabilidad del texto literario. A partir de su composición es posible movilizar e interpretar la realidad en múltiples contextos y niveles de representación. Ya lo hizo el mismo Herman Hesse en su famoso libro El Lobo Estepario, al interior de su Teatro Mágico -"la entrada cuesta la cordura"- la realidad se descompone hasta convertir a todos sus personajes en figuras de arcilla que se desplazan erráticamente por pasillos y escalinatas.

Performatividad del cuerpo y performance del lenguaje. Cuerpos desdoblados y textos ambiguos. Con la literatura queer se abre la posiblidad altamente lúdica de explorar los intersticios del poder, los rincones innominados del propio cuerpo, y con ello dar paso a una apropiación de los deseos otrora abyectos. Todo a cuenta de subvertir los elementos constitutivos de la literatura, vale decir el sujeto literario, interpelando e incomodando al lector, cuestionando el sentido mismo del relato, su estatus ontológico, empleando para ello estrategias alternativas de creación y distribución (por fuera de las casa editoriales, haciendo un uso extensivo de los soportes digitales, supresión del famoso "agente", etc).

Lo importante, en cualquier caso, consiste en seguir escribiendo, en seguir experimentando, en comprender que el relato es consustancial a la vida misma y transcurre en todos los momentos y ámbitos, y que para convertirlo en texto no hay más que procurarse la sobriedad necesaria para conferir a esas experiencias el ropaje más apropiado: el de la literatura.

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Texto publicado originalmente en la Revista Equidad y en el blog de Cristhian Barragán Pérez

Drácula, una metáfora

El Grupo de teatro callejero La Runfla está presentando su versión del Drácula de Bram Stoker. Muchos son los abordajes que se han hecho del mito del vampiro en los diversos lenguajes artísticos, pero entre las páginas de la novela de Stoker se encuentra la esencia del mito.
Por María Eugenia Vidal


La Runfla viene trabajando y experimentado una forma de abordaje para la actuación en espacios abiertos.
Sus integrantes cumplen 20 años de permanencia con este ritual callejero y comienzan a celebrarlo con este nuevo espectáculo basado en el mito de Drácula.
Muchos son los abordajes que se han hecho del mito del vampiro en los diversos lenguajes artísticos, pero entre las páginas de la novela de Stoker encontraron lo que consideran es la esencia del mito.
A la que suman también la sugestiva historia del verdadero conde Vlad Tepes - Dracul.
Tomando como base que Drácula se traslada siempre para tomar otras tierras para saciar su sed, los espacios son:
Lugar de recepción, una escena de advertencia de la gente para no ingresar al castillo, llegada al castillo con el recibimiento del conde Drácula con sus vampiresas, entre fuegos que invitan a entrar al castillo; otro lúgubre espacio donde se suceden las escenas hasta la partida de Drácula a Inglaterra donde los gitanos que lo llevan invitan a trasladarse a un nuevo espacio.
El cementerio y el hospital manicomio son los lugares a visitar donde las escenas se alternan hasta que finalmente se va tras el vampiro. En el último espacio los personajes de la recepción entregarán los certificados de concurrencia sólo a los que lleguen al final de la historia.
Estos espacios son ubicados dentro de lo que el paisaje natural sugiere tratando de climatizarlo con la música original y luces suficientes para que se pueda ver.
El Parque Avellaneda es uno de los territorios que los medios de comunicación usan para hablar monotemáticamente de la inseguridad, y la forma sensacionalista de comunicarlo han hecho aumentar la paranoia. Esto hace que se torne más violenta la relación de los transeúntes en la vida cotidiana. El espacio público no duerme y en el afán de La Runfla por compartirlo a través de sus espectáculos les hace comprobar que el peligro que puede o no existir poco tiene que ver con el horario o con la cantidad de gente que lo habita.
A las cuatro de la madrugada o al anochecer no deja de ser interesante por su silencioso aire más puro y sobre todo para ver juntos que más tarde o más temprano todavía amanece.
La Runfla produce y promueve el teatro callejero siendo hoy el principal grupo en esta disciplina de Argentina. Todos los espectáculos que realiza son al aire libre y el público puede acceder a ellos en forma gratuita. Su director comienza a desarrollarse en el teatro de calle como integrante fundador del mítico grupo “Teatro de la Libertad”. Desde entonces ha desarrollado un trabajo ininterrumpido en pos de instalar al teatro callejero dentro de la producción teatral de la ciudad de Buenos Aires y del interior del país, produciendo impactantes montajes.


[Funciones] 
domingos a las 2:30hs (sábado a la madrugada)
Última Función: domingo 17 de Diciembre
Parque Avellaneda: Av. Directorio y Lacarra.
Informes: 4672-5708 - 1565231758
Colectivos: 4,5,7,36,46,49,50,55,56,86,88,92,97,103,104,107,114,126,141,155,180,182
Entrada: libre y gratuita (a la gorra)

[Ficha artístico técnica] 
Actúan: Gabriela Alonso, Victoria Egea, Javier Giménez, Leandro Maidana, Lucía De Biasi, Pablo Otero, Fernanda Sancinetto Sayus, Lorena Urrutia Núñez.
Dispositivo Aéreo, diseño e instrucción de actores: Andrés Criniti.
Música Original: Sergio Sainz.
Vestuario: Stella Rocha.
Escenografía y Utilería: Stella Rocha, Osvaldo Rocha, Juan Carlos Benítez.
Operación de Sonido y Luces: Franco Alvárez, Graciela Verón.
Fotografía: Mauricio Grosso.
Asesoramiento Wings: Nasmah
Prensa: Simkin & Franco
Dirección y Puesta en Escena: Héctor Alvarellos.
Duración: 105 minutos

Diagonales espaciales

Con su segundo disco Las Horas, Indiana se convierte en la nueva promesa del rock platense.
Por Joel Vargas

La Plata está infestada de diagonales feroces, que fueron planeadas estratégicamente. Hasta se podría pensar que irradian impulsos artísticos. Pasemos lista: Los Redondos, Virus, Peligrosos Gorriones y toda la factoría de Laptra. Grandes emprendimientos donde la creatividad marca tendencia. Indiana no parece ser la excepción a la regla: melodías intermitentes, letras que desmenuzan situaciones cotidianas y rock espacial de la escuela de Los planetas.
Su última producción es un atentado contra los corazones rotos, diez canciones melancólicas y hermosas. Las pruebas son “Canción para Emilia” donde Pablo Siciliano, entre punteos hipnóticos, se despacha con frases que muchos pensamos alguna vez: “no me digas que es verdad, sé que no sabrás que hacer cuando me llames”. La canción que le da nombre al disco tampoco se queda atrás con eso de instaurar frases poderosas: “no dejes que nadie te marque las horas”.
Pero “Suiza” se lleva todos los premios con guitarras finamente distorsionadas, un teclado envolvente y una oración que se te queda tatuada en las neuronas: “no todo es el fin del mundo, no creas en la verdad, la verdad es una cosa más”. Es una de esas canciones que llenan vacios en las madrugadas solitarias, una carta de amor sonora.
Indiana se vuelve épica en “Premio del Público” y te pide que no olvides su nombre: “cuando Dios me honre y yo ocupe su lugar”. Una guitarra acústica marca el camino, se va mezclando de a poco con guitarras sucias hasta llegar al gran final: una explosión de cuerdas en el cielo.
También hay lugar para personajes pintorescos como “Mark”. ¿Pero a qué Mark se refieren? ¿Al que Luca le dijo que se calle? O ¿al cantante de Screaming Trees? O ¿al creador de Facebook? Nunca lo sabremos, solo sabemos que Siciliano y compañía te exigen “quiero que sufras por él, quiero que mueras por él”.
“Himno a un futbolista del montón” es un homenaje a esos guerreros y románticos ignotos del futbol, los que traban con la cabeza, la revientan a la tribuna y meten un pase gol. Algún día corearan su nombre en la capital bonaerense y tal vez se convierta en un lobo o un león.
Luego siguen tres nuevos mundos: “L'avventura”, un trip galáctico; “Tragedia en Brasil”, una road movie espacial, y “Un poeta chino”, un cadáver exquisito melódico. El gran final es “En mi defensa”, una despedida agonizante donde Siciliano grita: “si alguna vez fuiste Dios, te pido que me ayudes de vuelta”, mientras la guitarra llora un solo interminable. Y la remata con “lo hice sin pensar, no fue nada”. Modestia aparte ¿no?

Poesía y pintura: Blanca Haddad




Caracas es una novia loca
Caracas es una novia loca.
Te ama como nadie te ha amado.
Te besa, te lame, te abraza,
luego te jala los pelos,
te grita, te atropella
y llora.
Llora por sí misma
por sus errores,
por su abandono,
por los políticos que la han abusado,
que la han saqueado,
sin pudor ni vergüenza.
Caracas es criminal,
para lo bueno y lo malo.
La cota mil estira su cuerpo callejero
y te enamora,
te regala la montaña
¡y todo lo que quieras!
Cuando vas en moto- taxi
los arboles te soplan en la cara,
se rinden, se estrellan,
caen heridos de Caribe.
Los autobuses son altares,
de José Gregorio Hernández
y el Negro Primero.
Tu rezas para salir ileso
cuando el malandro solitario te roza,
se fija en ti.
Caracas es salsa brava.
La gente te saluda, te comenta,
te advierte

que todo sabe rico.
Queso telita.
Hallaca con casabe.
La merma.
Caracas es la merma.

Los charleros la aman
porque es fácil convencerla,
llevarla a la cama.
Caracas es inocente,
porque lo dice todo,
porque se le nota todo,
porque todo le atrae y todo lo desea,
porque se martiriza a sí misma,
con sus delitos,
que empiezan y terminan
allí mismo.
Caracas prefiere ser acusada que acusar.
Caracas no es como otras ciudades,
que envían tropas al extranjero
a matar.
Caracas es una novia loca,
a veces quieres escapar
pero la necesitas
para que te de mil besitos,
y te cuente sus historias
de risa y llanto.
¿Y qué puedes hacer?
sí estas enamorado de Caracas:
te jodiste
con amor.

El último árbol de tu barrio
Cuando cae el último árbol de tu barrio
sabes que algo anda mal pero no te das cuenta
solo pasas frente a los contenedores
y ves ramas, todavía vivas, mezcladas con el polvo
y el cemento.
Sigues tu camino porque hay que seguirlo,
no puedes llamar al trabajo y decir:
“Ha muerto el último árbol de mi barrio.”
El regente de la fábrica de tornillos
no entiende de ese tema,
pero algunas compañeras me contaron
que sus barrios también están enfermos
de lofts, parquet y muebles industriales
del IKEA.
Que han desaparecido los hermosos patrones
en la loza del suelo,
que las puertas nuevas son de hierro.
El mercadillo de Les Encants cada vez esta más lleno
de historia desechada,
de llaves que no abren ninguna puerta.
Yo voy allí a rescatar lo que me cabe en los bolsillos
y aunque esta historia no es mía
siempre me ha dolido el pasado olvidado.
Cuando cae el último árbol de tu barrio,
sigues tu camino
mezclado con polvo y cemento,
ves ramas,
historia desechada,
y sabes que algo va mal
aunque no quieres saberlo.
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Contacto de la autora:Tropipunk-caribe contracorriente-

Comida, Carver y teatro. Qué más querés

La obra dirigida por Adrián Canale, es una propuesta más que interesante para abordar un momento cotidiano entre literatura y representación teatral.
Por Nadia Sol Caramella

¿Qué hacemos el finde? ¿Comemos algo y vamos al teatro? Mejor hagamos dos planes en uno; el universo carvertiano lo hace posible. En “Parte de este mundo”, el espectador/actor y los seis protagonistas comparten comida y vino en una mesa larga tipo Benvenuto.
La consigna del colectivo Puerta Roja y el grupo teatral H30 gira alrededor de ocho cuentos del estadounidense Raymond Carver, uno de los padres de eso que llamamos realismo sucio. La propuesta teatral se sostiene en la conversación misma. La charla durante la cena es el motor de la obra. Al apelar a los movimientos de la conversación, que puede llevarnos a lugares insólitos, cada función es distinta. De ahí que sea posible que la actriz que viene de una escena de desgarro emocional nos pida permiso, se coma una aceituna y siga con lo suyo.
La puesta en escena no establece distancia; la representación es un desafío. Sin una cuarta pared, el espectador transita por nuevas sensaciones. Los actores interactúan de una punta a otra de la mesa, nos invitan a participar mientras le hablan al anfitrión que se sienta a nuestro lado: nos sentimos personajes de Carver más que otras veces porque lo estamos viviendo ahí. La lectura es el imaginario que condiciona cada paso que dan los actores, pero hay algo de lo otro, que es el movimiento vital de los momentos que pasan entre charla y charla. Llenan la copa y nos piden, entre una línea de diálogo y otra, que nos sintamos como en casa. En la mesa -junto al vinito- hay viejas ediciones de libros que el espectador puede degustar, igual que la comida.
Lo cotidiano de los relatos del autor norteamericano da cuenta de este inusual abordaje teatral y de la conexión dinámica entre actores y público. Los cuentos son la clave de que estemos ahí acomodando el mantel de hule. Se come, se bebe, se habla y se relatan cuentos. La teatralidad nace desde lo más sencillo y simple de la comunicación, sin artificios ni imposturas.
La literatura carvertiana emerge del vacío inicial de todas las cosas, de la construcción palabra a palabra y del relato estremecedor y preciso, ideal para una mesa que nunca estará del todo servida. Porque siempre hay algo que se nos escapa, como todo en la vida. Con este trabajo, el colectivo cierra la trilogía inspirada en los textos del autor que había comenzado con “Parece algo muy simple” y “Hablar de amor”.
El grupo H30 asegura que “si el primer trabajo que estrenamos `Parece algo muy simple´ hace referencia al tema del perdón, y en `Hablar de amor´ se gira alrededor del amor y sus consecuencias en la vida de las personas, `Parte de este mundo´ une ambos trabajos en la falta de certezas de cada una de las personas a las que el relato atraviesa”.


[Ficha Técnica] 
Elenco: Tian Brass, Valeria Castro, Sergio Di Florio, Yanina Manocero, Silvio Palmucci y Ximena Viscarret
Asistencia de dirección: Belén Bevcar
Asesoramiento en vestuario y ambientación: Gabriela Delmastro
Prensa: Simkin & Franco
Dramaturgia y dirección: Adrián Canale

[Funciones] 
Sábados a las 20.30hs
Colectivo Teatral Puerta Roja: Lavalle 3636
Informes: 4867-4689
Entrada general
Opción 1- $50 (Con cons. incluida)
Opción 2 - $30
(Si el espectador trae un vino o la comida que desea consumir durante la función)

Llueven Uñas- Alberto De Mari

La tendencia me enerva. El ahogo, aún constante, se manifiesta sereno y controlado, pero siem-pre en pie de guerra. Es como si las fuerzas que yo mismo me provoco, y que me son desconocidas, esperaran algo de mí. Abrumado, siempre. A decir verdad, uno siempre esta abrumado,todos y a toda hora. Ya sea de lucidez, de paz, de hastío o de mal. Así uno no tenga la seguridadde estar involucrado, en su totalidad, en tal o cual estado, uno esta abrumado precisamente deeso, la sensación de división, de reconocerse mil cuerpos pero ni una sola cara, de un medio enel medio, que así y todo puede llegar a estar arriba o abajo. Uno esta abrumado porque se sabey se siente, pero sobre todo porque se dice, con todo el furor que eso implica. Además de abru-mado, suelo estar perdido. Un día caminaba por lo que yo creía, un sitio seguro. Aquél pensa-miento hacia mi caminar tranquilo y despreocupado, yo flotaba con mis pies pegados en el piso.Caminé largo tiempo tan desinteresado por lo que me rodeaba que me perdí. No era una situación nueva, pero no podía acostumbrarme, el miedo no variaba y barría con todo lo abstracto yseguro que había en mí. Estaba perdido y la noche me había encontrado, por mis propios me-dios jamás podría encontrarla. El cielo estaba nublado en su totalidad, impedía que la luna pu-diese guiarme con su luz. Realmente estaba asustado pero con la lucidez suficiente como para buscar una salida pronta a mi situación. Tomé varias ramas del suelo para ver si podría hacerfuego. Se veía que había llovido y las ramas aún no estaban secas en su totalidad, sin embargoinsistía, frotaba, frotaba, me engañaba con la absurda creencia de que las ramas se secarían acausa de mi repetidos intentos. No me detenía, frotaba, peleaba, las manos empezaron a san-grarme, frotaba, peleaba, la piel empezaba a caerse. Sin darme cuenta, en medio de mis frenéti-cos intentos, las ramas junto con mi mano cayeron al suelo. Era el fin, pero resignarme no era lomío. Aún podría despejar algunas nubes para permitir que la luna me salve. Comencé a saltar,saltaba con mi brazo extendido para ver si lo lograba, soplaba, soplé como nunca pero no habíacaso. Por una distancia mínima no podía llegar a las nubes. Luego de un breve lapso de resig-nación pensé en mi brazo sin mano y me pregunté ¿de qué me puede servir un brazo sin mano?Sin problema arranqué aquel brazo sin mano, para así poder despejar un pequeño trozo decielo que permitió que la luz me guíe, y que por fin, ya pueda volver a mi sitio seguro