menucito

Combo, Pongo, Pomboesía

tengo varios combos

si querés te puedo escribir un poema pizarnikiano

que diga:

ella se vá con los pájaros de la noche

adonde las alas se destruyen para volver en remís

o también te puedo pisar cuando hablás y hacerte enojar

o pedirte una pizza que no sea tan mala

otro combo posible sería

el combo nerudiano:

puedo escribir los versos más tristes esta noche

escribir por ejemplo:

la noche está húmeda y nunca me contestás

el puto mensaje para ir a tu casa.

no soy lou reed pero a veces camino

por el lado salvaje

otras solo camino por junín

lleno del enjambre de gente

enloquecida comprando celulares

y plasmas que no se usan en los hospitales

siempre la pelotudez

nunca LIBROS PARA TODOS

y comida

no es poesía ver niños en la calle

yo sólo busco un puto trabajo

en esta puta ciudad

porque la poesía es linda

pero pobre e infiel

te engaña con cualquiera

cuando te das vuelta

Desmayos fantasmales

La banda uruguaya Millones de casas con fantasmas editó su segundo disco Los desmayos.


Por Joel Vargas

“Vamo’ uruguayos campeones de América y del Mundo” canta Jaime Roos en la canción “Cuando juega Uruguay”. Y sí, volvió la celeste al lugar que siempre mereció. Para seguir la onda oriental vamos a hablar del último disco de Millones de casas con fantasmas: Los desmayos, que trae canciones con historias de desamor, luz, drogas y por supuesto: fantasmas.



Pau O´Bianchi, integrante de 3Pecados, en el 2008 grabó su primer disco solista Apoteosis, un puñado de canciones con aire melancólico que remiten a ese mito popular de “la gris Montevideo”. Pero con Los desmayos sube la apuesta y construye, a lo largo del álbum, imágenes oníricas y hasta cinematográficas que podrían estar tranquilamente en una película de Fellini y Lynch. Es todo lo que uno necesita: un collage surrealista.



El álbum salió editado en formato digital y físico por el sello uruguayo Esquizodelia Records y por el ya conocidísimo sello argentino Laptra. El parentesco sonoro con algunas de las bandas de la movida platense se nota en varias melodías, por ejemplo en “Dientes”, canción que abre la placa y que dura tan poco que te deja con ganas de más, y en el tema que le sigue: “Hay un ángel durmiendo en uno de tus pulmones”.


Los desmayos logra transmitir calma en “Padre” y “Amora”. Varios trances en “Verónica cree que es un motel” , en “Vals en silla de ruedas” y en ”Árbol con bandera”. Un baile apocalíptico en “Yola” y hasta te lleva a una especie de limbo sonoro en “Fernando Henry” con una “música rara” que en “Calma” se vuelve más rara en un cielo de acoples y ondas sonoras. El disco se termina ahí, como captando una señal y “esperando que mi recuerdo no se enamore de vos”.

Millones de casas con fantasmas se estará presentando en la Argentina en su gira “Volveré y seré millones”, el jueves 28 de julio en Palermo en el Especial, el viernes 29 de julio en Lujan en el Barcelona Bar y el sábado 30 de julio en Barracas en La Dulce Barracas.

DESCARGAR LOS DESMAYOS
Cine hogareño, familiar, amateur. En tono de comedia, la nueva película de Néstor Frenkel (Buscando a Reynolds, Construcción de una ciudad), acompaña la agitada vida de Jorge Mario, un habitante de la ciudad entrerriana de Concordia que además de odontólogo y cineasta amateur, conduce su propio programa de radio, es filatelista, fue basquetbolista, experto en tiro al blanco y ahora dirige un Club de Niños Exploradores.







por Maria Eugenia Vidal








La película Amateur cuenta la historia de Jorge Mario un habitante de la ciudad argentina de Concordia, odontólogo de profesión. Hoy, a los 70 años de edad y 40 años después de la realización de su western al que llamó “Winchester Martín”, este autodidacta quiere filmar su propia remake.



Amateur es una buena película, en el sentido ético de la palabra. Surgió de la suma de muchas cosas.



Es el tercer largometraje de Frenkel y al igual que los anteriores eligió contarlas en formato documental, aunque en su latente film afinó la atención hacia retratar un personaje en cuestión, y pasar por varias tramas narrativas como el found footage, el documental y la ficción, lo que genera una contundencia en el mensaje en cuanto a su significado, proponiendo de alguna manera un cine más libre. Después de verla te das cuenta que ama lo que hace.



Pero además del retrato de este hombre tan peculiar, quien entre otras cosas lleva un registro detallado de las más de 13.000 películas que vio en su vida, Frenkel ensaya un homenaje al cine amateur y al Súper 8 milímetros, con una introducción donde compone un collage de imágenes de cumpleaños, fiestas, viajes, casamientos, mascotas y muchas otras actividades filmadas por personas anónimas en ese formato de cine hogareño. El Jorge Mario que escuchó el director el día que lo conoció no es muy diferente del que se puede ver.



Amateur es una película que todos los concordienses deberían ver porque encierra una gran lección de vida a lo largo de sus 78 minutos de duración y esencialmente por que es totalmente local. Con la evolución de la técnica, paulatinamente las cámaras y los reproductores se hicieron económicamente accesibles y llegaron a los hogares.



Amateur tiene momentos desopilantes, hábilmente manejados por el director, quien nunca deja de mostrar a Jorge Mario con respeto, aunque la manera en que el señor organiza sus múltiples actividades provoque risas. Jorge Mario es dentista en Concordia, pero también es un hacedor de filmes en Super8, líder Boy Scout, cinéfilo y conductor de un programa de radio.



Definitivamente Amateur es una muy buena película realizada con inteligencia y maestría; siendo el cuarto largometraje de Néstor Frenkel, que fue presentado en el reciente BAFICI donde fue muy elogiado y reconocido por el periodismo cinematográfico.









[Ficha Técnica]



Dirección: Néstor Frenkel



Guión: Néstor Frenkel



Intérpretes: Jorge Mario - Ofelia Graziano de Mario



Producción: Sofía Mora



Fotografía: Diego Poleri



Montaje: Néstor Frenkel


Bowie



Yo?

Wie

Qué?

Te arañé desde Marte




Ocupación poética en Valparaíso Chile

En el marco de movilizaciones y agitación social, la poesía resiste en una ocupación poética que se realizará mañana en el muro 12 de febrero, a un costado del edificio Gimpert.



por Nadia Sol Caramella




Como es de público conocimiento en Chile se propagan las manifestaciones de estudiantes y profesores en defensa de la bastardeada educación pública. Se suman las movilizaciones de ecologistas, trabajadores del cobre y otros sectores. El modelo económico chileno antes indiscutido, hoy por hoy está siendo puesto en tela de juicio y la imagen política de Piñera cae estrepitosamente.
Mientras tanto los medios hegemónicos de comunicación se han dedicado a mostrar el “vandalismo” y la supuesta “violencia” con la que el pueblo chileno expresa su descontento. Pero por suerte para los que todavía tenemos ganas de saber la verdad o conocer la otra realidad, existen medios alternativos que revelan esta maniobra mediática que pretende descalificar las luchas sociales.
Con el fin de desenmascarar estás etiquetas han surgido innumerables iniciativas y formas de protestas para mostrar la otra cara de lo que está ocurriendo en Chile. A continuación les recomendamos un post de Taringa en el que se pueden ver una serie de videos de manifestaciones originales y pacificas que se realizaron en defensa de la educación pública. Encontraran a un grupo multitudinario de superhéroes tratando de pelear contra los villanos del sistema que empobrece la educación y si observan bien, tal vez vean por ahí un retrato de Piñera.
Entre tantas iniciativas no puede faltar la literatura como forma de resistencia, mañana 26 de julio, a las 17hs se realizará una ocupación poética que constará de una intervención en el muro 12 de febrero, a un costado del edificio Gimpert ubicado la calle 12 de febrero, Valparaíso, Chile. Este evento es convocado por Hebra editorial y contará con el apoyo de músicos y artistas chilenos. A los que deseen asistir podrán llevar sus poemas impresos o escritos en papel o en un soporte similar.
Más información en el evento en facebook.

La Reina de Dios




En el ensueño
de la mujer fatal,
se esconde el sueño
del hombre entregado,
está entregado
al placer del amar,
su voluntad ya lo abandonó.


No hay poesía
más dulce y más voraz,
que la caricia
de la reina de dios,
sus manos son
una pluma real,
su piel es seda
es incienso y alcohol.


Es imposible otra eternidad
que este instante
esta furia veloz,
no pido más
que tus labios rozar,
con la calvicie
de la desolación

Qué la música no pare, no, qué la música alimente al alma

Morón City Groove, Nuca, El Pelado Cordera,Yatay y más. Todo eso en una tarde con Matías "Chavez" Mendez, prolifero artista y productor del Oeste de Conurbano Bonaerense: "El campeón en vivo y directo de Morón".



por Joel Vargas y Nadia Sol Caramella


Fotos: Flor Juárez


Fue sencillo, bastó hacerle llegar nuestra necesidad de entrevistarlo y el no tuvo problema, en pocas palabras concluimos día, horario y lugar. La cosa es que tuvimos que pasar la fecha de la reunión, el se encargó de llamarnos para disculparse por cancelar, es un tipo muy amable y no se come ninguna, eso está bueno. Cuando fuimos a la entrevista entendimos por qué no había podido ese día, pasa que está a full preparando su nuevo disco, lo está produciendo solo, tenía la posibilidad de producirlo con uno de los músicos de Control Machete, al principio nos contó que estaba cebado con eso pero terminó decidiéndose por hacerlo solo. También, en esos días, estaba terminando de producir en Corrientes el video de “San Genaro”, el próximo corte de difusión del disco Morón City Groove, que en estos días se estrenará en los medios. Y como si fuera poco, produce a otra gente y cría a su pequeña hija junto a su esposa Eugenia, compañera de vida y de escenario.
Por fin nos encontramos: llegamos a su casa en Castelar, nos recibió tímido pero con una mirada amable, atrás en el living se escuchaba que de la tele salían voces finitas y jocosas es que la pequeña Chávez, estaba mirado dibujitos animados. Fuimos a la cocina como para no molestarla en semejante tarea. Matías hasta ese momento solo había dicho: “hola, pasen”.
Permaneció callado un rato mientras llenaba la pava de agua para el mate. Su silencio no fue incomodo, más bien nos aclimató a su espacio y vida, todos se dio de manera natural y el dialogo fue fluyendo de a poco. La verdad estábamos nerviosos, El Chávez es uno de los músicos más emblemáticos de los últimos tiempos en el oeste. Habíamos vivido parte de nuestra adolescencia escuchando sus bandas: Árbol y Nuca. Varias veces pateamos las calles del oeste para verlo tocar. Y ahí estaba calentando la pava, a punto de ofrecernos unos mates, acompañado de un “quieren tostadas”. Así empezó a fluir la entrevista:

Escrituras Indie: “Como no sabia hacer nada muy bien quemé los puentes al cruzar” es una de las frases de la canción “Monterrey”. En algún punto está frase refleja tu historia musical, tu necesidad de quemar puentes a la vez que son cruzados, es decir de trascenderte musicalmente. Y por ahí no tiene que ver con el no saber, sino con una sensación de incomodidad en lo estático:



Chavéz: A veces padezco esa inconformidad, me pasa ahora haciendo el disco nuevo que cuando siento que hago un camino parecido, siento que no pasa nada. Es una sensación más que una decisión.

Ei: Volviendo a la idea de ruptura. En una entrevista dijiste: “Como productor el hecho de trabajar como un músico más dentro de las bandas y generar de ese modo un ida y vuelta con los demás enriquece el disco. También siento una cualidad en la forma en la que incluyo la tecnología como herramienta artística y de post-producción eso le da a los discos un sello distintivo y una vibra vanguardista”·.
La vanguardia es básicamente un movimiento rupturista, crees que se puede volver atrás luego de “romper”, o surgen otras búsquedas.

C: Lo que tiene la vanguardia es que lo que es vanguardia hoy, mañana es vanguardia vieja y no hay nada peor que eso. Como esta casa, en los cincuenta era moderna y ahora es un adefesio.
En este momento estoy buscando el equilibrio entre lo nuevo, que es lo que me interesa de la música que escucho y a la vez poder ser clásico, eso lo aprendí con Emiliano de No te va a gustar, que es súper clásico y me llamó a mi para hacer un disco rupturista. Trabajando empezamos a pelar cada uno su idiosincrasia musical, pero si intentas hacer algo moderno pasa lo de la vanguardia vieja. Generalmente los discos que trascienden tienen algo de clásico y moderno, algo moderno que es atemporal.

Ei: Hoy por hoy llevas a cuesta un proyecto musical que mezcla géneros: cumbia, dub, dance. ¿Alguna vez te paso que el público no recibió como vos esperabas la música que haces?

C: Lo que tiene este disco que es mucho más amable para el oído que Nuca, que era mucho más ruidoso para alguien que no esta acostumbrado. Te pasa mucho cuando vas a tocar al interior, a lugares que nunca fuiste, pasa que como Nuca es ruidoso, no sólo no la casan sino que les molesta. Esta música es súper agradable y entradora, vas ganando partido.
Antes cuando íbamos al interior con Nuca nos dábamos cuenta que la cosa fluía con la gente, cuando empezaban a hacer pogo, ahora, cuando empiezan a bailar.
También nos pasó ir a Córdoba a un boliche, donde el tipo que nos llevó, nos dijo que nuestras canciones la rompían y cuando empezamos a tocar la gente se quedaba así (se cruza de brazos con cara de serio) y decían estos “monos que onda”. Encima fuimos con formato SoundSystem. Es un formato muy de gueto más para gente que está acostumbrada.

Ei: Haces música bailable, de dónde nace esa necesidad de hacer bailar a la gente.


C: Todos mis discos tienen eso: Swing, desde Árbol. Porque a mi gusta esa clase de música, regee, hip hop es lo que más que escucho, escucho otras cosas también, pero es lo que más escucho. También me gusta la cumbia del tipo que hago yo, no tanto la cumbia clásica.
Con Nuca nos pasaba que volvíamos de las giras sin plata. Y ahora nos llaman y nos preguntan cuanto cobramos, es otra cosa. Porque el hecho que propongas una situación de baile y de fiesta, cambia la movida, deja de ser rock. Es re loco eso. Te llaman y te dicen cuánto estas cobrando, es loco, ahora ya estoy en esa. Pero veo a mis pares que siguen tocando rock y la siguen remando y no ganan un mango.



Ei: En Árbol tocabas la batería, después de dejar la banda empezaste a cantar, ¿cómo fue ese camino de la batería al mic?

C: Fue un proceso difícil, me llegaron un par de discos de gente que no cantaba bien y sin embargo cantaba. Me llegó Tricky de Massive Attack, me sentí muy identificado porque son monos que hacen las canciones, producen, mezclan, pero no son cantantes y llaman un par de cantantes de verdad para cantar un par de temas y los demás los cantan ellos, eso me voló la cabeza. Es como si fueras rengo y vez otro rengo jugando al fútbol, ves que lo hace y te dan ganas de hacerlo.
Manu Chao no es un gran catante, pero su disco me lo hice propio, empecé a cantar sus canciones porque son fáciles de cantar y me gustaban. Escuchando ese disco recorrí Latinoamérica. Fue muy fuerte descubrir por mis propios ojos Latinoamérica. También me pasó que muchas veces no tenía guita y me salvó cantar, o sea que me tuve que curtir.
Encontré una forma decir y ponerle voz a las canciones. Soy un loquito que dice las cosas como puede.

Ei: En “Desterrado” cantas “el lenguaje anclado en un corral y la emoción yéndose por las ramas”, ¿qué importancia tiene el lenguaje en tus canciones?

C: No sé por dónde empezar. Soy como de hablar muy poco, de hecho me cargan, soy reticente en la comunicación. Por ahí me paso una hora hablando pelotudeces pero no digo un montón de cosas muy concretas: nos vemos mañana a las dos, no te lo dije y hablamos de River, de J.J. López, de cocina, política, lo que sea. Entonces hay muchas cosas que no encuentro las palabras para decirlas, cuando me siento a escribir siento que eso si pasa. A veces soy medio hermético, mis letras no son concretas. Son como cuadros, oníricos.
Cuando empecé a escribir este disco Moron city groove me propuse a escribir de manera más concreta

Ei: No te salió, (risas)

C: No, no me salió (risas) para nada. Me ponía acá (en la cocina) a la mañana, hoja en blanco y arrancaba y al rato pensaba: esto es una mierda. Después de tanto tiempo de pasarla mal, me di cuenta que estaba forzando algo, y me di cuenta: no es por acá. Yo quería escribir simple.

Ei: Esa simpleza aparece por momentos…

C: Pero termina la canción y decís este pibe de qué está hablando.

Ei: Me parece que el estilo de tu música, de alguna manera, hace que la letra quede relegada un poquito. Por ejemplo: “San Genaro” no tiene ningún sentido más allá de un valor rítmico y musical en la canción.

C: Eso es simple, no tiene ningún sentido.
Cuando querés pintar una situación, me es difícil decirlo de un modo simple y concreto. Como en Monterrey. Esa canción salió yendo a producir un disco de Ciudadvitecos a Ciudad de Vita. Fui en auto y todo el tiempo flasheaba con lo que es salir de Castelar, una ciudad de clase media, y cruzar esa parte de San Justo, que cambia en cinco cuadras, es acá nomás Don Bosco. Cómo pones eso en palabras, porque además está la propia cultura musical y cultural, es acá nomás tampoco es que vivo en Paris. Y además voy en auto, escuchando otra música y estoy bajando data de ese mix en la canción. Cuando me pongo a escribir me sale eso.

Ei: ¿Y el próximo disco?

C: Sigo forzándome a escribir distinto, pero escribí muy poco. Es difícil superarme, como que con la música es más fácil.




En ese momento, El Chávez nos pidió seguir la entrevista en su estudio de Haedo, tenía que trabajar en algunos discos que estaba produciendo.
Antes de ir al estudio lo acompañamos a que lleve a su hijita a la casa de su abuela, una señora que tiene los ojos celestes profundos igual que él. Fue raro ver al Chávez en su faceta paternal porque nos tiene acostumbrados a verlo arriba de los escenarios en estado de trance por culpa del power-dub. Pero este es otro tipo de trance, uno armónico y familiar. De ahí nos fuimos caminando a la parada del 238 y lo tomamos. Ya en el colectivo charlamos de fútbol, del descenso de River y, obviamente, de música. Hablamos de la escena musical de La Plata, nos contó que había escuchado mucho lo primeros discos de El mató a un Policía Motorizado. Le preguntamos por sus cantautores favoritos, destacó el trabajo de Coiffeur, entonces atinamos a preguntarle si alguna vez haría algo así; guitarra y voz, y no, nos desalentó en el intento de verlo en una nueva faceta.
Matías “Chávez” Mendez además de ser un exponente de la cumbia electrónica del oeste es un respetado productor musical, la lista de bandas que produjo es larguísima, se pueden destacar: Los Umbanda, Sancamaleon, Doña Maria, Ojas, Gustavo “El pelado” Cordera, NTVG, entre tantas otras que tuvieron en sus discos el “toque” Chávez. Su camino como productor empezó en la etapa independiente de Árbol, para luego consolidarse con las producciones de los discos de Yicos, Shambala y Nuca, bandas que surgieron del espíritu de comunidad de la casa Yatay.
Llegamos al estudio Nómade, nombre que se corresponde con la personalidad musical del Chávez: no puede quedarse quieto en un estilo, trata de innovar y crear nuevos sonidos que abra puentes para luego quemarlos al cruzar. Antes de continuar con la entrevista hicimos una sesión de fotos, él se sentó al lado de la consola y seguimos:

Ei: ¿Ser productor te da cierta independencia?

C:Yo tengo mi estudio en la mochila. Yo voy con esto a cualquier lado. Eso es independencia. Lo único que necesito es tiempo, ni productor, ni músicos, en un momento no los necesité, lo hice sólo.
Cuando tengo el disco terminado me asocio con alguien porque no tengo el tiempo, ni las ganas de hacer el trabajo de prensa, distribución. No tengo tiempo.
Además me cuesta mucho trabajar en un estudio si tengo que respetar esa relación piramidal de los estudios. Tenés que ser muy político con tus decisiones. Me pasa ahora trabajando con el Pelado Cordera, que somos un montón, a veces me cuesta encontrar mi lugar en la cancha.
Los discos los hago donde quiero y como yo quiero. Cuando tengo el disco terminado, tengo un contrato, les doy un master, me dan una plata para los videos y hacen la distribución. Pero la parte de hacer el disco lo trabajo con productores amigos.

Ei: ¿Qué es Yatay discos?
C: Yatay discos es un mito. Éramos un grupo de amigos que vivíamos en una casa y gestionábamos cosas durante mucho tiempo. Después cada uno fue teniendo su casa, obviamente seguimos conectados. Pero nunca fue un sello discográfico. Yo a mis discos le pongo Yatay, por una cuestión romántica porque es el lugar de dónde venimos.

Ei: ¿Y tu trabajo con el Pelado Cordera?

C: Es algo que está vivo todo el tiempo, que todos los días se está reformulando, de hecho ya estamos haciendo un disco nuevo. Y se dio una cosa muy atípica, porque me quedé tocando en la banda, como percusionista, ahora ya no soy percusionista, pero era como una forma de estar. El tenía la necesidad de que yo esté y que vayamos haciendo un disco nuevo conviviendo, y no que nos encontremos dentro de un año y que me muestre sus canciones. Quería que vaya a las giras para ir en el micro componiendo y yo grabando con la computadora. Lo estamos haciendo, pasa que ahora estoy con otros trabajos, con mi familia y mi disco, no me puedo subir a todas las giras. Pero trato de estar. El vive en Uruguay, viene tres o cuatro días y vamos avanzando.
La experiencia de trabajar con él está buenísima, el chabón es grosso. A mi no me gustaba Bersuit y tampoco me gustaba él. Y al conocerlo realmente me interesó.
Él me llamó por teléfono, yo no lo conocía, vino acá se sentó ahí como vos, tomamos unos mates, nos pusimos a tocar. Pusimos el CD, empezamos a bailar los dos solos acá, pegamos onda en seguida. Hubo un feeling de toque. El me dejó un CD con canciones grabadas con la guitarrita, al mes le devolví lo que era para mi el concepto del disco que lo armé con Juanito.

Ei: Volviste a tocar con Nuca el año pasado, ¿qué nuevas sensaciones te trajo el hecho de pasar de lo bailable a la distorsión de los viejos tiempos?

C: Cuando empecé a tocar Moron city groove, al principio me faltaba un poco de fuerza. Y ahora le empecé a dar otra fuerza a la banda. Hoy ves El Chávez y es otra cosa, conseguimos un batero que le da otra fuerza.
Con Nuca tuvimos una necesidad musical de volver a tocar, como para exorcizar todo el último tiempo que pasamos juntos, que no estuvo bueno. Fue más tiempo que el que debería haber pasado, la cosa no estaba vibrando y seguimos como por inercia, o como una forma de hacer el luto.
Le dije a los chicos de juntarnos a hacer música de pasarla bien, quería que volvamos a compartir eso. Un día nos juntamos a comer un asado, estuvo todo bien y la próxima porque no juntarnos a tocar. Así fue.

Ei: ¿cómo ves la escena actual de la música?

C: Hace mucho que no salgo a ver bandas. Pero vengo percibiendo que lentamente está habiendo un cambio de paradigma porque las bandas que cerraban festivales y tocaban en canchas de fútbol, se están separando o se separaron, porque no tienen más nada que decir musicalmente. Yo lo asocio al cambio en la cultura-rock a partir de Cromañon. Lo de Cromañon nos podria haber pasado a cualquiera y en cualquier lado. Ese día estábamos tocando en Cemento con Nuca, pero no sabíamos muy bien lo que estaba pasando. La cultura rock, ya no tiene más nada para dar.

Ei: También están cambiando los espacios para tocar.
C: Si, pero lo llevo a un plano más amplio que excede la música. De cómo comemos, que relación tenemos con el alcohol, con las drogas. Los roqueros anteriores vienen de mucho reviente. Somos una generación que estamos en otra.

Ei: ¿Qué pensás de la generación que viene?


C: Lo que empezamos nosotros, ellos lo hacen mucho más. Casi todos son vegetarianos, viven en libertad su identidad sexual. Son más espirituales. Realmente brindo por eso.

La entrevista terminó entrada la nochecita, salimos del estudio y caminamos hasta la estación de Haedo. El oeste a veces tiene el mapa para hacernos colapsar pero tiene ese folclore intenso de sonidos, de lenguajes y emociones yéndose por las ramas entre “caras aindiadas” y nenes/as bien. “El silencio como idioma a veces no se deja entender” será por eso que el oeste es la cuna de grandes bandas. Será que cruzando la General Paz no entendimos al silencio…No importa, mejor así. En el oeste habita el groove.

Una felicidad posible con textos de Clarice Lispector

Todos los domingos se presenta "Una Felicidad Posible" en el Teatro Querida Elena. En sus agonías se revela el deseo, la esperanza, la posibilidad de ser feliz. En su recorrido: la consciencia de una felicidad que no se puede tomar, la idea de una felicidad absoluta, la ira y el dolor, la desgarradora impotencia, la resignación, de nuevo el deseo, la esperanza, la felicidad posible. Una actriz...
Por Maria Eugenia Vidal

Monólogo dulce y desesperado que recorre textos de Clarice Lispector, con un respeto afiebrado por la palabra de la escritora, Una felicidad posible es el homenaje de una fanática, pero también la mirada de una joven sobre los distintos estadios de la vida, hilados por el deseo. A medida que recuperamos la palabra, el saber y nuestro cuerpo; a medida que alguna autonomía e independencia económica nos hacen más ciudadanas, es decir, a medida que se nos reconoce alguna autoridad, la idea de una felicidad posible adquiere sentido.
“Definitivamente me cambió la vida”, desliza Ana Luz Kallsten, quien en algunos momentos de una entrevista brindada a Página/12 habla como una lectora corriente, mientras que en otros brinda detalles de Una felicidad posible, obra de la que es autora y única actriz. "Buscamos homenajear a Clarice Lispector por su capacidad y su genio para abordar lo femenino y la relación con el deseo y la felicidad. El planteo escénico intentará traducir teatralmente esta reflexión sobre el universo femenino y el género humano en su totalidad".
Una actriz bella y glamorosa, y a la vez, corriente y ordinaria, se propone encarnar tres cuentos de la escritora, los cuales retratan tres momentos de la historia de este personaje que intenta abordar. Una actriz atravesada por sus imposibilidades expresivas y por reiterativas obsesiones acerca de la existencia, el amor, el sentido de la vida y la siempre deseada e inabarcable felicidad.
Clarice Lispector es considerada una de las más importantes escritoras brasileñas del siglo XX. Pertenece a la tercera fase del modernismo, el de la generación del 45 brasileño. Ha sido muchas veces comparada a sus contemporáneos Virginia Woolf y James Joyce por compartir el uso del flujo de conciencia, aunque ella no los hubiese leído todavía al publicarse sus primeras novelas, donde ya adoptaba la técnica. Lispector ha sido vinculada por algunos críticos y biógrafos a una literatura de fuerte carácter femenino y feminista, tratando siempre de temas intimistas y de profundo carácter psicológico.

[Ficha técnico-artística]
Sobre textos de: Clarice Lispector
Actuan: Ana Luz Kallsten
Vestuario: Claudia Grisolia, Ana Luz Kallsten
Escenografía: Claudia Grisolia
Producción ejecutiva: Leticia Hernando, Patricio Pereyra
Dirección: Gabriel Peralta, Viviana Suraniti
Web: http://www.unafelicidadposible.blogspot.com

[Funciones]
QUERIDA ELENA
Pi y Margall 1124
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4361-5040
Web: http://www.queridaelena.blogspot.com
Entrada: $ 35,00 - Domingo - 14:00 hs

Karma Sutra

Cuando la razón
se abre de gambas
y se lubrica,
penetra el sueño
del corazón.
Frí(gi)das kahlos
torciendo la espalda
y poniendo cara de fatalitas
que se van al mazo
cuando le cantás envido.
Una "peta" y un "pete"
y una burguesa que bese
como una puta frambuesa.
Sin karma police, con karma sutra,
con Radiohead en la vitrola, te quiero, trola.

Mito efímero

Fogwill / Los pichiciegos

Una comunidad que apenas resplandeció en la madriguera y su horizonte neblinoso. No hay pasado común ni individual, no hay futuro colectivo: están puestos ahí para sobrevivir y morir. Pugnan identidad pasajera (doble y simbólica, con su correlato aquí afuera, donde el lector hace pie), y comunidad salvaje (duró lo que duró esa guerra y se esfumó). Guiados por el miedo, convertidos en sombras dentro de las sombras. Fantasmas reales, ecos en una grabación desgrabada. Fogwill construye así una leyenda fugaz, y simultáneamente moldea el propio Fogwill mítico, que nace al apagarse el fósforo azulado de sus pichiciegos.

Freeda te Kalo

Alberto De Mari: Otros


Nadie estaba invitado, había que ser profundo, de verdad.
Salir del cuarto, salir del modelo, salir del mundo.Habia que girar como animal enloquecido, raspar los alambres hasta que ceda la montaña y la respuesta se aleje aun mas.
Yo regresaba,me arrodillaba ante mis organos,me daba de comer a mi mismo.
Los oídos apretaban como los dientes en un sueño cobarde.Me distinguí otra capa.otro escapé, otra rueda privilegiada.
El dibujo estaba encaprichado con que el horizonte tenga un fin certero.Estaba cansado de los portales abiertos,de los infinitos perezosos.
La certeza de que un diminuto insecto había franqueado los limites era algo que se transmutaba en pánico para el imperio de los dioses.
Nadie dudaba en arodillarse cuando era la sangre la que guiaba la ceremonia.
El lenguaje debió acelerar su proceso aun corriendo el riesgo de ser la primer victima de su propio embate.
Nadie se animo a quemar las hormigas y por eso, hoy, seguimos acá.

Paula Marina: ... de las personas

En el intersticio de las personas, en que todas se conjugan de manera unánime, en realidad, de la unidad de las nociones del mundo, todo se realiza dentro de un mismo límite. Cuando el contacto - donde un festejo se concreta en función de nada (y cuál fuera el objeto por el que se planteara un festejo? un acercamiento a la finalización del tiempo (cumpleaños) o un acercamiento a la finalización de la libertad (casamiento) - se exterioriza, la soledad se extingue entre todas las presencias - adjudico a presencia, al significante de presencia, toda percepción del otro que fuera a afirmar: esta persona está en mí, yo la puedo percibir en su plenitud y sus efectos en caso de que estuviera un poco sobrepasado de estimulantes mentales - y entonces se disipa, disipo la soledad cuando fumo el cigarrillo que me fumo, cuyo humo se extingue apenas lo expulso, no le doy tiempo a existir ni siquiera fuera de mí, como me ahogo cuando lo contengo y se fusiona con otras percepciones que están al mismo nivel de mecanismo: percibir, conceptualizar, horrorizar, descartar, regresar a lo absolutamente descartable. El mecanismo que se realiza en este estado - a entender: se personaliza en forma, de modo que todos lo entiendan al menos relativamente - es absolutamente natural. Quizás el más natural de los estados. Concreto, estéril, estupefacto, inmortal. Decidir los adjetivos es una tarea difícil: por eso se escribe.

Si tuviera que describir una situación, todo adjetivo estaría lejos: el lenguaje no hace más que alejarnos de la realidad, que convertirnos en servidores del lenguaje. Siempre estamos a merced, siempre cayendo, sublevando, realizando en función de, no hacia nosotros, bajo ese concepto tan utópico de finalidad (como si hubiera en verdad una finalidad, como si no supiéramos desde la primera razón que estaremos muertos).


La sucesión de palabras que se lee - si es que se ha leído, ya, alguna palabra - es inútil, condescendiente al lector: todo lo dicho fue dicho para decir algo, es decir, para no dejar un vacío silencioso y atemorizante entre el que lee y el que escribe. Entre el que sangra y el que aprieta un paño de algodón contra un codo. Mi codo está herido y no necesita salvarse: en tanto siga extirpando sangre, de mayores nociones - o incertidumbres, que connotan en una real noción de la realidad, que termina en transformarla, que termina en un nuevo comienzo instruido más allá de los límites que desde afuera a nosotros mismos han ido - se va formando. Por eso nunca deje de leer, aunque ya haya dejado. Por eso no abandone la palabra en tanto le haga temblar los huesos: lo vuele de fiebre, lo vuele en una nube grande y gris, que antes se figurara lejos en el cielo, y que ahora se plantara fiel sobre su tierra, dispuesta a llevarlo más allá de las buenas costumbres y de las morales que le indican: sobre la tierra todo está seguro, sobre la tierra y más acá, todo está concreto, asible, puede ser formulado en un texto desorbitante y brotante todo el tiempo de flores azules y marchitas justo en el ángulo sobre el que da el sol


[ publicado originalmente ACÁ ] 

El “escritor independiente” en su tradición (o los inofensivos orines de Pablo Paniagua)

Aún a riesgo de que me sepulten para siempre en el oscuro, maloliente y viscoso conjunto de los poseedores de mentes convencionales alienadas por el sistema y su cultura oficial, creo que el “manifiesto anti-borges” del “escritor web” Pablo Paniagua merece alguna mínima atención, aunque más no sea porque reitera con cierta minucia casi todos los lugares comunes (suponemos que no es en esto todo lo exhaustivo que quisiera) de cierta “crítica lapidaria” de los paladines de la “cultura independiente” a la figura de don Jorge Luis.
Si usted, estimado lector, no ha leído la susodicha diatriba antiborgiana a la que me refiero, le recomiendo remitirse a ella antes de seguir con la lectura de este comentario (le bastará con hacer click ACÁ). Si luego del inevitable deslumbramiento que le habrá producido sumergirse en la lucidez de “Yo, me meo en Borges”, le quedan todavía fuerzas para enfrentarse a este texto, seguramente tanto o más deshilvandado y con una lógica que tal vez lo supere en debilidad e ineficiencia, lo invito a seguir leyendo.


Sin dudas, desde hace mucho son legión aquellos que estaban esperando con ansias que alguien se decida a echarse la meada definitiva sobre la tumba, el panteón, las estatuas, los bustos y (de haberlas) cada una de las estampitas de esa enorme mistificación canonizada llamada Jorge Luis Borges. Felizmente, el “escritor web” Pablo Paniagua, acomete sin ningún tipo de pudor, y cuidando mucho el no privarse de la ineficacia, la ya bastante anacrónica, pero no por eso menos heroica, tarea de derrumbar al ídolo con pies de barro, apoyándose en un argumento -fruto, al parecer, de alguna especie de revelación mística- infalible e incontestable: “Jorge Luis Borges encarna la tradición de una ‘cultura oficial’ semejante a una excrecencia del sistema fracasado que nos gobierna”. Semejante cruzada punky a la vieja usanza, rebosante de efluvios corporales de todo tipo y color, aunque tal vez emitida un poquitín a destiempo, no deja de tener su lado épico-rebelde.

Si bien lo suyo no son las novedades (a esta altura, qué se puede decir de nuevo sobre Borges, ¿no?), Paniagua nos ofrece algunas perspectivas particularmente insólitas, que sorpresivamente -y sin necesidad de muchas torsiones- coinciden casi al dedillo con ese sentido común bastante diseminado del escritor-independiente-enfrentado-con-el-sistema-y-que-por-eso-se-caga-en-la-tradición-y-las-buenas-costumbres (lo que comúnmente se conoce acá en Argentina como “un loco bárbaro”). La más evidente, y que creo estructura toda la cadena argumentativa, es la puesta en pedestal y canonización de una mezcla bastante sui generis entre “escritor maldito” y “escritor comprometido”, de la cual Pablo Paniagua sería quizás uno de los máximos exponentes. Es esa figura del intelectual-escritor-maldito-comprometido-que-se-la-re-banca-contra-el-poder, la que opone a Borges para de una buena y puta vez colocarlo en su justo lugar: “Si la figura del intelectual contemporáneo se significa por su independencia frente al poder, cuestionar la realidad, capacidad de disentir y generar corrientes de opinión, en Borges predomina lo contrario, pues él personifica al escritor sumiso ante el poder, el que acepta los convencionalismos sociales, el cobarde que rechaza el sexo, el escritor de buena factura estilística que se vende al sistema para justificarlo, o sea, el antiintelectual perfecto”.

Si bien la afirmación de que aceptar el sexo es un acto de valentía me deja un tanto desorientado, el resto de las acusaciones podrían, aunque precariamente, sostenerse sin sonrojarse demasiado: forman parte desde hace décadas (por lo menos acá en Argentina) del arsenal habitual que se ha gatillado incesantemente contra la persona y la obra de don Jorge Luis. Ya la vieja y siempre vigente (y vigilante, aunque algo fosilizada) puja “floridistas versus boedistas”, desmalezó, fertilizó y labró para nosotros el terreno en el que se mueve con soltura un poco deshilachada la lógica de Paniagua. La cantata es archiconocida: de un lado, los escritores que se resguardan en su torre de marfil y se dedican a sus juegos verbales exquisitos, abstemios temerosos de comprobar la humedad de vagina alguna; del otro lado, aquellos que se sumergen en la mugrienta realidad para obtener la materia prima de sus creaciones, y que, cuando no están escribiendo, se dedican a constatar vaginas y humedades, o, por lo menos, a drogarse y/o emborracharse. De un lado el virgen y condenable Jorge Luis Borges. Del otro lado el elogiable y promiscuo Roberto Arlt (o Ginsberg, o Kerouak, o Burroughs, o Morrison, para usar los ejemplos beat tan caros al “escritor web”). Como se ve, antagonismo irresoluble. Trazamos la línea y se está de un lado o del otro. Que alguien todavía pueda tener la suficiente ingenuidad como para creer que una perspectiva tan maniquea y simplista posee algún tipo de eficacia crítica, no deja de resultar curioso y sintomático, además de ser una preciosa demostración de evidente e invulnerable candor. Que ese alguien sea un escritor, resulta ligeramente jocoso.

“Detesto al Borges que apoyó con vehemencia a las dictaduras militares de Argentina y Chile; condeno al Borges clasista que miraba con desprecio a los obreros y trabajadores que sacaban adelante a sus familias con sueldos de miseria; censuro al Borges apegado a la élite institucional y cultural de su país; no me gusta el Borges continuador de una tradición literaria sin rupturas; maldigo al Borges incapacitado para escribir una novela”, dispara, impiadoso y preciso, Paniagua. Condenar a un escritor muerto por sus opiniones políticas o sus apegos ideológicos, si bien es un recurso bastante convencional (supongo que todavía en alguna latitud se lo debe usar contra escritores como Ezra Pound), tiene un muy preciso sentido en las agudas reflexiones de Paniagua: facilita que aquellos lectores que tengan en su mente la idea de que Borges era un viejo-gorila-conservador-cuasifascista, sin haber leído necesariamente ni una línea de su obra, simpaticen sin problemas con la prédica anti-borgiana. Descartado el hecho de que Borges mismo desmerecía sus propias opiniones políticas, está más que claro que cualquier persona con medio dedo de frente se da cuenta que utilizar ese argumento contra él es el colmo de lo políticamente correcto. Hoy día, en muchos círculos hablar mal de Borges está casi tan bien visto como hablar mal de Videla o  Massera. Nunca, entonces, una meada tan pulcramente dirigida, tan bien recibida y tan inocua: nadie se asusta, todos contentos bailando bajo la lluvia dorada del “escritor web”.

Debo reconocer que la cuestión de maldecir al vapuleado Jorge Luis por no ser capaz de escribir una novela, me deja abatido y perplejo. Que la novela es el monumento máximo al que debe sacrificarse cualquier escritor para llegar a la grandeza, es tan indudable y tan decimonónico como afirmar que un extenso poema épico-lírico debe ser el objetivo último de todo poeta. Supongo que detrás de ese perspicaz posicionamiento estético podríamos leer una sutil analogía fálica: el que escribe largo la tiene más larga que el que escribe cortito; y como Borges era un asexuado (porque seguramente la tenía cortísima), no le quedaba otra, pobre, que escribir cuentos, condenándose por el resto de la eternidad a la inexistencia literaria, incapaz de ingresar a la grandeza sólo reservada a los valientes que acometen la arriesgada empresa de escribir, mal o bien, una novela. Aunque es tentador descartar sin miramientos semejante desatino, hay que conceder que no deja de tener su atractivo heurístico-interpretativo: podríamos imaginar toda una historia de la literatura que se base en esa teoría para la clasificación y valorización de los escritores y las obras (el mismo míster Paniagua no se priva de utilizarla en algunas de las réplicas a los comentarios que recibió su texto: “y te puedo asegurar que las novelas las escribo mejor que él (eso está más que claro –cualquiera lo hace porque el “gran maestro” estuvo incapacitado para ello: las causas: psicológicas–)”; “De cualquier modo, a Borges no le alcanzó el oficio para escribir novelas y, del mismo modo, no necesitaba el Nobel porque nunca estuvo a la altura para recibirlo”; “Borges es un buen escritor, pero está sobrevalorado por esa incapacidad para escribir novelas y otras deficiencias de estilo”; aunque resulte increíble, juro que estas esclarecedoras citas son declaraciones textuales). Por lo menos, ahora ya sabemos que los “grandes escritores” son los que escriben novelas; esto nos hace relativamente sencilla la tarea de valorizar a Pablo Paniagua como escritor, ya que si ha escrito novelas debemos suponer, con un mínimo margen de error, que tarde o temprano la historia le concederá su merecido lugar en el parnaso de los “grandes escritores”.



Si decidí otorgarle al escrito de Pablo Paniagua un tiempo que quizás no merece, es únicamente porque lo considero un buen ejemplo de lo que muchos creen hoy día tiene que ser el pensamiento correcto de un “escritor independiente”: se ubica cómodo en cierta tradición que considera que basta con asumir la pose de soy-un-escritor-que-se-recontra-caga-en-los-escritores-canonizados para convertirse por arte de magia en un adalid intachable de la “literatura independiente”. Para esa tradición de pseudo-vanguardia, Borges es un blanco muy fácil: escupirlo o mearlo es casi un rito obligado para demostrar que uno está del lado de los “buenos”; es decir, que uno es un escritor-independiente-enfrentado-con-el-sistema-y-que-por-eso-se-caga-en-la-tradición-y-las-buenas-costumbres. Me parece que lo inofensivo y superfluo de esa actitud tendría que estar ya fuera de toda discusión.

Más fructífera es la otra tradición, la que se atreve a crear a partir del complejo campo abierto en la literatura argentina por las plumas de Borges y Arlt, sin necesidad de plantear antagonismos insípidos y estériles, o paupérrimas "demoliciones de ídolos". Y son justamente de uno de los que considero representantes de esa línea, Juan Carlos Onetti, las palabras que elegí para cerrar esto; palabras que quizás sería conveniente que todo escritor que se considere independiente tenga siempre a la vista: “No intenten deslumbrar al burgués. Ya no resulta. Éste sólo se asusta cuando le amenazan el bolsillo”.


PARA ELLA

En tus pómulos
tu sonrisa se diluye
como mancha de alquitrán
en la arena de la sonrisa que lleva la indiferencia que lleva
a los casados al altar.
En tu risa
tu felicidad se lleva
la infelicidad que lleva
tu vientre lleno al saltar.
No quiero más copas ni más robles.
No quiero más caídas.
No quiero esas muertes
románticas muertes de poetas,
en los laberintos de la vida
en pasillos hechos de tetas
silbando canciones hechas al pasar...

Indie a la carta

De los creadores del Festipulenta llega el Compipulenta, un disco doble con 33 canciones inéditas.
Por Joel Vargas
Hace más de dos años que Nico Lantos y Juan Manuel Strassburger idearon el Festipulenta, uno de los festivales más importante de la escena independiente de Buenos Aires.
Ahora editaron, en forma digital, el Compipulenta, un disco doble con 33 de las bandas que pasaron por el festival. ¡33 canciones inéditas!, algunas son rarezas, otras covers, otras adelantos de futuros discos pero son todas canciones pulentas y urgentes, que reflejan una de las movidas más innovadoras de la Argentina. La edición viene acompañada de un librito de 90 páginas con toda la info de cada banda y de cómo fue grabado el tema. La portada está dibujada por Ángel Mosquito, genial comiquero del conurbano bonaerense.
Los grupos y solistas que trabajaron para la creación del compilado son, en orden alfabético: 107 Faunos, Androide Mariana, Antolín, Compañero Asma, DChampions, El Mató a un Policía Motorizado, El Perrodiablo, El Rey Reina, Fútbol, Go-Neko!, Hablan por la Espalda, Hacia Dos Veranos, Hernán Martínez & las Estrellas, Javi Punga y su Conjunto Musical, La Hermana Menor, La Ola que Quería ser Chau, Los Cayos, Los Pacientes, Los Pus, Los Reyes del Falsete, Mujercitas Terror, Olfa Meocorde, Prietto viaja al Cosmos con Mariano, Reimon Starship y los Venusinos, Reno y los Castores Cósmicos, Revolutiva, Shaman y los Hombres en Llamas, SMK, Sr. Tomate, SUB, Tom y la Bestia Bebé, Valentín y los Volcanes, y Viva Elástico. Algunas bandas seguro las conocen, y es más algunas ya estuvieron en Sonido Indie, hemos escuchado sus discos. Entonces invito a que se bajen el compilado y lo descubran por ustedes mismos.
Escrituras Indie eligió seis temas que representan al espíritu de la movida indie actual. La Ola que Quería ser Chau hace el tema “Contenta” y contagia todo su rock sónico mimetizado con la nación alternativa, sin dudas una de las últimas apariciones en el circuito para tener en cuenta. Valentín y los Volcanes versionan “Nunca seré una canción en la radio” de Daniel Johnston, la voz de Jo Goyeneche se esparce sobre las características bases rítmicas de los Volcanes, un coctel exquisito. Tom y la Bestia Bebé hace “El semental Italiano”, una oda a Rocky Balboa, y entrega una versión diferente del tema que ya había grabado con El niño Elefante. Hacia Dos Veranos nos hace viajar con “Sueño”, esta versión fue grabada en uno de sus recitales en Unione y Benovelonza. Los Reyes del Falsete hacen una versión muy personal de “Balada para otra mujer”, tema de Viejas Locas. Y por último El Mató a un Policía Motorizado con “El día del huracán” en formato acústico, qué más se puede decir de El Mató que no se haya dicho, son la punta del iceberg detrás de toda esta gran movida, la última gran banda Argentina.