menucito

Poesía: Martín Pérez




¿Llueve o estás llorando?
Nunca lloro. Pero siempre llueve.

 •  

La ausencia es algo presente
como una manzana que se va oxidando
al contacto con el aire
oscureciéndose
poniéndose morada mientras nadie
se decide a tirarla
a poner orden
de una vez

 •  


Entre sueños de leche
y dulces de invierno
te mantengo viva
ahí esta tu sangre
en mis sábanas limpias
sin ninguna herida

 •  

Tengo una novia que me odia. No siempre fue así. No siempre fue mi novia. Aquí está, a mi lado, corriendo alrededor del Parque Centenario. El esfuerzo le impide hablar, pero el odio por el mundo que la corroe por dentro le sale por los ojos. Y esos ojos no tienen otro al que mirar que no sea yo. Por eso se que me odia. Porque ella no puede hacer otra cosa que odiar. Y siempre soy el que tiene más cerca.


[Sobre el autor]

Martín Pérez (Buenos Aires, 1967) es sub editor de Radar, el suplemento cultural del diario Página/12, conduce el programa de radio online Música Cretina y coordina el ciclo Martes de Poesía y Música en el CCEBA. Es periodista especializado en cultura popular y masiva desde hace dos décadas y fue uno de los fundadores tanto de la revista La Manocomo de FM La Tribu. Susartículos forman parte de los libros Los Redondos (1992), Las mejores entrevistas de Rolling Stone (2006), y Cine Argentino 98/08 (2008). El blog Vidas Pasadas es su primer intento de recuperar viejos textos inéditos de poesía y prosa

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Dasein


Hace unas semanas Honeycomb presentó Existencialismo, la muestra del artista Francisco Díaz. Esta serie sugiere una búsqueda profunda y crítica de cómo el hombre habita en el mundo, tomando como motivo de la narrativa a la cabaña de Heidegger. Una mezcla osada que engendra una obra madura, reflexiva y sugerente.  
Por Escrituras Indie  


En la soledad de los campos, el horizonte con su magnetismo, la naturaleza devorando la finitud de los hombres, de eso se trata el Dasein, del “ser ahí”. El ser es un ente arrojado al mundo que se sabe muerto de antemano, por eso su vida es autentica. El existencialismo de Heiddeger y la cabaña en la que el filosofo se refugió después de la caída del partido nacionalsocialista, son el fundamento de la muestra Existencialismo.

La serie renueva la mirada acerca de la filosofía heideggeriana y la reubica en el plano de la expresión pictórica. Cada imagen pareciera remontarnos a un ángulo de aquella casita construida en las montañas de la Selva Negra, al sur de Alemania. Mediante trazos delicados y colores cálidos la cabaña queda suspendida, o asida a pequeñísimas estructuras que asoman por detrás, el paisaje termina por completarse en la mirada. Díaz logra deconstuir la edificación y montarla en una nueva perspectiva, que nos permite acercarnos, de manera más intima y subjetiva, al existencialismo.

Los pensamientos de Heidegger estaban estrechamente relacionados con el habitar el espacio. La cabaña pone de manifiesto la relación del “ser ahí” y la naturaleza como horizonte en el que los pensamientos van tejiendo una historia. En ese contexto el filosofo escribe “Ser y tiempo”, una de sus obras fundamentales. Heidegger vivió en la cabaña a lo largo de cinco décadas, casi siempre solo,  develando una intimidad emocional e intelectual entre el edificio, su obra y el ambiente natural que lo rodeaba.

Existencialismo abre nuevas interrogantes, de cómo nos relacionamos con nuestro espacio y de qué manera lo habitamos. Según esta filosofia el hombre se pierde en el mundo de las cosas, y es su existencia,  la que termina por asir las cosas al mundo, de otra manera no habría nada. La naturaleza sin el ser, no tiene historia. Esta muestra hace foco en esa interdependencia, incluyendo paisajes grises, blanco y negro, la cabaña en distintas versiones y colores. En síntesis: el dibujo y la pintura, puestos al servicio de la creación de una voz para que esos paisajes y edificios cuenten su historia.  

Ante la soledad de la contemplación nace el recogimiento, y como observadores hacemos el camino inverso al del artista, mientras que él se expone a la mirada externa, nosotros miramos hacia adentro de nuestra existencia. La inmensidad de la naturaleza ahí evocada, nos provoca a la intimidad, a la desnudez,  a lo pequeño, a lo ínfimo: al hombre en el mundo. 


[Sobre la muestra]

Galeria Honeycomb 
Bondpland 1463 (timbre rojo) CABA

La muestra puede visitarse hasta el 22 de diciembre

Entra libre y gratuita


[Más sobre el artista]

Micro-excursiones: Jonás Gómez


[Micro-excursiones] es un cuestionario que va en busca de escritores, con el fin de conocer sus ficciones personales. Es una adaptación, algo transgredida, del cuestionario Proust. Las preguntas son simples e impersonales, pero a la vez pretenden ser un disparador. Es el primer cuestionario en donde las preguntas no importan. El merito y la inventiva corre por cuenta de los escritores.

[Autosemblanza

Nací en 1977, en Buenos Aires. Desde chicos, a mí y a mis hermanos, nos inculcaron el dibujo y la música. Mamá estudió dibujo y en casa siempre había lápices, marcadores y papel para dibujar. Papá tocaba la guitarra, así que también había un instrumento y música cerca. Estudié dibujo y pintura en un centro municipal que se llama CEAVAO, a veces toco la guitarra y pasé por muchos talleres de escritura. Aunque ya no estoy involucrado con el dibujo me quedó la curiosidad de ese período, me interesa escuchar y pensar en todo lo que esté vinculado al arte, sea plástica, música, cine (tengo épocas de espectador compulsivo de DVD´s clonados) escritura, etc.
Por el momento tengo tres libros editados, Equilibrio en las tablas, por Mansalva, primer premio Indio Rico 2009, El dios de los esquimales, por Ediciones Diatriba, de Santa Fe, y Planos para construir dos ciudades, por Mancha de aceite. También participé de proyectos colectivos de escritura, como la antología Si Hamlet duda le daremos muerte, el cuarto volumen de la antología de Poesía manuscrita, las plaquetas de P.L.U.P, ahí edité Zorzales en Munro, y las plaquetas de Acción Creativa, de Coronel Suárez.
Trabajo como corrector, editor y difusor de una editorial política y doy talleres de escritura con Pablo Moller.


[Micro-excursiones]

1. ¿Qué condiciones se tienen que dar para que empieces a escribir?

Necesito tener una idea, una imagen, una combinación de palabras. A veces escribo a partir de un tema general, me da buenos resultados generar un proyecto de escritura a partir de la exploración, que puede partir de algo específico o amplio, funciono de las dos maneras.

2. ¿Cuál es tu héroe o antihéroe de ficción favorito?

Hace unos meses leí Nuestra pandilla, un libro de Philip Roth sobre Nixon. Por un tiempo tuve una foto de Nixon como foto de perfil en Facebook. Tenía ganas de viralizarlo por las redes sociales, hasta había pensado en mandar a hacer prendedores con su cara, como réplica de los que se repartieron en su campaña presidencial. Vote a Nixon.

3. ¿Qué talento desearías tener?

Me gustaría saber andar en skate. Anduve un par de veces pero no funcioné del todo bien sobre la tabla.

4. ¿Cuál es tu posesión más atesorada?

No sé, soy bastante desapegado con los objetos, de a ratos me encariño con alguna prenda, o un libro, pero no sé si hay algún objeto que atesore particularmente.

5. ¿Cuál es para vos la manifestación más clara de la miseria?

Supongo que hay muchas manifestaciones posibles de la miseria, la que se me ocurre  en este momento sería el desconocimiento del otro, la negación de las necesidades del otro.

6. ¿Cuál es la cualidad que aprecias más en una mujer?

No hay una específica, si estamos hablando de atracción creo que se tiene que dar un combo. Atracción física, inteligencia, sentido del humor, sensibilidad, ética. No sé si la pregunta apunta a lo que me atrae en una mujer o lo que aprecio en una mujer.

7. ¿Cuál es la cualidad que aprecias más en un hombre?

Inteligencia, sentido del humor, ética, lealtad.

8. ¿Cuál es habitualmente tu estado mental?

En general intento que sea la calma, pero maquino mucho, pienso mucho, fantaseo mucho con todo, con la escritura, con la vida, con lo que quiero que pase en mi vida.

9. ¿Cuál es tu idea de felicidad?

El festejo, la alegría, encontrarse con gente, bailar, tomar una cerveza, cocinar, hablar de escritura, hablar de arte en general, compartir, vivir más. Todo eso me hace feliz y todo eso me hace pensar en felicidad.

10. ¿Cuál es tu mayor miedo?

Desde muy chico le tengo miedo a la muerte. Creo que es mi mayor miedo. Sé que no es muy original, pero bueno, es ese.

11. ¿Cuándo y dónde fuiste más feliz?

Fui feliz en varios lugares y momentos, pero no sé si puedo marcar uno específico.

12. ¿Qué libro que hayas leído te hubiera gustado escribirlo vos?

Las partículas elementales. Tiene una descripción corrosiva del mundo y está escrito con un nivel de perforación que me interesa mucho.

13. ¿Cuál es el peor libro de la última década?

No sabría responder esta pregunta.

14. ¿Qué texto (cuento, libro o nota periodística) no volverías a publicar? ¿Por qué?

No me arrepiento de haber publicado nada de lo que publiqué, quizás en algún texto haría modificaciones mínimas de palabras, pero si edito algo es porque estoy conforme el texto.

15. ¿Qué disco te hace sonreír?

Algo de Weezer suele levantarme el ánimo.

16. Si sufrimos un ataque de Godzila y tenés la oportunidad de salvar de sus garras a una banda o músico, ¿a quién salvarías?

Admiro a muchos músicos, no sé si podría elegir a uno en particular.

18. Si después de muerto volvés convertida en zombie ¿a quién morderías primero?

A María Kodama.

19. En tu última obra ¿encontraste la palabra justa para decir lo que querías?

Espero haberla encontrado, cuando empiezo a mostrar lo que escribo es porque ya estoy conforme y transmite lo que quería transmitir (o algo similar a lo que tenía en mente).


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Sexyfiction


por Juan Manuel  Candal

Para decirlo brutalmente, algunos autores son irremplazables. Es decir, la mayoría son somos intercambiables. Casi todas las novelas de mi generación podrían, cada una de por sí, no existir y habría otra ocupando su lugar. Muchas de ellas son muy buenas; simplemente no tienen algo que las haga únicas. Tomemos el caso de Pedro Mairal, para dar un ejemplo. Si Una noche con Sabrina Love no se hubiera escrito, tenemos a muchos otros autores cuyas novelas podrían ocupar ese lugar vacío y en el mundo de la literatura no estaría cambiando nada demasiado relevante. Lo mismo ocurre con el laureado volumen de cuentosLos peligros de fumar en la cama, de Mariana Enríquez. Existen muchos otros autores que saben escribir esa suerte de versión local de Stephen King y que podrían perfectamente ocupar el sitio, de estar vacante. Esto no es un ataque a Mairal o Enríquez, simplemente tomo dos ejemplos que han sido premiados de diferentes maneras y gozan de cierta credibilidad. Pero ellos, como yo, como la mayoría de los escritores de mi generación de habla hispana, somos prescindibles. Alguien puede preferir a uno u otro, pero entra el gusto personal. Muy pocos son verdaderamente únicos.

Es el caso de Pablo Dobrinin, que lleva una larga lista de cuentos publicados en varios idiomas y que en el 2011 recopiló su primer libro, Colores Peligrosos (volumen que ahora está por salir en una edición masiva en Uruguay, luego de agotarse en todos lados con la velocidad del Capitán Rayo).
Dobrinin se hizo cierta fama con su ya conocida “invención” de la sexyfiction. El autor la define así:
«Un cuento o relato de sexyfiction tiene las siguientes características:
»Se inscribe dentro de la literatura fantástica, si bien suele tener elementos de la ciencia ficción, del surrealismo, del terror y de la literatura onírica.
»Además del elemento fantástico, es indispensable la presencia del sexo.
»El tratamiento que se le da al sexo no es el mismo que se puede apreciar en la literatura erótica, sino que tiene características distintivas. En este tipo de cuentos el sexo nunca es un fin en sí mismo, sino que está al servicio de un argumento: parte del principio de que la existencia está en otra parte, y a partir de ahí, la muertela locurael arte, y el sexo son interpretados como vías de conocimiento.
Si bien todos estos elementos pueden encontrarse y utilizarse para identificar a la obra de este autor tan peculiar que es un “raro” en una época donde los raros de antes no han dejado más que hijos bobos y oportunistas, quizás la trascendencia de Dobrinin no pase tanto por esta definición de corte enciclopédico y tenga más que ver con dos elementos indisolubles en su trabajo: la prosa de un lirismo poco corriente y cuidado al extremo, y una imaginación desbordada y desbordante.
Basta citar algunos ejemplos que me gusta mencionar cuando se habla de él.

«Eran hermosas imágenes, a lápiz, de edificios de Montevideo, aunque no acertaba la ubicación exacta. (…) Ahora que lo escuchaba hablar con más detenimiento me daba cuenta de que tenía una voz seductora, como la de un viejo actor. Las construcciones eran de principios del siglo XX. De tres pisos. Un destacado gusto en los adornos de la fachada, largas ventanas con celosías de madera y elaborados balcones de hierro. Tal vez lo más llamativo eran las estilizadas cúpulas, recubiertas de escamas, que finalizaban en agujas francesas. Pero si los edificios eran en sí mismos maravillosos, no menos impactante era el trabajo del artista. Probablemente los había visto desde la calle, sentado en el cordón de la vereda, y la perspectiva le otorgaba un atractivo sobrecogedor. Unas nieblas fantasmagóricas dibujadas con un trazo casual terminaban de darle cierto toque fantástico.»
(de “El regreso de los pájaros”, parte del libro Colores Peligrosos).


«La habitación de la abuela tenía paredes blancuzcas, lamidas por la humedad y un piso de madera apolillado. Una cama de fierro, de dos plazas, tendida con una colcha vieja. Una mesita de luz, una lámpara con pantalla de tela color rosa, artísticamente cagada por las moscas. La insufrible escupidera asomando bajo la cama. Un ropero de madera buena, con olor a ropa de difuntos. Vestidos y visos deteriorados: antiguallas que ni siquiera eran concebibles en su vetusta propietaria. Tan sólo alguna solera insulsa y pobre lograba zafar del anacronismo que había herido de muerte a las prendas. También vi unos vestidos increíblemente estrechos, chillones y extrovertidos, que me hicieron imaginar a mi abuela jovencísima, dibujando filigranas en una pista de baile. Y después estaban las ropas del abuelo, enormes y oscuras, como conviene a la dignidad de los muertos. Había una foto pegada en la cara interna de la puerta del ropero, pero no era de él, sino de Sandro, el cantante, que me miraba con ojos gitanos y lujuriosos.»
(de “Luces del Sur”, parte del libro Colores Peligrosos).


El juego con el lenguaje es sutil y empuja a paladear fraseos como «paredes blancuzcas, lamidas por la humedad» en pleno relato semierótico que narra el encuentro de un hombre y su abuela, también la seguidilla con «Un ropero de madera buena, con olor a ropa de difuntos» nos remite enseguida a la áspera naturaleza de la relación. Rematar con «Y después estaban las ropas del abuelo, enormes y oscuras, como conviene a la dignidad de los muertos» es un detalle de preciso virtuosismo de estilo.

La palabra, en manos de Dobrinin, es arte plástico. Parece el lienzo por el que han reñido pinceles y espátulas en pos de encontrar la imagen perfecta, o lo que es mejor, la imagen imperfecta pero irremplazable. No es casual que la pintura aparezca referida en su obra varias veces. En el bizarro cuento “Colores peligrosos” hay una «Ametralladora Picasso» que dispara un tipo de rayo que tiene más de cubismo que de ciencia ficción. No es casual que ese mismo cuento comience con esta cita: «Toda estética es política». Y es que es fácil confundir a este autor volado con una suerte de hijo de poetas surrealistas, rodeado de un grupo circense que toca música de carnaval rompiendo tonalidades. Pero Pablo Dobrinin es también un intelectual que sabe que todo texto también es leído como un discurso, más allá de las intenciones propias del autor. De ninguna otra manera podría desmarcarse de los discursos de manual tan abundantes al día de hoy sobre la escritura en redes sociales y los retornos a las formas más conservadoras cuando se le pregunta por la literatura del siglo XXI: «Hay una tendencia hacia la disolución o fusión de los géneros, hacia la disolución de la estructura, pero también sobreviven los formatos clásicos. Todo permanece y de alguna forma se puede aprovechar, reciclar, etc. Hay una suma, no un descarte, y eso es lo que para mi gusto define estos tiempos. Desde esa perspectiva estamos viviendo una época excelente». Esa es una postura clara y radical, que elude los lugares comunes y que suma una conciencia del estado de las cosas.

En un reportaje que la revista digital Axxon le hizo para un número-homenaje (#230), explicó su posición respecto a la crítica:

«Los críticos que hacen reseñas rara vez se toman mucho tiempo para analizar un libro. Una semana, diez días, a veces menos. Eso es el tiempo mínimo que uno debería tomarse para analizar, desmenuzar, interpretar adecuadamente un solo cuento, no un libro. Con esto no quiero decir que los críticos actúen de mala fe, ya que estos plazos pueden ser parte de la dinámica de la publicación, pero lo concreto es que no se toman el tiempo suficiente. Segundo: el espacio del que disponen para la crítica no siempre es muy grande. Esto condiciona, una cosa es hacer una reseña de un cuarto de página o de dos páginas o más, o un ensayo de varias páginas. Ahora Internet nos da la posibilidad de extender las críticas, pero rara vez se aprovecha esta opción. Aun con poco espacio, si el crítico ha estudiado adecuadamente la obra, debería ser capaz de ir a lo esencial. A veces se queda en lo anecdótico y ni siquiera llega al tema. Tercero: No todos están capacitados, muy pocos tiene estudios de literatura o el necesario bagaje cultural. Falta estudio, conocimientos. Hay muchos que jamás en su vida vieron un diccionario de términos literarios, que son absolutamente incapaces de hacer un análisis de estilo. Lo máximo que pueden decir es: lenguaje florido, lenguaje poético, etc., y a veces ni siquiera esto. Y tampoco alcanza con saber si estamos frente a una comparación, metonimia, polisíndeton, anáfora. Es necesario saber por qué se está utilizando ese recurso en ese momento, qué es lo que nos está diciendo, a veces más allá de lo inmediato. Las comparaciones o las metáforas, si el autor las utiliza adecuadamente, van a decirnos algo que está más allá de lo meramente visual. Falta análisis de personajes, de estructura, de estilo, de los distintos niveles de lectura, etc. Cuarto: La actitud. La mayoría de los críticos que hacen reseñas parece creer que el escritor es un alumno que está dando un examen, y que ellos son los profesores que los van a evaluar o calificar. Pésima actitud. La labor de la crítica no es evaluar sino explicar. Para realizar una buena crítica es necesario que el crítico se acerque a la obra con humildad para descubrir cómo funciona. No solo no se hace esto, no se explica, no se analiza, sino que además se pasa por encima de la obra, y algunos —no me ha pasado, pero lo he visto muchas veces— se dan el lujo de opinar cómo debería hacerse esto o aquello. Falta humildad. Quinto: El crítico está acostumbrado a hacer devoluciones, pero se irrita si le critican su crítica, lo considera inadmisible (otro rasgo de soberbia). Habría que hacer un blog donde se analizara el trabajo de los críticos, se les explicara punto por punto en qué se equivocaron, y se les recomendara bibliografía. Lamentable el poco tiempo libre de que dispongo me impediría participar de una empresa así, pero sería algo muy útil para que la crítica crezca, se ponga a la altura de las circunstancias, y sobre todo sirva para lo que toda plataforma crítica debe servir: para poner en conocimiento de los lectores los procesos artístico-culturales que se están gestando en las diferentes regiones o países. De esa forma se contribuye también a la historia de la literatura.»

Alguien que maneja conceptos tan claros está lejos de ser un mero escritor alucinado. Pablo Dobrinin tiene una mirada muy lúcida sobre la literatura y el arte en general. ¿Y al final, no es esa mirada, plasmada a través del arte de su pluma, lo que hace único a un escritor? Quizás la razón de que Dobrinin sea un escritor irremplazable no es tanto que nadie podría hilar ficciones similares a las suyas y menos con su estilo, sino que la mirada atenta detrás se convierte en una herramienta viva, en un radar capaz de captar las más finas sutilezas y transformarlas en grandes murales homéricos con tan sólo el poder propio de quien sabe escoger y combinar las palabras como sólo un gran pintor podría.

[Sobre este articulo]

"Sexyfiction" pertenece a Rosas para Stalin, un e-book de descarga gratuita con 32 ensayos y artículos, escritos por Juan Manuel Candal entre los años 2006 y 2012 para diferentes medios: los blogs El fantasma de la libertad y Mil palabras no pueden equivocarse, el portal cultural Leedor.com, el periódico uruguayo La diaria y la revista literaria Otro Cielo, además de un texto inédito. 
Se descarga de forma gratuita en PDF, EPUB y MOBI.


David Fleck
Escuchar esa música de nadie. Para el lo era todo. Esto no es una historia mas de nadie, esto no es una soga, esto tampoco es literatura. Esto es un capitulo mas, el acontecer de un cuerpo que se divierte, pero que pocas veces se entera. No puedo decir el nombre de esta persona, por que no lo tiene, como tampoco puedo decir cuantos escalones subió, por que aun no ha terminado. Es eterno el sombrero que usa?, imposible saberlo. No es consciente del mundo vacío, tampoco del vacío que recubre todo lo lleno. El es como un insecto de inteligencias variadas, uno de sus pasatiempos es exprimir las humedades de la sombra, el realmente es un experto en aquello. Creo que es su única especialidad . La música es lo único que hace la real diferencia en el, la música de nadie, esas voces de nada son la debilidad por las que se corroe su pasión mas sincera y primitiva, la razón acumulada de todas sus respiraciones, el eco interminable que encastra en el sentido de lo que carece de el. No quiero perderme y este laberinto lentamente se me abre , como si su amenaza tan directa fuera un impedimento: yo , de la manera en que me salga, contare la historia. No me pidan temporalidad, pueden pedirme la arena que le sobra a un cuerpo que espero demasiado, pídanme las cenizas con las que se construyen las nuevas cosas. El sol confunde el movimiento de las presencias, la unificación nos llega a todos de una manera bestial. No quiero perderme, yo quería contar una historia que ahora me excede y confunde. Este capitulo se esta desplumando como la vida de las libertades que no se sueñan a tiempo. Soy ahora un eco, y los ecos nunca terminan ninguna historia, tampoco cuentan nada, un eco no sirve para describir ninguna cosa, ni un amor,ni siquiera al agua, ya este hirviendo o este a punto de congelarse. El aire hace el amor con el árbol, el agua hace lo mismo con el fuego, en cambio el eco no hace el amor, el eco es el silencio que separa los miembros de las inundaciones, las venas petrificadas del tiempo petrificado. Bien, eso es lo que yo soy AHORA,solo ahora, ni antes ni después, antes fui grito, ahora soy eco y después seré silencio. Somos la nada que recorre la música invisible, la música de nadie que tanto enloquece a nuestro personaje , el que hoy me empuja a decir que la nada y los nadie también existen. También existe la existencia y el poder de la miseria, lo miserable es el anteúltimo paso, antes de ser enterrado en lo final, en lo silencioso, en la iluminación del cuerpo, el segundo nacimiento, el ultimo punto del pasaje hacia el estado musical del espíritu que se levanta orgulloso del cuerpo que lo ha sabido reconocer y buscar. Yo se que el que esta leyendo estas líneas conoce la historia que yo amague con contar todos estos instantes, quiero que me la cuenten, ahora que la saben, ahora que la sabemos, ahora que el cero es consciente y la rabia parece adiestrada, por el demonio de las cosas pasajeras.

Teoría del Caos: canciones para sobrevivir en este mundo


 Haciendo honor al nombre del grupo, a través de los once temas de su disco homónimo, la banda platense desarrolla una receta práctica de felicidad, lisergia y dioses de esquina para sobrellevar los dolores de la realidad. La propuesta de conjunto es clara: hay que viajar acompañado por guitarras filosas, bajo sólido y una batería ligera. 

Por B.S

Caos es algo a lo que hay que sobrevivir. Se necesita un programa, y un método. La teoría es sencilla: hay que comenzar por la felicidad. De las cosas simples, del barrio, del cordón de la vereda en año nuevo, del agua que cae por una gotera. Esa es la primera de tres propuestas (filosóficas)  que aparecen en el disco Teoría del Caos, cuyo adelanto fue presentado en septiembre de 2012, por la banda plantense que integran Agustín Ramos Costa (batería), Nicolás Adrover (bajo), Pedro Bedascarrasbure (guitarra) y Sebastián Coronel (voz y guitarra).

Definidos como “can­ciones de espíritu gru­pal y rockero” en la página de Uf Caruf!,  sello digital copyleft que la banda integra, los once temas que componen el disco trazan un camino de curvas cortas. Cada instancia de ese sendero que empieza en “Año nuevo” y termina con “El viaje”, no se extienden más de cinco minutos. Baterías de base sólida, punteos movidos y un bajo líder abonan la poesía de los primeros cinco temas.

El disco arranca con un tono, en apariencia, alegre. La guitarra hace su juego mientras una bata sobria calienta motores, la canción va buscando realidad, alguien pinta un cuadro sobre año nuevo, las escenas típicas: la sidra tibia, los chicos en las esquinas con sus fuegos de colores, perros llorando de miedo, alguien aburrido en un sillón piensa “el año nuevo no tiene nada para ofrecer/ el año nuevo no tiene más que un amanecer”.

En “Después de todo” una guitarra chillona dialoga con la voz, que apunta y dispara: “eso lo vi/ estaba sola, loca, corriendo/ alguien junto al mar/ después de todo ella era feliz”. Puede sonar redundante, pero una banda de rock debe hablar del mundo tal cual es: injusto, crudo y episódicamente alegre.

La segunda propuesta aparece junto con el primer quiebre del disco en “Árboles”. No se trata de una inflexión positiva, o negativa. Es, simplemente, la realidad que no puede ausentarse. A partir de allí, las letras mutan en crueles. Porque, de otra forma, “Tal vez te suene hippie el porvenir “, como señala el quinto tema. A partir de allí, episodios de desidia y lisergia traducidos a verso se mezclarán con finales abruptos para cada canción.

“Santo cielo”, es la bienvenida a la segunda parte de la teoría: “Nadie va a buscarte si te perdés en altamar/Nadie va a comprarte flores después del día final”.  Acompañan los rasgueos de la viola eléctrica repentinos golpes de platillo y un bajo que marca la subida en la tensión, rumbo a descubrir el producto final. “Las ventanas del cuarto del hotel/todas llenas de pestañas, /yo no tenía ni para la función/ del circo del mañana”. 

Los gritos son fuertes y desgarradores, como los que retumban por los callejones de cada día: “Te escucho ahí, en los sueños tan real, /mañana es, lo que queda de verdad, / tu recuerdo me hace bien, / ya es de noche en la ciudad”, recita “Dónde estarás”.

A partir de allí, quien escuche el disco con atención sabrá, sin dudas, del dolor. A través de las letras, y de la armonía entre cuatro músicos jóvenes sabrá, entonces, cómo afrontar la vida: “Lo efímero no es real, /ante los ojos de mi dios”, reza “Fuimos”, octava canción y preludio del final.

Final, porque el noveno tema, Click, escupe la última parte de la teoría. Como no puede ser de otra forma, sino no sería teoría, los últimos tres temas forman la acción. La parte práctica, la aplicación de conocimientos. En este caso, para el caos. Y, por eso, el descontrol saluda; con los redoblantes al mejor estilo de garage, con separación de micro segundos, y la voz de Sebastián Coronel: “Habrá que hacerle un click/ Habrá que no hacer nada/ O pararse y levantar las sombras/ Y dejar que el sol entre por todos los rincones donde ayer/ Quedaba nada. / Y salir al fin, y dejar atrás, la tormenta pasaba”.

La voz no es la mejor. Pero seguro es parecida a la de alguien que conocés. Un profeta, con una teoría, necesita generar identificación y empatía con su público. Hay que ser sincero, como en el tema número 10, “Mil disculpas”, donde aparece la sorpresa: no hay teoría. Y allí radica el lado punkrocker que distancia a esta banda del común: “No tengo el remedio aquí, / para contestarme hoy, / vivo enfermo por saber, / quién soy”. Cuerdas agudas presentan la despedida.

“El viaje”, última canción y la más larga del disco, comienza creando un ambiente jazzero. Bajando el humo, porque llega el saludo final: “Cuando quise acordar, armando los bolsos me encontré, / y nos saludaban los árboles de la terminal. / Los de su edad no llevaban relojes, / dejaron al tiempo en un funeral”.

Bajo los mismos árboles, los andenes quedan vacíos y un colectivo sale hacia otro disco. La Teoría del Caos se esfuma del parlante. Reina, al final del camino, la duda. Como al principio, como en un coro, como en un disco, como en la vida, como en el amor, como en una gotera. Lugares donde siempre, pero siempre, esperamos una banda de rock que nos ilumine con la teoría perfecta. Que, quizás, no exista en verdad. 

Poesía: Gottfried Benn, Traducción de Daniel Rojas Pachas



Morgue y otros poemas
Cinosargo, 2012 


CICLO

La muela solitaria de una puta,
que murió sin identificación,
tenía una tapadura dorada.
Como parte de un acuerdo silencioso
las otras muelas cayeron.
Mas ésta la extirpó el encargado de la morgue,
y la empeño para ir a bailar.
A lo que dijo,
sólo tierra debe retornar a la tierra.


RÉQUIEM

Dos en cada camilla. Hombres y mujeres
en cruz. Hacinados, desnudos, pero sin dolor.
El cráneo abierto. El torso partido a la mitad. Los cuerpos pariendo por última vez.

Cada uno llena tres bacines: desde el cerebro hasta los testículos. 
Y el templo de Dios y la guarida del demonio 
ahora lado a lado en una cubeta de mugre.
Se burlan del Gólgota y el pecado original.

El resto, en ataúdes, limpios recién nacidos;
piernas de hombre, torsos de niño, pelo de mujer. 
Yo vi lo que engendraron dos que solían prostituirse,
algo yaciendo allí, como salido de un solo útero. 


CAFÉ NOCTURNO

824: Vida y pasión de las mujeres
El cello se toma un trago rápido. La flauta
eructa profundo en tres compases: Su sabrosa cena.
El tambor termina de leer una novela policial.

Dienteverdoso con espinillas en la cara 
le hace ojitos a conjuntivitis.

Cabello Grasiento  
habla a boca abierta con amígdalas inflamadas.
Fe, esperanza y caridad penden de su cuello.

Incipiente bocio es dulce con nariz montada. 
Él le invita tres cervezas.

Irritación de afeitada compra claveles 
para enternecer a papada.

Bemol-menor: la Sonata N° 35.
Dos ojos rugen con escándalo
¡No derrames la sangre de Chopin en esta pocilga,
estos buenos para nada, no la merecen!
¡Eh, Gigi! ¡Basta! -

La puerta se desborda: Una mujer. 
Desierto calcinado. Marrón cananita. 
Virgen, llena de cavidades. Ella trae consigo un aroma.
Imperceptible aroma.
Sólo es un dulce entumecimiento en el aire
rondando mi cerebro.

Un mórbido panzón da saltitos detrás de ella.


[Sobre la traducción de “Morgue y otros poemas”]

"Gottfried Benn (Mansfeld 1886 - Berlin1956) es sin duda uno de los escritores más importantes del siglo XXI, un extraordinario poeta y prosista, creador de ensayos de gran lucidez, y una de las voces alemanas decidoras, que marcan la avanzada del pensamiento y creación en nuestro tiempo. Un autor ineludible que hemos querido como editorial poner en contacto con el público, sin los odiosos filtros académicos y el oneroso costo de las librerías." Daniel Rojas Pachas

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[En este número]

CHARO LOPEZ + LOS SUEÑOS DE ANDERSON + SERENDIPITY + TAL BANDA + TROPICO TAILANDES + DAVID O'REILLY + PIARA 2.0 + TUTI CURANI + EZEQUIEL MONTIVERO + MUCHO MÁS

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Micro-excursiones: Valentino Tettamanti


Micro-excursiones es un cuestionario que va en busca de los comiqueros e ilustradores, con el fin de conocer sus ficciones personales. Es una adaptación, algo transgredida del cuestionario Proust. Las preguntas son simples e impersonales, pero a la vez pretenden ser un disparador. Es el primer cuestionario donde las preguntas no importan. El merito y la inventiva corre por cuenta de los comiqueros e ilustradores.

[Mini-Bio o Auto-semblanza]

Valentino Tettamanti
“Si me preguntan por mi vida, digo que estudio Artes Plásticas, que me quedan nueve o diez materias, pero que trabajo de diseñador e ilustrador, que escucho de todo pero me cabe el punkrock, que toco la guitarra pero hasta ahí, que la bajo una banda cuando alguien toca “rasguña las piedras” en un fogón, que soy de La Plata pero no me caben los Redondos pero sí Virus y Embajada Boliviana, y que dibujar me gusta tanto como tomar birra. Entre otras cosas, claro.”

1. ¿Qué condiciones se tienen que dar para que te pongas a dibujar?
Básicamente, tener ganas…los demás factores, como el tiempo, el lugar y las herramientas, se negocian!
  
2. ¿Cuál es tu héroe o antihéroe de ficción favorito?
El pete gordito de “Pete & Pete”, supongo…

3. ¿Qué talento o superpoder desearías tener?
Viajar en el tiempo!

4. ¿Cuál es tu posesión más atesorada?
Mis dibujos y los de mis amigos!

5. ¿Cuál es para vos la manifestación más clara de la miseria?
El egoísmo.

6. ¿Cuál es la cualidad que aprecias más en la humanidad?
Mmm…no se…podría decir la lecto-escritura…pero no estoy del todo convencido…

7. ¿trabajas con guionistas? En el caso afirmativo: ¿Cuàl es la cualidad que aprecias más en un guionista?
Pocas veces…estoy ilustrando el cuento de un amigo…me cabe que somos los 2 re manijas, y que él conoce un montón de ilustración y de la vida.

8. ¿Cuál es habitualmente tu estado mental?


9. ¿Cuál es tu idea de felicidad?
No tener nada incómodo en la cabeza…

10. ¿Cuál es tu mayor miedo?
La soledad, supongo…y el aburrimiento…

11. ¿Cuándo y dónde fuiste más feliz?
Valentino Tettamanti
Mmm, no se…muy complicada esa pregunta…se me viene a la cabeza “Fantabaires 99”o un recital de First Aid Kit en Milán…

12. ¿Qué libro gráfico, historieta o ilustración que hayas adquirido últimamente te hubiera gustado dibujar vos?

Mmm…no sé si vale, pero hace poco me compré el libro de Chuck Sperry, un ilustrador estadounidense que hace unos afiches de recitales en serigrafía, increíbles…me encantaría algún día hacer un libro así…

13. ¿Qué historieta, ilustración  o caricatura no volverías a publicar? ¿Por qué?
Ja! La verdad que no sé…creo que de todo se aprende algo…tengo un montón de ilustraciones y cositas truncas que nunca vieron la luz…

14. ¿Qué disco te hace sonreír?
Por suerte, muchos, pero ahora viene al caso “Volvió la alegría, vieja!” de 2 minutos

15. ¿Qué otras ramas del arte estimulan tu trabajo?
Ufff, de todo…la música, el cine, la fotografía…todas, ya fue!

16. Si sufrimos un ataque de Godzilla y tenés la oportunidad de salvar de sus garras a una banda o músico, ¿a quién salvarías?
A los 2 minutos!

17. Si después de muerto volvés convertido en zombie ¿a quién morderías primero?
Voy derecho a una Ugi’s o Bacci…

18. En tu última obra ¿encontraste la imagen o la forma justa para expresar lo que querías?
No…pero esa es la gracia, creo…que siempre falte un poquito…que queda después? Jaja!

[Contacto]

Acá está todo: valentinotettamanti.com.ar

Poesía: Matías Noya



Tati Ferrigno

















[Tatuada por la espalda]

Buscamos todo el tiempo.
Para eso partimos
una y otra vez de cada casa.
Una sonrisa puede convertirse
en carcajada,
o en frío.
Te vi prisionera del hielo
que vas cargando
en las espaldas,
donde hasta ayer
tenías flores tatuadas
ahora hay escarcha.


[Ya que los ángeles...]

Ya que los ángeles
abandonen nuestro matrimonio
y el stock de cotillón
se acabe,
voy a volver a las fábricas
literarias,
a las empresas cerveceras,
mientras te vea partir,
con los papeles firmados,
prolijamente archivados.


[Obra social]

¿Qué te gustaría ser cuando seas grande?
Una banda de delincuentes, papá; 
que la vida 
y las cosas de los hombres 
no me toquen.




Las que no visten santos


“Las malas”, una serie web que nos deja espiar por la mirilla de la acidez a esas mujeres que ya conocemos.

Por Victoria Caracoche

Cada mujer es un universo en sí misma, un manantial de sensaciones influido por variados estados de ánimo, una montaña rusa sin cinturón de seguridad.

Eso quiere mostrarnos la serie web “Las malas”. Cada episodio de los nueve que por ahora se encuentran en la red, confluyen en un solo lugar: la sinceridad femenina (o sincericidio, si de revelar nuestras facetas menos felices se trata).

El punto de identificación con cualquiera de los personajes que nos describe esta serie es inevitable. Quién alguna vez no fue víctima de una mujer así. Quién en algún momento de crisis (o despecho) no actúo bajo los efectos de sus más intrínsecas miserias. Quién no tiene un alter ego –aunque sea bien escondido- que podría liberarse harto de ser atado por el buen comportamiento. En un tono que bordea el humor, la ironía, el sarcasmo, no se trata sólo de una serie para mujeres, sino también para hombres.

Niñas malditas que corroen los nervios de cualquiera, mujeres sin rumbo o sin ganas, amigas casi enemigas. Veneno, manipulación, cero inocencia. “Las malas” no son ideales, pero son reales. Malas cotidianas, las que nos cruzamos en la calle, en la clase de gimnasia, en un trabajo, malas de las que nos enteramos a través de otras malas.

Ya en el primer capítulo, “Siempre friendly”, nos topamos con un dúo, el que la frivolidad vestida con trajecito al tono toma el cuerpo de dos amigas para aconsejar (devastar) a una tercera (por el mero hecho de ser y hacer lo que se le antoje), siempre bajo el lema “seguridad, simpatía y para adelante con la vida”. Otro ejemplo más de las máscaras que adopta el new age y el hoy proclamado counseling.

Interpretados por las actrices Camila Palacios y Valeria Actis, cada uno de los capítulos destaca una variable dentro de esa maldad femenina que a veces nos irrita y a veces nos da gracia.
Con guiones bien pensados, mordaces y cáusticos, algunas de las entregas son unipersonales, surgiendo en los mismos la necesidad de un interlocutor, visible o no, que refuerce el diálogo y no saque al espectador del mundo ficcional.  La cámara es prioritaria como testigo y no como segundo personaje sin posibilidad de dar respuestas. 

Es destacable mencionar la importancia de la web para dar lugar a proyectos independientes que quedan fuera del “mainstream”. Gracias al esfuerzo y empuje de sus realizadores y el efecto boca en boca de sus seguidores, estas apuestas crecen y toman forma a partir de la inmensidad virtual. Por eso, con una línea de planos simples muy bien resuelta y editado en formato de tiempo videoclip, “Las malas” es un ejemplo de este auge ciberespacial, que ojalá siga en expansión para todos aquellos que tenemos hambre de nuevas propuestas.

Linkoteca: Desde la habitación del sur



[Sobre el libro] 

Desde la habitación del sur es el primer libro publicado de Enrique José Decarli. Fue declarado finalista en el Concurso Internacional de Literatura Juvenil, Libresa 2008, en Quito, Ecuador. Publicado después por la misma editorial, en 2009. En el 2010, la CAN (Comisión Asesora Nacional) del Ministerio de Educación y Cultura de la Nación Argentina recomendó su lectura para la Escuela Media, en el marco del Plan Nacional de Lectura 2010