menucito
La otra noche
que me invité a tu cama.
No dijiste que no y, diligente, me diste una remera para que use de piyama.
Te dije que era muy corta, que se me iba a ver todo y te gustó la idea.
Entraste cuando me estaba cambiando y, a pesar de todo lo que estaba por pasar, nos dio vergüenza.
Vos, tan complaciente.
Yo, tan dispuesta.
No pude seguirte.
Estaba viajando.
Era demasiada información para mi cabeza y vos
te encargaste de que también lo sea para mis sentidos.
Yo me escondía dentro de mi cuerpo.
Vos me buscabas en cada rincón.
Yo huía.
Y vos te esmerabas en que me quede ahí.
El Lapacho
EL SUEÑO DE LA MUSA
Escorpión
Verde y oscura
Vas hacia adentro
Urdiendo las palabras
Pensativa
Chupando las letras
Hasta acabar con su sonido
Muñeca de la noche
Con los ojos abiertos de preguntas
Las piernas del silencio caminan
Por la calle
Veneno inyectado del verbo
No hay antídoto para el decir
Solo un sujeto
Tácito de soledad
Muchas noches dentadas
Y muchos días pasados de cocción
Cruzando el tiempo
Limpiando los ambientes del alma
Mañana ya va llegar
de nuevo la luz
Quedate tranquila
Y dormí el sueño
De las musas
Poesías de Carolina Villa
Oigo entrar en mi cuerpo plano
Una duda
Se parece a tu sonido
O a tu forma
Me llena el espacio
Me infla de volumen
Respiro
Soy goma espuma
Me hincho
Se parece a lo que no descansa
Vuelve a dormir
En un suspiro revelador
De sueños húmedos
Me pierdo en la cocina de mi mente
Donde los objetos son oscuros
Se retuercen en ese espacio curvo
Y vuelvo a mirar
Desde otro punto del planeta
Este cuerpo uniforme
Que se va llenando
Lento
Muy lento
Hasta agotar su tiempo
Me miro
No soy otra
Que la que vine a buscar
Pozo ciego
Te vi entre sueños esa noche
Y no te pude contestar
Quien quiere irse de este mundo?
Apenas puedo ver el fondo
Ciega me quedé junto a tu ventana
no cae la luz en círculos
no se derrama por el piso
oigo alfileres entrando en el piso
son cuerpos frios
rigidos
inabarcables
un cuerpo que entra en el suelo
un cadáver mas
de esta noción
de esta pregunta
que no deja de atormentarme
quien quiere irse de este mundo?
www.bocadetormentapoesia.blogspot.com
para entender cuan grande era la apuesta.
Dirimiendo entre salvedades
y la eterna contradicción.
Aunque ahí tengo las lágrimas
guardadas en un frasquito
para que las analicen
los filósofos de esto.
Luego desató los nudos con un tenedor,
cantó una canción de los 60
para terminar rezando en una
talabartería.
Comprendí décadas mas tarde
que un abrazo nunca es injusto.
Y así me han educado
para no comprender lo vivido,
sin embargo pude sentir
que no puedo ser protagonista
de sus sueños
sin correr ciertos riesgos necesarios.
A Valle.
Entre tus cosas
y buscar en tu libro de secretos del mar,
darle cuerda a tus juguetes y verlos funcionar…
by Michael Shapcott |
Entre sus piernas habita todo lo que no hay, lo que falta, lo despoblado. Pero aun así, se animo a jugar el juego perverso del amor.
Enamorada de miniaturas, minimisimos cuerpos de escaso volumen y densidad, formitas de del piel suave, habitantes de rectángulos de a penas dos centímetros. Caballos, soldados, muñecas pelirrojas, duendes, osos azules, todas miniaturas que no podrán crecer nunca y mucho menos usar sus piecitos para alejarse de ella.
Le serán fiel, hasta que cumplan su destino: perderse en la inmensidad de su casa.
No podrán resistir a tanto espacio hueco. La relación entre ellos y la inmensidad de la casa seria algo así como la de un vaso de agua en una tormenta. No, más bien como un vaso de agua en el océano.
Al principio, ella solía amarlos de manera prolija, utilizaba palabras tiernas, versos repletos de adjetivos carnosos y verbos frenéticos, hasta que la vencía el deseo. Las notitas de amor quedaban olvidadas por ahí. Y ella corría a incrustarlos en sus labios, les daba pequeños besos, tibios, apenas húmedos. En la jerga de los besos serian unos piquitos perfectos, llenos del erotismo y el vértigo de los primeros besos.
Luego los hacia recorrer su cuerpo por caminos tersos. Con la bordes de cada miniatura hacia marquitas en sus pechos, hundía las manitos de plástico en sus pezones, era un dolor dulce que la dejaba siempre al borde algo más. Entonces los chupaba y los metía uno a uno, en sus zonas más humadas. Los cobijaba con su sexo, los sostenía en el punto justo donde su femineidad hacia pie, antes de saltar al primer orgasmo.
La estremecían esas formitas frías en su interior. Los hacia bailar con un ritmo constante, los salpicaba de todos sus jugos, los humedecía bien. Bien.
Solía sacarlos de su cuerpo con pequeñitos espasmos, como si lo estuviera dando a luz, los daba a luz. Entonces cuando ya estaban rendidos sobre su cama, los ponía frente a la ventana y miraba, todavía un poco extasiada, el brillo de sus flujos cubriéndolos y el sol, igual de lascivo, hacia visible cada vértice mojado.
Luego de esos actos, volvía a su mínima existencia, a todo lo del principio, a la ventana que da a un paisaje obvio y sus ojos repitiéndose para si, la misma fotografía y el viento perdiéndose entre las cosas, alejándolas de ella.
Alberto De Mari
La carne podrida expresa su paisaje. ¿Qué se pierde en la búsqueda de la única ventana que abre las alas para cerrar los ojos?.Piedras de corazón profundo y luz santa. Estaciones sin lengua girando alrededor de un vestido de fuego.
Conexión directa con el nervio, sangre en blanco asustada y al mismo tiempo dormida. Beso de isla sin tesoro, de gigante sin visión.
Es el capricho de un orgasmo, ceder a la lentitud del cuerpo, a unas manos firmes que abracen como un loco sabe hacerlo.
La nada convoca a los balcones desesperados, a los cantos de enfermo recién nacido. Los cantos de virginidad que rápidamente pasan a formar parte de un animal hermoso y lujurioso.
En la caída del agua, las sienes impactan débilmente, con un azar lento que hace sospechar a cualquier rió o mar. Las victimas del mar por fin rezan.”Hermosa eres y hacia la hermosura vas”, grita la oración. La vulgar ovación a ti te humilla, pequeña hormiga, princesa de la demencia de toda era. Sabes del enojo , por eso en tus fulgores nocturnos hay algo de cucaracha, de medusa. Los labios de tu ausencia como un castillo nuevo que aun no conoce la guerra ni la infinidad de espejos circundantes, que, por no escapar de tu cuello rosado, se quiebran intactos.
Alfredo Li Gotti. Una pasión cinéfila

La admiración profunda del protagonista por Juan de Dios Filiberto, su paso fugaz por el mundo de la lírica y por los teatros de la calle Corrientes en la década del sesenta; el rostro de la niña que veía al asomarse durante su adolescencia por el contrafrente del edificio y a la que dedicaba sentidas canzonettas a voz en cuello, todo ello es parte del feliz anecdotario que la película desgrana sin jerarquizar y bajo cuyo tono de levedad acaso se esconde una gracia secreta: Alfredo Li Gotti. Quienes nos ofrecen sus testimonios: Fernando Martín Peña, Enrique Bouchard, el hijo de Félix Luis Giuliodori, el nieto de Li Gotti, Luciano Monteagudo; estos son coleccionistas, cinéfilos, críticos, y familiares.
Dirigida por Roberto Ángel Gómez, el filme cuenta la historia de Li Gotti, uno de los más importante coleccionistas de cine de Argentina. A los 85 años, mantiene viva su pasión cinéfila.
Todos acompañan su voz de Li Gotti que con una natural verborragia da sustancia al personaje coleccionista, apasionado del que siempre se aprende que el cine antes que nada es una cosa hecha de materialidad que hay que atesorar. Con mucho esfuerzo y sin abandonar el trabajo de toda la vida, pudo alcanzar un sueño surgido desde la voluntad de exhibir y compartir su material: tener su propia sala cinematográfica en su casa, y es en ese espacio donde proyecta gratuitamente sus películas desde hace más de 20 años.
El trabajo de Gómez va recorriendo la memoria de Alfredo Li Gotti como librado al capricho de los recuerdos. Centrado en la figura de este coleccionista argentino, el documental se sumerge en el mundo del coleccionismo cinematográfico y de la cinefilia a partir de una serie de preguntas e inquietudes que con el correr del metraje y de los testimonios de diferentes voces relacionadas con el cine encontrarán varias respuestas.
En un filme que recorre su vida y su obsesión, Li Gotti queda presentado como un hombre noble y amable, de esos coleccionistas que saben compartir los tesoros conseguidos, al punto de tener una sala propia en la que proyecta su colección para el público, en forma gratuita. "El olor de un rollo es algo único" dice mientras recuerda emocionado a su amigo Félix Giuliodori, nombre que lleva la sala en su homenaje y coleccionista de cine mudo.
Cuando el director se enteró de la existencia de Alfredo Li Gotti, aún sin conocerlo personalmente, sintió la firme voluntad de realizar una producción audiovisual. Constituyendo, una verdadera metáfora existencial, que trasciende el ámbito de la pantalla para adquirir un carácter universal, enteramente humano.
TITULO ORIGINAL: Alfredo Li Gotti. Una pasión cinéfila
ORIGEN: Argentina.
DIRECTOR: Roberto Ángel Gómez.
FOTOGRAFIA: Emiliano Penelas.
GUION: Roberto Ángel Gómez.
MÚSICA: Pablo Yanis.
GENERO: Documental.
DURACION: 77 Minutos
PAGINA WEB: www.unapasioncinefila.com.ar
DISTRIBUIDORA: Independiente
jaz-xoa-sol
música, paradigma
abriendose en mis poros
y te estás preguntando
si habrá un momento para bajar,
bajar con compania
si la linea
se desdibuja
y debes empezar a caminar
tomate un aire
que se flitra
desdibuja tu sombra
y un do se vuelve
y un si es un do
se vuelve
alternando esta noche
alternando sentido
y estás,
es una maravilla entendernos
o sentirnos mutuamente
sabes de la importancia de mirarte en la otra
otra-vos
de mirarte
en las piernas de tu madre
y desentendernos de todo esto
VINO, DE CIRUELA
del fuego
ardiendo en la hoguera
de la realidad
Vino de ciruela
“Chega de saudade”
Dios bendiga
el cuerpo y alma
de esta mina
Fruta extraña
suave como una sonrisa
en la mañana
Anos dourados
de Gal y Betania
Porno for Pyros
Cuán profundo es el
océano
decía el mensaje
en una botella
Cambia el mundo
al final del arcoiris
La mascarada baila
en la noche de ronda
Y el camino de tu mirada
en la noche
vá llegando hasta el río
de la luna
Papel film
Cuadrado de los catetos
Max Cohen no se baña hace meses y se cree más cerca de Pitágoras, aunque en realidad solo se bañó una vez, como Heráclito. Cada mil años, un matemático pone el tacto en el agua, que no por casualidad y no por capricho tiene por símbolo un triángulo con el vértice hacia abajo.
Veo gente muerta
Más tarde se topó con un arcaico espectro que todavía intentaba comunicarse con su hijo homónimo. También un ectoplasma maniático llamado Gozer el Destructor quien por algún trauma misterioso odiaba los campamentos y acariciaba una miniatura del hombre de Michelín.
Cuando el Dr. Crowe creyó haberse librado de todos los aparecidos y llegó finalmente a su rancho en el campo, la visión de una mujer lo conmovió un instante y lo horrorizó inmediatamente. La fantasma rubia de rulitos estaba desesperada, porque su ángel enamorado acababa renunciar a la inmortalidad para vivir con ella cerca del lago, y a la muy estúpida se le dio por andar en bici sin manos en medio de la ruta para dar de frente contra un camión.
Todavía, mientras escucha el llanto monótono de la blonda, se lamenta de seguir creyendo en la consciencia después de la muerte, instancia sin la cual se habría ahorrado los disgustos más grandes de su vida.
De profundis
H.R. Giger sintió los pinceles derretirse en su mano como relojes de Dalí, y Ridley Scott terminó descubriendo un hueco en el fondillo de su jean. El humo es un poco verde y se evapora rápidamente.
Un juguete para niños
Lightyear grita que deberían ser sesenta y cuatro baldosas y no un centenar y que con dados no se juega. Pero apenas alcanza a ver al homúnculo (qué Dios detrás de Dios) que tensiona el brazo hacia atrás con el dado en el puño, y lo suelta como látigo para (la Trama empieza) incrustarlo entre su ojo amoratado y su casco astronáutico.
Los rulos de Sarah Connor
Quieres ser Pinocho
Por momentos, su mirada se pierde en el espacio vacío, recordando con melancolía el escrúpulo y metodología de Malkovich para anudarse la corbata y afeitarse la cabeza, y entreconsciente, susurra el nombre de Maxine.
Loop
De todas las versiones del Mesías, este era uno que quedó loopeado en ese terrible momento en que ya dejó de ser él, pero todavía no es del todo aquél.
Paradoja
Nada de angustia. Nadie llora a los verdaderos padres muertos.
Ya está.
by Orlagh Murphy |
Microrelato: Maria Paz Moltedo
Miel de oso amarillo
PINTALABIOS
Son dos cosas las que voy a decir
Pintalabios de que color querés?
Que juguemos de nuevo otra vez
Pintalabios flores en el jardín
Aunque llames el ya no va venir
Pintalabios a vos y para mí
Son palabras, juegos por descubrir
Y en el cielo
Del amor
Vas jugando con color
Una luz
Te despertó
Y en la noche
Te alumbró
Pintalabios lo digo para ti
Son dos cosas las que voy a decir
Pintalabios de que color querés?
Que juguemos de nuevo otra vez
Pintalabios flores en el jardín
Aunque llames el ya no va venir
Pintalabios a vos y para mí
Son palabras, juegos por descubrir
Una cosa de nuevo por decir
Otra cosa y vamos a descubrir
Un labio pintado carmesí
Una ráfaga de viento y un fakir
Pintalabios también de la naríz
Pintajuegos pintando el porvenir
Yo solo sonrío para ti
Esta cosa me hace tan feliz
Copyleft is right: Entrevistamos a Seba Linux de Uf Caruf!

Era el comienzo también para muchos, y cuando tomamos conciencia de que la mayoría estaba grabando sus discos debuts o que tenia grabaciones que nunca había difundido por no saber como o por no tener plata para hacer las mil copias que exigía SADAIC, decidimos mediante mails y reuniones, armar un sello independiente con base en Internet, para editar el material y difundirlo en conjunto, con libre acceso y todo el peso que representa tener a más de 10 artistas y bandas nuevas con una propuesta distinta. Así empezamos a crecer y difundir nuestras grabaciones, sumamos los discos que no habían sido difundidos anteriormente y empezamos.
Según un diccionario que tengo acá, “Oficio” es la ocupación habitual, función propia de alguna cosa, rezo diario... ¡la música es nuestro oficio! Las canciones son nuestros mantras, nuestra catarsis, nuestra necesidad, por eso las creamos y las ofrecemos, porque talvez nuestro proceso interno puede servir de ejemplo para el bienestar de alguien. Nuestras ideas inconscientes pueden servir a otros. Son ideas, son conocimientos, filosofías, es el humano y la vida en sí. Al decir que pueden devolvernos lo que esto les genera es justamente asumir esa construcción social de ideas y conceptos. Podes decirme que no te gustó tal canción o que tal frase te encantó o que una melodía te genera tal cosa. Eso es la cultura, la interacción.
Ser un músico independiente es saber que las ideas no tienen dueño. Vos podes elegir ser el dueño de tus ideas y ponerles su precio o dejarlas libres. Al fin y a cabo, toda idea es una construcción de muchas otras ideas anteriores que llegan a nuestra vida. Después, es una decisión moral el registraras en SADAIC o Creative Commons, o ninguna de las dos. Nuestra moral es de cultura libre.
Al juntarnos con los chicos de Ufca vimos nuestra propia creación constante y nos dimos cuenta de que encajaba con la idea de copyleft y Creative commons. De repente estábamos viendo como muchos centros culturales donde tocábamos cerraban por problemas con la ley o económicos y eso también nos tocaba a nosotros, así que a la hora de definirnos como unidad vimos en copyleft lo más cercano a lo que somos: no nos interesa lucrar ni poner mil trabas antes de que alguien escuche nuestra voz, al contrario, queremos compartir y que nuestras grabaciones recorran el mundo en manos de gente que las disfrute. Que la cultura se abra y la gente salga a la calle y venga a ver nuestros shows, pague la entrada y compre los discos físicos en mano, sabiendo que ese dinero llega a nosotros directamente y así continuar creciendo.
Sabemos que esa forma tecnológica ya no es rentable y las nuevas tecnologías están a nuestro favor, de quienes hacemos arte y no productos de mercado. Los 23 discos del sello se pueden descargar, hay muchos videos donde se nos puede escuchar, muchos demos dando vueltas también, las letras de las canciones, todo está en Internet porque es gratis, tanto para nosotros al subirlo como para quien lo quiera escuchar. Incluso, por ejemplo, Lautaro Barceló fue capaz de hacer el Proyecto Lupacchiotto, que consistió en componer, grabar y subir a Internet una canción por día. Resistió 2 meses seguidos, más de 50 canciones. También, el último disco de Pebedas (Los Chicos) fue grabado en forma casera, sin embargo suena a estudio. Un ejemplo más de la tecnología nutriendo al arte.
Primer Hombre Internacional tiene en mano las copias de su nuevo disco “Soluciones”, que en principio no estará en Internet. También están listas las canciones que algunos de nuestros músicos sumarán al compilado del bar Pura Vida, que saldrá oficialmente a fin de año, y algunos videos también están siendo terminados.
En este momento se está mezclándo el nuevo disco de Orquesta de Perros, y el resto estamos haciendo grabaciones caseras que seguro terminarán en futuros discos. Alguna idea de compilar cosas nuevas de todos para celebrar el segundo aniversario del sello también se está charlando. Y todos los días hay canciones nuevas, así que hay muchas otras cosas que se van a gestar y las vamos a ir contando en Uf caruf!
Y hay un sistema novedoso, que surge justamente con las posibilidades tecnológicas de Internet: No es necesario tanto dinero. No es necesario dejar de ser lo que uno es para ser o para hacer arte. Por este medio, podes comunicar y nutrirte de una fuente enorme de conocimiento. Muchas cosas por las que se pagaba, ahora no es necesario y esos es increíble.
En este momento, lo ideal es que ambas ideologías dentro de la música puedan existir. Pero que una no excluya a la otra. Que quién quiera seguir vendiendo, lo haga, pero no obligue o suprima a quien no quiere hacerlo.
Los Cumpleaños ya no son tan felices
Si la extrañeza de la noche
Casi ni un amigo
Y ninguna fiesta
Solo un poco de vino y jugo
Las cosas se mueven no hay duda
Así lo prueban los recuerdos
Soñé con botellas en espejos
Con los ojos abiertos
Una mujer con alas cruzó el cielo
Después se bajó en la avenida
Y tomó un taxi
Los cumpleaños
Ya no son tan felices
de la relatividad y de la energia pubica
Esquivando mierda en la oscuridad
Al final está ella
me mira
Con una sonrisa clavada en su cara como un gancho
los ojos fijos,
Está inmóvil, parece una fotografía
no me perturba.
El tiempo se ha roto,
Dejamos la idea del tiempo en los bordes de la noche,
Llegué.
Ella prendió dos cigarrillos,
El terreno se acomodaba a nuestro espectáculo,
Nosotras reclinábamos las sillas disponiéndonos al falso rol:
Expectantes.
Ella estaba increíble, su piel parecía estallar,
Cada bocado de aire que entraba en mis pulmones era un bocado de ella.
Quise escribir.
Guardar su cara de gata dura, su olor a alcohol evaporado,
Mezcla a eso, a chivo y cigarro. Fuerte olor.
Me sacó el cuaderno, dijo “basta con esa basura”.
Vi caer mis poemas a la pileta
Me sentí en el agua
Fui la tinta en expansión
Sentí con violencia una puerta cerrarse.
El tiempo cambió.
En la noche espesa había sol.
Nunca lo cuestionamos
más bien permanecimos jugando a esperar.
¿Quién dará el salto?
Nos medimos, disimulamos,
sabemos disimular, como si fuésemos amigas.
Me estimuló tanto que me surgieron sentidos nuevos, pude verme desde arriba, desde el cielo vi sus rulos crecer hasta llegar a mi nariz.
El cuerpo se crispa.
Antto Pessola: política rabiosa
peronistas radicales
pacifistas y anarquistas escandalosos y rabiosos
no ves
el amor de las palabras de los poetas
no ves la alegría de esa quinceañera
la mirada de esos enamorados
el odio de esa gente marginada
no ves el atardecer del otoño
no ves nada
tu cabeza es una cajita
politizada con basura
ni siquiera pensás por vos mismo
seguís a perón porque tu papi
te enseñó.
[ CONTACTO ]
El Tom Crú de Merlo
Enrique Chaparro: tecnología*
La urdimbre y la trama, la púa de la lanzadera del tejedor,
la lanzadera, la textura de las telas, las zapatillas de algodón
y las madejas de hilo;
a todas se las conoce por su respectivo nombre
y todas pertenecen a su respectivo lugar.
Pero hay una sola hebra de hilado».
Mi ánimo está mucho más para cartas de amor que se arrojan con botellas al mar que para un ensayo. Así que apelo a tu indulgencia, lectora, para con el tono de este texto; y si se te ocurre leerlo como una declaración de amor hacia la libertad, el autor se sentirá satisfecho
Es posible clasificar los bienes en función de dos variables: rivalidad y excluibilidad. Cuando el consumo de un bien por un agente económico impide que el mismo bien sea consumido simultáneamente por otro agente, decimos que el bien es rival. Así, un martillo será un bien rival: sólo una persona puede utilizarlo a un tiempo. En sentido opuesto, un bien no rival es el que puede ser gozado simultáneamente por un número ilimitado de consumidores. La mayoría de los bienes no rivales son intangibles. Por otro lado, llamamos excluible a un bien cuando es posible evitar que las personas que no han pagado por él obtengan sus beneficios. Algunos pocos bienes son naturalmente excluibles, pero en general la exclusión implica la necesidad de establecer distintas formas de coerción (por ejemplo, la amenaza de sanción penal para quien se apodere de un bien ajeno). Los bienes que son simultáneamente rivales y excluibles se llaman privados; su opuesto son los bienes públicos. En medio hay bienes que son rivales pero no excluibles, a los que en general se llama bienes comunes (el ejemplo clásico es la pesca en aguas internacionales: nadie está excluido de pescar, pero en medida que la pesca excede la tasa de reproducción de los cardúmenes, los peces se tornan cada vez más escasos), y bienes que no son rivales pero son excluibles, llamados usualmente bienes de club, bienes colectivos o bienes artificialmente escasos; el ejemplo clásico es la televisión por cable.
Hecha esta breve digresión, volvamos al hilo. En los últimos treinta años, desde la aparición de enormes excedentes de capital financiero como consecuencia de la crisis del petróleo de 1973, y la sucesiva multiplicación de estos excedentes a través de crisis de ciclo corto y largo, ha habido una constante puja por la conversión de estos bienes públicos del conocimiento en bienes excluibles. Una explicación probable de este fenómeno es que no había más bienes materiales que apropiar (es decir, trasferir del dominio público al privado) sin un enorme costo de confrontación.
No es, ni mucho menos, que no haya habido en esta etapa disputas feroces por la apropiación de bienes materiales; se han visto, claro, tanto en los planos de las guerras entre corporaciones, poco sangrientas a los ojos del público, como en las guerras de «baja intensidad» que han cubierto buena parte del planeta, de Iraq a los Balcanes y de Sierra Leona a Afganistán. Aquí, lector, probablemente harás un alto, te rascarás la cabeza y te dirás: «Iraq, petróleo. Está claro. ¿Pero qué tiene que ver en esto un país paupérrimo como Afganistán?». La respuesta es múltiple, pero déjenme sintetizar el aspecto principal (y si algún día me invitan una taza de café, discutiremos los accesorios): una plantita de aspecto inocentón, de flores lila, rosa pálido o blanco, llamada Papaver somniferum. De ella, como ustedes saben, sale el opio; de este, la morfina, y de ella la heroína. Tres cuartos de la heroína del mundo provienen de Afganistán; la producción local se multiplicó entre tres y cinco veces desde la caída del régimen talibán. Pero volviendo al punto: las disputas por bienes materiales se vuelven sangrientas y costosas. Al mismo tiempo, los capitales financieros ociosos exigen rendimientos cada vez mayores. Entonces, no queda más remedio que apropiar lo que quede de espacios comunes en territorios donde sea posible invadir más o menos pacíficamente. Pero estos espacios comunes no son ya tierras de labranza, sino elaboraciones inmateriales: conocimiento, tradiciones, arte en sus múltiples expresiones. Así pues, las últimas tres décadas han visto un arrollador avance de apropiación sobre estos bienes comunes, por vía de una serie de trampas obscenas encapsuladas bajo el nombre de «propiedad intelectual», un portmanteau que engloba cosas tan disímiles como derechos de autor y conexos, derechos de los editores (copyright), derechos de los obtentores de variedades vegetales, patentes, marcas, derechos de máscara y la lista sigue. Esto de «derechos», claro, no debe ser tomado al pie de la letra, en el sentido en que generalmente los entendemos; se trata más bien de privilegios (de privus, individual, privado y legis, ley; una ley pública en beneficio privado).
Esta transformación de lo no excluible en excluible sólo era posible por un aumento de la coerción, a través del establecimiento de un sistema de medidas más severas de amenaza de sanción. En la práctica, esto significó que especialmente a partir de la década de 1980, y con creciente intensidad, el lobby «industrial» de los (re)productores de estos bienes inmateriales presionó con éxito para extender los plazos de exclusividad del copyright, ampliar el rango y sentido de las patentes, incrementar las restricciones de uso sobre variedades de semillas. Otra forma, de ejecución más lenta, de este proceso de apropiación se manifiesta en la orientación de la ciencia aplicada, es decir, en el terreno de las inversiones en investigación y desarrollo (combinando después el resultado, en muchos casos, con el factor de coerción). Mientras que el terreno del simple incremento de la coerción fue el elegido en general por las corporaciones productoras debienes completamente inmateriales (música, cine, software), otros sectores como la industria farmacéutica y la agrobioquímica escogieron el camino de la investigación orientada y la restricción legal posterior. Como resultado de las inversiones en biotecnología, tenemos una «segunda revolución verde» (de consecuencias aun más desastrosas que la primera, pues esa al menos sirvió para solucionar algunos problemas de hambre) orientada a la agricultura extractiva con fines industriales. Organismos genéticamente modificados están siendo introducidos a mansalva en la naturaleza, como si fuera posible hacer este experimento de laboratorio a escala global sin ningún análisis consistente, sólo para satisfacer la demanda de crecientes utilidades de corporaciones como Monsanto, trastocando drásticamente los modos de producción agrícola y creando estructuras de lock-in por doquier.
La cuestión es, entonces, apropiar, transformar, difundir. Apropiar, es obvio, para pasar esos bienes al dominio privado; transformar para esterilizar cualquier antígeno que la nueva posesión pudiera tener; finalmente, difundir no sólo para obtener de ello renta (a tasas absurdas, como veremos después) sino también, como efecto colateral y deseado, para perpetuar, cristalizar, un modelo ideológico y político, para hacer ver no sólo admisible, sino hasta «buena», «progresista», «inocente» esta apropiación y las que siguieran.
...
En algún sentido, las tecnologías de información y comunicaciones surgidas (o masificadas) en la etapa tuvieron sin embargo efectos aparentemente no deseados. El más notable fue la reducción brutal del costo marginal (el costo de producir una unidad más de un bien determinado) de reproducción de la información: mientras que reproducir un texto bajo la forma impresa lleva consigo la necesidad de insumos materiales significativos (tinta, papel), una estructura industrial de imprenta, y mecanismos de distribución física para que llegue a los lectores, reproducirlo bajo la forma digital y hacerlo circular por la Internet tiene un costo microscópico en términos de energía y almacenamiento. Esta reducción del costo marginal provocó, consecuentemente, un aumento en la velocidad de circulación de la información. Digo «aparentemente» no deseados porque es indispensable tener en cuenta que ambos emergentes facilitan enormemente difundir a escala global un modelo unilateral de cultura y pensamiento. Es cierto que uno puede hoy «bajarse» de la Internet un buen disco de Qari Waheed Chishti (para los pocos que no lo sepan, unqawwal indio) pero... ¿cuántos millones de copias de discos de Avril Lavigne se bajaron al mismo tiempo?
Al reducirse el costo marginal y aumentar la velocidad de circulación, una multitud de obras protegidas por derechos de autor comenzaron a circular gratuitamente por la Internet. Miles de millones de copias (y en el mundo digital la distinción entre «original» y «copia» pierde mucho de su sentido) de contenidos audiovisuales circulan a diario a través de la red, o se transfieren de mano en mano a través de dispositivos digitales de almacenamiento. Los titulares de derechos de autor de estas obras, que raramente son los propios autores, a su vez procuran aumentar más los vectores de coerción, hasta el punto de producir transformaciones en el lenguaje: por ejemplo, han resignificado el término «piratería» para referirse a la obtención de copias ilegales de material protegido por derechos de autor o conexos. También se han intentado medidas técnicas de restricción para evitar la copia ilegal.
Ambos mecanismos de restricción han tenido poco éxito: el incremento de la coerción carece de resultado práctico porque, por sus características homeostáticas, no hay ningún sistema de administración de justicia que permita efectivamente encauzar a los distribuidores y consumidores de estos bienes ilegalmente copiados. Las medidas técnicas han sido derrotadas una tras otra, y generan además fuerte rechazo social («¿por qué no puedo copiarme este disco que compré a mi reproductor MP3 y la r%&# que los parió?»). No obstante, el lobby corporativo sigue insistiendo en el aumento de la coerción, combinando el modelo clásico de acción estatal con una creciente policialización (debería más correctamente decir «parapolicialización», pues sus ejecutores son agentes privados) de los intercambios de información. Desde luego, estas policializaciones tienen su aliado natural en los deseos de aumentar el control social (bajo la máscara «antiterrorista») por parte de «Estados» que, por supuesto, sirven a las mismas corporaciones.
Nunca en la historia como hoy las actividades y relaciones humanas han estado tan vigiladas. Tus tarjetas de crédito, tu cuenta de banco, las cosas que comprás por Internet, las cámaras en los espacios públicos y privados, el emisor RFID en la tarjeta que te permite entrar a tu trabajo, las llamadas telefónicas que hacés, las páginas web que navegás, toda esa información que al cabo de cada día de tu vida va quedando almacenada en miles de registros, permiten saber dónde estás, dónde estuviste, dónde irás, los libros que leés, el dulce de leche que te gusta, el color que creés que le gusta a la persona que amás. Control microscópico, un panóptico benthamiano perfecto.
Me dirás, tal vez frunciendo el ceño, que también hemos podido aprovechar estas tecnologías para derrotar algunos de estos embates corporativos; que hemos creado mecanismos peer to peer que hacen prácticamente indestructibles a las redes que queramos construir, que hemos podido apropiar al menos una parte significativa de estas tecnologías y usarlas para construir medios alternativos. Es cierto: hemos podido subvertir algunos aspectos de las tecnologías, en particular en el campo de los sistemas de información y comunicaciones, que nos permiten no presentarnos desarmados al campo de batalla.
Y debemos continuar subvirtiéndolas. Debemos seguir creando espacios libres, cultura libre, alternativas al modelo hegemónico, porque en eso nos va la vida. O la libertad, que al final de la cuenta es lo mismo. Pero no nos tentemos con la visión inocente de que la tecnología es neutral: será un peligroso error, cuyas consecuencias pagaremos a un costo inimaginable.
Las tecnologías, en tanto producto de un sistema económico-político hegemónico, no sólo están teñidas de ideología sino que además son vectores de ella. Permítaseme un ejemplo: el fusil de asalto Avtomat Kalashnikovaobraztsa 1947 goda. La obra de Kalashnikov puede considerarse una cumbre de la ingeniería. Ha sido empleado en innumerables conflictos armados en los últimos sesenta años. Ha sido usado para oprimir o para liberar, dependiendo del punto de vista de vencedores y vencidos. Sencillo, robusto, efectivo,el AK-47 es fácil de operar y sobre todo, fácil de reproducir, elemento fundamental para facilitar la apropiación de una tecnología. Buen ejemplo de ello es que pueden obtenerse versiones casi artesanales de fabricación local en los territorios tribales semi autónomos de Pakistán cercanos a la frontera afgana, por un costo menor a doscientos dólares estadounidenses. Sin embargo, con prescindencia de hacia dónde pueda ser apuntado y disparado, no dejará de ser un fusil de asalto: no servirá para cultivar, o para escuchar música. Este ejemplo, claro, suena trivial. Pero lo que no es trivial es que el arma en sí misma representa un conjunto de presupuestos ideológicos, desde la forma de resolver conflictos hasta múltiples doctrinas estratégicas y tácticas sobre la guerra (que, a fin de cuentas, «la infantería es la reina de las batallas»).
Y volvemos al poema de Bulleh Shah con que comenzamos esta historia. Sí, efectivamente, hay una sola hebra que conecta todos los mecanismos de sujeción/dominación. El estado de desarrollo de las relaciones de poder, como constructor de un marco ideológico, determina y perfila ciencia y tecnología. Pero, a su vez, la tecnología resultante actúa como refuerzo indispensable, como conductor y como vector del poder hegemónico. Es el amplificador de sus modos de producción y de sus pautas culturales. Es cierto que podemos subvertir algunos artificios tecnológicos, pero no podemos desprendernos de la ideología subyacente en el propio concepto del artificio.
¿Qué hacer entonces? En el plano de lo instrumental, enfrentemos la tecnología con visión crítica y razonable escepticismo (permítanme el término provisional de «agnosticismo»), no con ludismo. Descubramos que en la gran trama hay múltiples encrucijadas de convergencia entre aquellos que, desde distintos terrenos, enfrentamos alguna de las múltiples facetas de esta ofensiva por la privatización de los últimos espacios comunes, y hallaremos que hay muchos más puntos de contacto entre, digamos, los desarrolladores de software libre y los campesinos que luchan por conservar su derecho a usar y mejorar sus semillas que los que en principio podríamos suponer.
Todo lo demás es provisional. Con cada embate del poder surgen nuevas formas de resistencia. Contra los vectores de la cultura hegemónica, aparecen nuevos espacios alternativos. En oposición a nuevas formas de autoritarismo, encontramos desvíos, transparencias, contradicciones explotables. Converger respetando las diversidades, confluir respetando las experiencias de los demás, parece hoy el instrumento más adecuado. Mucho hay por hacer, y mucho puede ser hecho (aunque en razón de nuestra propia inmersión en el momento histórico resulte a veces casi imposible observar el avance). Desde seguir creando cultura libre a conservar las semillas, desde hacerle la pata ancha al modelo de monocultivo sojero a diseñar protocolos más avanzados para proteger nuestro derecho al secreto de las comunicaciones, desde combatir las intromisiones en nuestro espacio privado hasta crear relaciones de amor más libres y transparentes. Todo es resistencia: bienvenida sea.
Alberto De Mari
Las voces se oyen de igual manera tanto en el aire como en la tierra.
Entre la tierra y yo, un cementerio de llaves.
La naturaleza de Georg Büchner

Büchner recrea el episodio y cuenta la historia de Friedrich Woyzeck, un soldado raso que hace trabajos extras para un capitán y se entrega a los experimentos perversos de un médico, para mantener a Margarita, su amante, y al hijo ilegítimo que ha tenido con ella. El acompañamiento de la historia es un intenso trabajo en el aspecto sonoro, que incluye musicalización y una serie de intervenciones cantadas a cargo de las mujeres-coro.
La gran problemática del sometimiento a órdenes impuestas de manera tirana y predeterminada gira en torno a Friedrich Johann Woyzeck, haciéndolo pensar, inquietarse, cuestionarse aspectos que son fácilmente transferibles a los parámetros, según los cuales, se rige la vida en sociedad de hoy. Es nada más que un cuerpo que cada día habrá de pelear por lo elemental, y que cada día será humillado.
Woyzeck no busca un lugar en el mundo, no lucha contra el doctor y el capitán que lo utilizan y lo humillan diariamente, busca abrirse paso entre ellos y encontrar un camino que le permita encontrar su propia identidad. Georg Büchner logra que un paria alcance la envergadura trágica de los héroes griegos o de los reyes shakespeareanos.
Gonzalo Facundo López es el autor de esta versión sobre la explotación y la frustración del soldado Woyzeck: un ex soldado y barbero de baja clase social que, el 3 de junio de 1821, apuñaló hasta matar a la mujer con la que vivía.
La torpeza de la lengua de Woyzeck lo separa de nosotros y del mundo, como lo vuelve un extraño frente a sí mismo. Es un soldado que vive despreciado bajo las órdenes de sus superiores, una situación que lo conducirá a cometer un terrible crimen con su pareja.
Basada en la historia real de Friedrich Johann Woyzeck y considerada precursora del estilo expresionista alemán, Woyzeck trata los efectos deshumanizadores que tienen un doctor, una mujer y los militares en la vida de un joven soldado.
A mí me gustó y, como supongo que el autor y los responsables de la puesta en escena pretendían, me ha hecho pensar sobre el fondo de la historia del pobre soldado Woyzeck.
Autoría: Georg Büchner
Adaptación: Gonzalo Facundo López
Actuan: Exequiel Abreu, Paola Cappellari, Celina Contín, Mariano Karamanian, Ariel Mele, Alejandra Mikulan, Paloma Santos, María Viau
Asistente de producción: Alejandra Mikulan
Asistencia de dirección: Victoria Casellas
Dirección general: Gonzalo Facundo López
Web: http://www.woyzeckteatro.blogspot.com
[Funciones]
DELBORDE ESPACIO TEATRAL
Chile 630
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Reservas: 4300-6201
Web: http://www.delborde.com.ar
Entrada: $ 50,00 y $ 30,00 - Sábado - 23:30 hs