menucito

El poeta mal hablado



Un breve encuentro con el poeta que supo gritarle al mundo cómo es que aman los "guachines".

Por Yésica Inés

Ioshua conmueve una y otra vez, no da respiro al lector. Un golpe directo al corazón, sentimiento puro, furor. Pocos como él cuentan la vida en las calles, la noche, los vicios, la soledad. Se atreve a ver la belleza en la pobreza, el amor entre los pibes de los barrios bajos, en las historias de aquellos que no tienen voz y que la construyen a golpes. Su sensibilidad es la flor de un mundo herido.

Pija Birra Faso, su primer libro, editado en el año 2009 por Nulú Bonsái,  ofrece más de una veintena de poemas, audaces, sinceros, sin ningún remordimiento a la verdad, a los excesos, al vértigo y a los besos de vidrios rotos. En ese año, la misma editorial edita la novela Loma Hermosa. Continúa con una narrativa que va en busca de destinos fatales y el enamoramiento, siempre de barrio, siempre de conurbano.

Los Sentimientos (Milena Cacerola, 2011)  reúne  escritos de la gira: “Para vos guachin, ya no va a doler” que el autor realizó de junio a noviembre del 2010, a lo largo de más de quince ciudades de Argentina y Paraguay e incluye los dos libros anteriores. Esta vez nos encontramos con versos profundos, reflexiones, mucha introspección.

En el 2012 editó Malincho, bajo su sello editorial wachodelacalle. Se trata de un compendio de poemas y relatos de hombres que alguna vez fueron pibes. Una mirada madura sobre el amor, la muerte y las historias de quienes aman y se hacen cargo.

Ioshua no entretiene. No conforma a nadie, tampoco se lamenta. Ioshua grita al mundo que la poesía es más que versos y nos enfrenta eso. Quien no lo crea así, que arroje la primera piedra.

A continuación, una breve entrevista al poeta:

¿Qué es para vos la poesía?

IOSHUA – no tengo ninguna manera particular de referirme o definir que es LA POESIA para mí. Apenas sospecho, y a veces confirmo, que es un ejercicio muy arduo y complejo del espíritu… que es algo que exige demasiado y ahí está lo que motiva. La poesía es una actividad dura, que nos exige capacidades, mucho esfuerzo, como todas las cosas que más nos emocionan en la vida. Quizá es una complejidad que se aloja en los rincones más indescifrables de lo que somos, de nuestras emociones. Un valor incalculable de poner en palabras el más puro sentimiento.

¿Qué significa en tu vida?

IOSHUA – en mi vida… bueno, casi podría pensar que fue lo que me salvo la vida o de lo que me valí para creer. Me refugio en la poesía. Y aprendí que también me curo con la poesía, dejando ahí en palabras cosas que quizá de otra manera yo no podría resolver. Pero no lo sé, apenas me doy cuenta de lo verdaderamente importante en mi vida y la poesía está allí mejorando algunas cosas adentro mío. Mi vida siempre estuvo llena de penas y desventajas, de dolores y muchas ingratitudes, pero la poesía siempre estuvo en todo eso para hacer de esas lágrimas algún buen poema.

¿Por qué escribís?

IOSHUA – porque aun quiero hacerlo, quiero decir: si yo mañana abandonara todo esto que es mi literatura, el mundo seguiría igual sin darse cuenta siquiera que yo dejé de escribir. Entonces escribo con la voluntad plena de hacerlo y continuarlo. Escribo buscando lo mismo, desde el primer día que me di cuenta de eso. Escribir es una voluntad ciega. Y particularmente para mí, un camino de cada día, un destino que me esfuerzo por seguir construyendo.

¿Qué poetas te inspiran?

IOSHUA – no muchos realmente. Puedo citar apenas textos de algunos autores que me ayudaron a encontrarme a mí mismo: Jonathan de Blas Matamoro y El Pecoso de María Luisa de Lujan Campos, algunos textos de Alejandra Pizarnik, letras de canciones de rock nacional. No lo sé, soy parricida en esas cuestiones o claramente un bruto inimputable en cuestiones literarias (risas).

- ¿En qué proyectos estás trabajando últimamente?        

IOSHUA. – Acabamos de abrir una nueva editorial, con la misma línea barrial de siempre. Pero más sensible que nunca, más enfrentada a las academias y muy convencido que esta  es la manera de hacer las cosas.

- ¿Cómo te gustaría ser recordado? 
 
IOSHUA – mejor.


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Linkoteca: Mariano Caamaño, Desvariaciones Transversales




[Sobre Desvariaciones Transversales]

Poesía colección Rasguños Editorial Río Negro. 
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Poesía: Hierba Espesa

Liz Clements



a media tarde
el calor aún persiste
imposible no ser
otra mancha en la pared



Hay días en los que
no escribo. Días
sumidos en una completa
contemplación. Días
en los que la vida
se vive, activo en ella.
Días donde los recuerdos,
los inmediatos recuerdos
estallan en la brillante
tranquila luz de una sonrisa
que te despide tras el quicio
de la puerta.

Días que se bastan solos.



conocer a una mujer 
follar con ella
dos jueves
dos domingos y
un miércoles
pensar mil poemas para ella
no escribir nada 
ella es el poema yo el lector
no hay más secretos
que lo que queda entre líneas
algo que sólo se descubre
al final del poema
cuando ya se dijo
el último adiós
ese es 
el Anatema escrito en el pórtico
del altar
una cama cubierta de
sangre
fluidos seminales y
sudor
el calor de dos cuerpos deshaciéndose
en abrazos y besos
la pequeña muerte
de la que no podemos ni sabemos
escapar
condenados a perecer por ser
entrelazando los brazos entorno a otro
cuerpo otro nombre

que también es nosotros


[Más de Hierba espesa]
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Crónica de una resistencia de verano


“Organizar la rabia, defender la alegría” es la consigna que reúne a artistas, profesores y amigos de la Sala Alberdipara hacerle frente al desalojo encubierto y a la privatización integral del Centro Cultural General San Martín. Tras 19 días de encierro en el 6° piso del Centro Cultural y acampe en la Plaza Seca, la Sala Alberdiresiste.

Por Nadia Sol Caramella


ph: verte verme

La sala: el teatro de la autogestión

Sarmiento 1551, 6º piso, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Puertas cerradas. Atrás de las puertas el telón abierto de par en par: unescenario obsceno, aniquilado ante el espectador que no es otra cosa que un eco anclado en el silencio de la sala apenas iluminada. Las butacas vacías. Algunas sombras se pierden en la oscuridad del fondo. Olor a madera noble, sabía. Buena madera. La pareja de pianos es una foto melancólica apostada en el escenario. Demasiada ausencia para un teatro. Las voces se hacen escuchar desde afuera: “….la Sala Alberdi resiste, resiste”, y esas palabras son el látigo que los despabila, un poco. Murmullos: unos cuantos tejen el plan de esa resistencia. Otros, ajenos, desfilan por los pasillos: ruido de cascos y bastones. Cuerpos alquilados por el Estado para vigilar y castigar. 

La Sala Alberdi resiste el desalojo, tras dos años y medio de toma y autogestión cultural: “El tipo de organización horizontal que nosotros tenemos hace que este espacio sea verdaderamente público”. Del otro lado: el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con sus políticas mercantilistas y neoliberales que atentan contra la cultura popular.

Allá por el 2010, talleristas, alumnos y amigos de la Sala decidieron tomar el espacio para salvarlo del vaciamiento y la privatización integral del Centro Cultural San Martín que desde hace tiempo viene realizando el macrismo: “Hace un par de años, el Banco Interamericano de Desarrollo bajó 97 millones de dólares para las remodelaciones del Centro Cultural. Obviamente se los comieron, las remodelaciones no se terminaron. Hay mucha plata de fondo, mucho negociado: la privatización encubierta del Centro Cultural. Ellos alquilan las salas a empresas privadas, dan concesiones. Aumentan los aranceles de cursos, talleres y las entradas de los espectáculos.  Vacían tanto el contenido como la cantidad: del 2011 a la fecha bajaron un 80% los talleres del centro, de 400 espectáculos al año pasaron a 100. El edificio se cae a pedazos, no tiene gas, no tiene agua potable, las instalaciones eléctricas están en mal estado”.

Frente a esto, artistas y trabajadores de la Sala Alberdi, organizados en asambleas y comisiones de trabajo, lograron mantener una abultada programación de ciclos, espectáculos semanales y talleres a la gorra. Con el correr de los días este espacio de autogestión se convirtió en “el teatro de los que no tienen teatro” y en un ejemplo de trabajo colectivo y organización sin jerarquías ni patrones. 

Los de arriba: presos culturales

Lo de ellos fue de improvisto. Están encerrados hace 19 días.
Foto: un pibe saca una bandera blanca por la ventana del 6° piso, sobre la tela dos palabras: SIN AGUA. Negro sobre fondo blanco, las letras son incisivas, aniquilan cualquier duda.
Así resisten la toma, encerrados, sin agua, sin comida, sin baños. Sus compañeros tienen que proveerles mediante vías alternativas agua, comida y medicamentos. Pero no faltó la vez en que una mano cobarde cortó la soga que les haría llegar una canasta con provisiones.

Estos pibes son presos de una cultura en venta. Resisten el desalojo con el cuerpo, exponiéndose a lo inhumano, a la represión del gobierno de turno. Ahí pegaditos, oliéndoles los pasos, el “ejercito” de la metropolitana y unos cuantos patovicas sin identificación hacen el trabajo sucio: vigilar y hostigar. Los de abajo todos los días intentan negociar para llevarles a sus compañeros lo necesario por vías “oficiales”, pero no hay acuerdo. La metropolitana se propone como filtro, quieren ser ellos y no otros, los que alcancen la comida. ¿Acaso alguien tomaría o comería de esa mano que los encierra y los trata como delincuentes? 

Rewind: 2 de enero. La dirección del Centro Cultural General San Martín (CCGSM) niega el ingreso a la Sala Alberdi, argumentando que el Centro estará cerrado por vacaciones. Pero la Sala Alberdi no depende de la dirección del CCGSM, sino de la Dirección Generalde Enseñanza Artística (DGEArt), por lo que tienen derecho a acceder libremente al edificio, al igual que aquellos que concurren a espacios de otras dependencias (la radio y la televisión, por ejemplo) que siguen funcionando con normalidad.

Docentes y artistas deciden quedarse a resistir en el 6º piso para frenar el intento de desalojo encubierto. Unos cuantos patovicas y la metropolitana impiden el ingreso y apuestan al desgaste de los que permanecen arriba.   

4 de enero. Tras una decisión en asamblea, artistas, profesores y alumnos de la Salarealizan un festival. Mientras se desarrolla la jornada cultural padecen reiterados actos de violencia por parte de los patovicas de Hernán Lombardi. Por esta razón deciden destrabar la reja y montar un acampe sobre la Plaza Seca para exigir la desmilitarización del Centro y el libre acceso a la Sala.

Los de abajo: el Acampe Cultural

El edificio se alza imponente bajo el cielo de enero. El sol evidencia los años de abandono y desinversión: un gigante herido. A un costado, sobre la Plaza Seca, 60 carpas velan por el bienestar de los de arriba. Los pibes saben muy bien que su estadía en ese acampe incómodo no es sólo una forma de resistencia, sino también una garantía de la integridad física de sus compañeros.

Porque el arte resiste desde el arte, todos los días se realizan talleres de  tango, teatro, defensa personal, stencil, guitarra, malabares, charlas-debate, proyecciones y festivales permanentes con escenarios improvisados, algunos en el acampe, otros sobre las calles Corrientes y Callao. La cartelera de la Sala Alberdi no tiene nada que envidiarle a la revista porteña. Ya han pasado muchos artistas independientes (poetas, actores, cantautores)  y también artistas reconocidos de la talla de Bruno Arias, Javier Calamaro y Vox Dei. Cada día de acampe se vive en un ambiente de alegría, pero también de compromiso y de lucha. Se renuevan las propuestas y los debates. Las asambleas diarias y abiertas permiten que se decidan los pasos a seguir, de manera horizontal y colectiva, como debe ser al momento de crear una nueva lógica para un arte anti-mercantilista.

“Organizar la rabia, defender la alegría” reza un mural colorido en la entrada del Acampe Cultural. Ellos se organizan y de manera pacífica siguen adelante. Pero no faltan las persecuciones, la vigilancia constante de la fuerza pública,  ni las agresiones en manos de grupos parapoliciales.

Durante la jornada cultural del domingo 13 de enero, una de las asambleístas del acampe fue perseguida durante dos horas por la metropolitana, y a las 22 hs. del mismo día, integrantes de la Agrupación Horizontede Libertad, que vienen solidarizándose activamente con el acampe, fueron agredidos en la esquina de Montevideo y Perón por diez matones armados con palos. El 17 de enero, a las 14 hs., uno de los artistas de la Sala fue interceptado por un auto con vidrios polarizados; los ocupantes del auto, vestidos de civil, se identificaron como policías. Lo metieron adentro para una supuesta averiguación de antecedentes. Luego lo llevaron a la sede central de la Policía Federal, a tres cuadras del CCGSM, donde lo privaron de su libertad durante tres horas.

Juegan al juego del miedo sólo como ellos saben.

Los responsables: el buen neoliberal

Mauricio Macri: (nacido en 1959) político, empresario, dirigente deportivo e ingeniero civil, líder del PRO (Propuesta Republicana). Actual Jefe de Gobierno de la Ciudad.
Alguna vez anunció que el CCGSM seria el nuevo ícono de la Ciudad. Ahora no sabe, no contesta, no aparece.

Hernán Lombardi: (nacido en 1960) ingeniero civil, empresario y político. Con un grado en Ingeniería y posgrados en manejo de marketing y en economía. Actual ministro de Cultura de GCBA.
Habló. Pero fue necesario ir a buscarlo a su trabajo. El 10 de enero a las 18.30, tras una convocante marcha al ministerio de Cultura, Lombardi recibe a los pibes de la Sala. ¿Y qué pasó? Este funcionario público dio muestras claras de que al gobierno de la ciudad no le interesa el dialogo Ni reconoce el trabajo autogestivo de la Sala Alberdi, rechazando y deslegitimando a la cultura popular, con dichos como: “si le pasa algo a los que están en la sala es culpa de ustedes. Yo a lo sumo tengo responsabilidad política y no me importa”; “Si sus compañeros quieren baños, que salgan de la Sala”.

Gabriela Ricardes:Amplia formación teatral (Escuela Municipal de Arte Dramático, Escuela de Formación Escénica de Buenos Aires) y coreográfica (Nikolais and Louis Dance School, Alvin Aley School, Leslie Dance Studio). Actual directora del CCGSM.
Igual que Macri, no sabe, no contesta, no aparece. Según cuenta Nico, uno de los asambleístas de la Sala Alberdi: “Desde que Gabriela Ricades asumió, se nos vino con los tapones de punta. Empezó con amenazas de desalojo, a sugerirnos que tengamos cuidado porque estábamos en un lugar con muchas maderas y que era peligroso. Cerró las rejas de la entrada a las ocho de la noche para obstaculizar nuestras actividades. Puso cámaras de seguridad, un mecanismo de control que viola la privacidad en tu espacio de trabajo”.

Fabián Carrizo: jefe de seguridad de los patovas, emisario de Lombardi y compañía.  No habla, pero tiene buen manejo de expresión corporal. Mete miedo. Hace bien su trabajo. Empleado del mes.

Los otros:policía metropolitana, policía federal, infantería y el resto de los patovicas (no identificados). 

La resistencia: Abrazando la oscuridad

Foto: Las clavas de malabares apuntan al cielo, parecen balas de colores. “El arte es un arma cargada de futuro”. Empieza a caer la noche sobre calle Corrientes, el obelisco asoma de fondo como una mentira obvia. El asfalto está caliente. “Tu no tienes la culpa mi amor de que el mundo sea tan feo”. El escenario ya está armado en la entrada al Teatro San Martín. Bruno Arias se cuelga la guitarra y le regala unos carnavalitos a la resistencia. La calle colmada, son todos y cualquiera a la vez, muchos se enteran ahí mismo de lo que está pasando. Conmovidos, se quedan, bailan y firman el petitorio para que se reconozca la autonomía de la Sala. El carnavalito termina por explotar la emoción de muchos, todos de pie, un trencito de personas baila y cruza la calle. La noche se aferra a ese ritmo con alegría.

Foto: Marcha al Ministerio de Cultura. Calle Corrientes a la altura del Teatro San Martín. Un sol recalcitrante quema los cuerpos. Esos pibes son pura presencia, tienen amor en las venas, en cada músculo, pero no es un amor abultado, pomposo y anticuado, es un amor simple, es ese amor que habla de la libertad. Por eso combaten desde donde saben.  El arte se muestra como la única alternativa posible. Una performance sobre el asfalto. Pibas y pibes vestidos de negro, uno de ellos se distingue por una gorra de policía y un tipo de traje con una máscara de mono comienza su acto demagógico. Los de negro arremeten contra los manifestantes -logran reproducir esa relación hostil que mantienen con el gobierno de la ciudad-. Ruido de tiros, los manifestantes caen al piso, parecen estar muertos, atrás una carpa azul vigila la escena. Cuando por fin los villanos se sienten realizados por este acto cruel, deciden desentenderse de esos cuerpos. Pero como en una película de muertos vivos, los pibes se ponen de pie, van por venganza y con la mirada puesta en el futuro, cantan y bailan el haka de la Sala“….la Sala Alberdi resiste, resiste”.

Foto: De regreso al acampe, luego de marchar al Ministerio de Cultura, una columna de  pibes y pibas con narices de payaso saludan desde la vereda al gigante herido. Entre las sombras de la noche, el gigante escupe brazos y manos: los de arriba saludan a sus compañeros. Desde la vereda uno voz grita “¡los amamos!”. Los de abajo apuntan al cielo y en la mímica de un abrazo quiebran la distancia. ¿Qué sabrán Macri, Lombardi y Ricardes de esos abrazos en la oscuridad?  

Micro-excursiones: Reno


[Micro-excursiones] es un cuestionario que va en busca de músicos y compositores, con el fin de conocer sus ficciones personales. Es una adaptación, algo transgredida, del cuestionario Proust. Las preguntas son simples e impersonales, pero a la vez pretenden ser un disparador. Es el primer cuestionario en donde las preguntas no importan. El merito y la inventiva corre por cuenta de los músicos.



[Mini-Bio o Auto-semblanza]

Ph: Mechi Farías
Hola soy Juan Pablo “Reno” Gonzalez, nací en Las Flores y me crié en Dolores, a los 19 me fui a la plata. Toco la guitarra y canto en Reno y los castores cosmicos. También toco la batería en antolin y los excursionistas. Mi comida favorita es la merluza con papas fritas y mi deporte: disparar con aire comprimido a latas y boludeces así.


1. ¿Qué condiciones se tienen que dar para que empieces a componer?

Mmm ninguna… solo viene, no tengo la menor idea, creo que cuando estoy o muy contento o falseado o muy mal. O sea, cuando tengo algún sentimiento fuerte (sea bueno o malo) ahí  escribo las pavadas con las que luego armo los temas

2. ¿Cuál es tu héroe o antihéroe de ficción favorito?

El capitán Willard en Apocalipsis now y obvió Rocky: en rocky 1 y 2

3. ¿Qué talento desearías tener?

Saber jugar bien al futbol o manejar camiones, es zarpado eso

4. ¿Cuál es tu posesión más atesorada?

Amigos y gente que conocí que hacen que todo este mas o menos bien y ayuden a uno a lograr lo que busca con afecto y con determinación. Gente copada y leal

5. ¿Cuál es para vos la manifestación más clara de la miseria?

Ser desleal… sin códigos

6. ¿Cuál es la cualidad que aprecias más en los seres humanos?

El estado puro y elevado de sus sentimientos, sea puro amor o violencia extrema
Tenés lo que se necesita.

7. ¿Cuál es habitualmente tu estado mental?

Mmmm no se, reno, si, reno

8. ¿Cuál es tu idea de felicidad?

Palermo SOHO. Mentira, estar cómodo con lo que hago y rodeado con gente que quiero, gente de bien, en la previa del asado con birra, música.

9. ¿Cuál es tu mayor miedo?

Que Eduardo Feimann sea el amo incuestionable del universo

10. ¿Cuándo y dónde fuiste más feliz?

Cuando era chico y no me importaba ni la comida  ni las chicas ni un mierda.

11. ¿Qué canción que hayas escuchado últimamente te hubiera gustado componerla vos?

Tema  7 de las Ligas menores

12. ¿Qué canción que hayas incluido en un disco o interpretado en vivo no volverías a tocar? ¿Por qué?

No sé, nunca recuerdo las listas de temas que tocamos, no se… no

13. ¿Cuál es el peor disco de la última década?

Cualquiera de esos Bosannn algo…. Onda bossan stone y eso, bossan Beatles eetcccc.

14. ¿Qué libro te hace sonreír?

Los ojos de la pantera de Ambrose bierce o cualquiera de escritores locos, cínicos y enredados

15. Si sufrimos un ataque de Godzilla y tenés la oportunidad de salvar de sus garras a una banda o músico, ¿a quién salvarías?

A todos los go-neko y con ellos lo bajamooooss

16. Si después de muerto volvés convertido en zombie ¿a quién morderías primero?

Lamentablemente voy a robar la respuesta: A iorio ¡así está de mi lado, no tengo duda!

17. En tu último disco ¿encontraste la forma justa de expresar lo que querías?

Mas o menos  (en el que va a salir creo que bastante  más, pero es casi imposibleeee)


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Factbook: renonauta 

Restos diurnos


¿Sueñan los lobos con ovejas lunares? indaga lo mínimo pero también la esencia humana. Se trata del primer disco de ¿Lobo Está?, la nueva propuesta y  proyecto (no tan) solista del uruguayo Gonzalo Saavedra, integrante de la banda Pueblo Viejo.

Por Joel Vargas

¿Sueñan Los Lobos con Ovejas Lunares? cover art
¿Sueñan los lobos con ovejas lunares? es un compendio de vicisitudes sobre la existencia humana. El nombre del disco remite a Philip K. Dick -uno de los grandes referentes de la ciencia ficción- y a su libro ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Esta narrativa  pone en discusión la humanidad. ¿Qué es lo que nos constituye como tal? ¿Acaso el alma?,  ¿los sueños? ¿O simplemente la fe? Dick utiliza, como eje de su relato, una vieja disputa entre humanos y replicantes -androides- para demostrar que también son seres con sentimientos, con esencia. Ahí el yeite y el motivo de este disco,  lo humano y las representaciones sociales confrontadas. Lo instintivo frente a lo preestablecido culturalmente.

El álbum arranca con “Entrego mi cuerpo al viento”, marca el pulso de lo que vendrá: diez canciones folkies: a veces, aceleradas y, otras, más calmas que le dan batalla a los domingos suicidas,  a la soledad y al inconsciente colectivo. Aunque, por momentos, Saavedra abandona el tono folk y coquetea con latigazos eléctricos, bajos gordos y batas duras. “El túnel” va por esta senda, es una de las joyitas del disco, narra una road movie que tiene lugar en la mente de un defensor de las causas perdidas.

De vez en vez, los fantasmas de los grandes cantautores uruguayos dicen presente: en la densa quietud de “Mañana”, en los abrazos luminoso de “Invierno”, en la serenidad de “El viento” y en la adicción voraz de “A dos segundos de Vos/z”.  Otro de los hits es la tierna “Los muros”. Las seis cuerdas de la guitarra y la voz, a esta altura, se convierten en un bosque sonoro que desborda la canción hasta estremecernos.

“Slumberland” le hace honor a su nombre “la tierra de los sueños”, una oda onírica que navega entre melodías de mar. La voz, un susurro. “Doopleganger” habla de introspecciones, de la lucha entre las dos caras de un mismo yo: la calma antes del huracán y la violencia explosiva del huracán. El final llega con “Delete”, cuando “borrar” pareciera la única forma de volver a uno mismo.

Los fragmentos de un ser desmembrado transitan estos diez tracks existenciales. Y frente a la pregunta ¿Lobo está? Si, está. En ocasiones, el hombre es el lobo del hombre.   



Visuales: Xató



[Xató, ¿qué significa para vos hacer arte callejero?]


Para mi el arte callejero es el estar ahí. No importa lo que hagas, puede ser grafiti, stencil, performance, teatro, stickers, pixacao. El solo hecho de estar y ser, significa para muchos, el cambio de la rutina, la transgresión de las "reglas", del arte entre otras cosas.
Dar mucho a cambio de nada.
También es diversión, picardía, travesuras de niño.
Encontrar muchas veces a las personas en su "intimidad", en los recovecos de sus caminos habituales.
Decorar mi barrio. Decorar nuestro hogar.
Exponer lo que hago, cuando quiero, donde quiero. Sin tener que depender de nadie para eso. Actuar libremente e independientemente.


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Poesía: Valeria Flores


Será tu ojo (2008 - inédito)

Tiene una guerra en la lengua.  El agua no colma su sed antigua. La persistente agitación le exprime el cuerpo. Sabe de esa voz que la embriaga en vertiginoso paso, la que engrasa sus pesados sueños. Nació con el llanto y el aire oxidó su piel. Enfrenta, desgarbada y sin gracia, al guardián de los secretos. Su saliva, espesa la intriga que hará de la sangre el hálito de su carroña.
Intuye que puede perder, pero más la salpica ese afán de boca libre

***

mi letra no es gratitud
no es éste el lugar si es lo que buscas
todavía sigo colocando en la oreja la palabra que rasga

me esmero en ser brutal

****

podría haber dicho eso
tan luminoso en mi corazón de púas, pero
nos traiciona el ego y

te hice sufrir

***
peregrinar al santuario pélvico con un
rosario de pezones entre los dientes

piedra libre para el
esfínter escondido,

todavía saboreo en
mi boca
el mensaje cifrado de esa
cama untada de nombres

****

aprendió el poema de la celda, y dijo
no tengo hijos para entregar

tiene las tetas libres, con perfume de
hiena en celo

voluntad de no-madre, escribió en la 
intimidad de su desierto

el útero es un órgano más en el
mapa de su cuerpo

no se equivoquen, dijo
mis libros no son hijos

aprendió el poema del abismo, y pobló
su axila de una resina sedosa,
sin hazaña, a horcajadas
un idioma se fue soltando, y dijo

será tu ojo 

[Sobre la autora]

valeria flores. Escritora activista lesbiana feminista heterodoxa cuir masculina maestra que vive en Neuquén. Autora de “Notas lesbianas. Reflexiones desde la disidencia sexual” (Hipólita, 2005), “Deslenguada. Desbordes de una proletaria del lenguaje” (Ají de Pollo, 2010), “Lenguaraz” junto a Macky Corbalán (La Mondonga Dark, 2012) y “Bruma coja” (La Mondonga Dark, 2012). Integrante de la editorial La Mondonga Dark. Escribe en:



Linkoteca: Minifanzine Pelos




[Sobre Pelos]

"PELOS": sus páginas están habitadas por ilustraciones de algunos seres peludos, piratas, mujeres barbudas, piernas, axilas, bocas embigotadas que conforman este pequeño fanzine.
Esta diminuta publicación esta influenciada por la obra de literatura infantil "Los cretinos" de Roald Dahl y las maravillosas ilustraciones de Quentin Blake.


MINIFANZINE 7 CMS X 5,5 CMS.
Realizado por AZULUNA XATLI 

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Narrativa: Un lugar en la frontera

por Franco Dall'Oste


Felipe tira la primera piedra. Plac!, se escucha, erró. “Ahora voy yo”, desafía Juan. Él había calculado que como los otros tres tiros se le fueron muy a la derecha, si apuntaba a la izquierda de su objetivo, quizás pudiera pegarle. La piedra hizo una hipérbole perfecta y crash! hizo la cámara, el objetivo fue alcanzado. “Voy ganando, 3 a 2”, le remarcó Felipe, como para que sepa que su nueva victoria no significaba una amenaza para él.

El día era caluroso, el lugar se hallaba en silencio. Unas nubes se veían a lo lejos en el horizonte, parecían hojas de hierro abalanzándose sobre el campo. De la tierra subía un calor espeso, tedioso, que obligaba a Juan a secarse la cara con el brazo a cada rato. La loma sobre la que se hallaban parados era como una montaña para ellos, con sus senderos peligrosos, con su paisaje hermoso, era su lugar preferido en las fronteras.

Felipe agarró otra piedra, y la lanzó con todas sus fuerzas hacia la cámara consecutiva. El tiro pasó apenas a la izquierda, y se perdió del otro lado del alambrado. Pudo escuchar cómo el misil caía por entre los arbustos que crecían del otro lado, hasta que un sonido sordo golpeó el suelo, y el silencio invadió de nuevo el ambiente. El aire estaba quieto, el sol pegaba con violencia en la nuca. Juan buscó otra piedra en el suelo, entre medio de las bolsas, los desperdicios, y al final encontró algo, una especie de pelota de plomo, o algo por el estilo. Lo tomó con la mano, lo pesó sintiendo su presencia en su palma, y finalmente cerró los ojos, llevando el proyectil hasta su frente. Suspiró un segundo. Luego observó con desafío hacia su nuevo objetivo. Tomó carrera, y de un zarpazo lanzó la piedra hacia adelante, evitando por poco caer sobre una pila de bolsas olorosas en el impulso.

“Crash!”, se escuchó nuevamente. “Sí, ¡le pegué!, vamos tres a tres”, dijo con entusiasmo. Mientras Felipe miraba la cámara que colgaba destruida agarrada de un cable, unos pequeños ruidos comenzaron a oírse. Eran chillidos eléctricos, apenas perceptibles. Juan miró hacia el poste anterior, aquel donde estaba la cámara que Felipe había derribado, y observo cómo el aparato volvía a su forma original, hasta quedar nuevamente en su lugar. “Bueno, ya se están arreglando, ¿empezamos desde el principio?”, propuso Felipe. “Dale”, asintió Juan, alegre por poder tener una revancha.

Bajaron por el sendero de aquella loma, y comenzaron a caminar nuevamente hacia el otro extremo del alambrado. El suelo se sentía caliente, la tierra blanca se pegaba a los pies descalzos de Juan. Felipe llevaba puestas unas zapatillas agujereadas, “las encontré allá en la loma”, le contó a Juan cierta vez.

“Mirá”, dice Felipe de repente, deteniendo a Juan con un brazo y señalando hacia el cerco con el otro. “¿Lo ves?”, le pregunta. “¡No! ¿Qué?”, exclama Juan, frunciendo las cejas. “Allá, del otro lado, entre el pasto, ¿no lo ves? ¡Hay una de esas! ¿Cómo se llaman? Esas cosas redondas, como la que se había encontrado tu hermano”, dice Felipe. “Mmmm… una… ¿pelota?” “Sí, eso” Juan se acercó con sigilo al alambrado, mirando atentamente hacia el pastizal. “No es una pelota, es un casco o algo así”, exclamó finalmente. Felipe lo miró con un sesgo de odio, luego dio media vuelta, decepcionado. “Dale, sigamos” le dijo a Juan.

El sendero daba varias vueltas, pasaba por encima de lo que en algún momento fue un arroyo, y terminaba en el río. El alambrado seguía más allá, hundiéndose poco a poco en la profundidad de su lecho, hasta perderse por completo. Hacia el oeste, los postes con las cámaras se repetían, cada diez metros, a lo largo de toda aquella franja. Juan nunca había estado más allá de la loma, pero se imaginaba que el alambrado seguiría de la misma manera, así que tampoco valía la pena aventurarse.

“Bueno, empiezo yo, por que vos empezaste la vez anterior”, dice Felipe, y agarra una piedra lo más rápido posible, para que Juan no pueda contradecirlo. Sin embargo, la tira tan apurado, que el misil no supera la altura del alambrado, y termina por caer antes de siquiera alcanzarlo. “Bueno, ahora sí voy yo”, se ríe Juan. Tira de nuevo, y nada.

El sol empieza a caerse por el costado. Juan se tapa con un brazo, para ver bien su objetivo. Es la tercera ronda, es la tercera vez que intenta derribar esta cámara, sólo lo logró en un intento. “¿Para qué sirven esas cámaras?”, le había preguntado cierta vez a su madre, “para mantenernos acá adentro”, le contestó. Para él solo estaban ahí como un juego. Crash! otra vez vuelve a voltearla, y de paso gana el torneo. Felipe aún sostiene su piedra en la mano, y mira hacia el suelo con enojo. Entonces corre unos metros hacia el costado, en busca de la cámara anterior y lanza una piedra. “Mirá, sigue rota”, dice Juan mientras el misil cae por un costado sobre los pastizales. “No puede seguir rota”, dice Felipe aún resentido. “Sí sí, mirá, hace ruido, debe estar rota”, responde Juan.

El sol comienza a desvanecerse. Un chillido se escucha en el lugar, un ruido eléctrico que parece no cesar. La cámara larga chispas, hasta que finalmente cae en seco sobre los pastizales. El silencio vuelve a reinar el lugar. Los dos niños observan con sorpresa. Miran hacia el poste contiguo, y luego al anterior: ninguno de los dos está mirando hacia ese lugar. Felipe se acerca al alambrado, y mira los restos de la cámara. Luego lo mira a Juan, y le pega en el hombro. “Ahora tenemos que jugar con una menos”, lo reta.