menucito

Microrelato: Emmanuel Franco

[Virtud del fauno]

Cuando era  bebe, un fauno me besó el cuello y me reveló un gran secreto al oído. Los días más puros de mi infancia los viví entre rosales de espuma con los pájaros mudos, con un secreto florecido. Una vez supe crecer, volverme un joven limón en la espesura de la pradera, ser bello en soledad.  Busqué cariño en el barro que se forma después de la lluvia, ese que todos tienen miedo de pisar. Me ensucié y aprendí a limpiarme. Otra vez soy bello en soledad. El diablo apuntó a las rosas del jardín, las pretendió con total elegancia, con la luna llovida corriendo por mi espalda vi el cortejo. Un día cuando los fantasmas emigren al sur yo te hablaré de mi secreto, de las penas que florecen en los finales felices, de todo eso que nace y alguna vez acaba. Joven limón fue el designio con el que me bautizaron los faunos. Ellos no eran mis padres pero se comportaron como tales hasta la noche en que los traicioné. Supe comérmelos a todos, a mi padre fauno, a mi hermano fauno, a mi secreto fauno. Los lloré arrepentido, con cierto aire provocador y triunfante pero los lloré. Entre las nubes que fueron nuestros dioses, pronuncio el delicado secreto porque ya nada tengo que perder, por que no existe música que me pueda reverdecer. El fauno me dijo cuando era bebe: nunca nos amarás pero a nosotros eso jamás nos hará cambiar. Aquí te vamos a criar hasta el día donde tu mórbida belleza nos decida devorar.




[Las creencias]

De niña creía que en los dibujos de las alas de la mariposa se encontraba la forma de un dios. Esas alas parecían papel pintado por un arquitecto ancestral y mis ojos, mis ojos ingenuos se desarmaban con la belleza que emprendía vuelo de flor en flor, de hoja en hoja. Siempre pensé que dios estaba dentro de ellas porque solo vivían un día. Tenía la idea de que si dios existía este debía morir todos los días para volver a renacer . Para volver a resurgir: la vida nueva. Esa era mi fantasía de niña, breve e ingenua. Alguna vez supe ver algo mas que un ojo en las alas de las mariposas. Un secreto que me reveló la naturaleza y que por respeto a ella jamas podré revelarlo.


[Más sobre el autor]

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@cajademonstruos

El Vientre De La Mala Palabra

 


El aire se corta
con una gillette

Lo mandaron de una patada
al culo del mundo

Espíritu de sapukay
el pulmón respira
la humedad

Un "hijo de puta"
se engendra en el vientre
de la mala palabra

La lluvia inunda las zanjas
y humedece los ojos

El recuerdo chapotea
en el charco

Se ahogan centenares de hormigas
y el alma se lava

Espuma de la cerveza
shampoo para el paladar

Color lapacho en el parque
fuego de flores y color

Había que llegar
al caracú de las cosas

Desentrañar la madeja
de nylon

y después volar
como los barriletes
en la canchita


Linkoteca: Un presente sin futuro, la insurrección que viene

por Escrituras Indie


La insurrección que viene no le pertenece a nadie. Este libro está firmado por un comité, un comité invisible. Es un ensayo escrito originalmente en francés, que conoció la luz publica durante el 2007.   

Se trata de una reflexión colectiva sobre la alienación,  de una discusión acerca de las insurrecciones que están llegando, como consecuencia de un capitalismo en  crisis. Es un libro destinado a la hoguera de los arbitrarios. Un material de divulgación "peligroso", que pone en palabras aquello que flota en el aire, a media voz. Un compromiso a ultranza con la libertad de expresión, un texto "molesto", de los pocos que se producen en la actualidad. 

El comité invisible aclara en el prólogo: "Este libro está firmado por un colectivo imaginario. Sus redactores no son los autores. Se han contentado con poner un poco de orden en los lugares comunes de la época, en lo que se murmura en las mesas de los bares, tras las puertas cerradas de los dormitorios. No hacen sino fijar las verdades necesarias, aquellas por las que el rechazo universal llena los hospitales psiquiátricos, y las miradas de pena. Se hicieron escribas de la situación. Es por el privilegio de las circunstancias radicales que la precisión lógicamente lleva a la revolución. Basta con decir lo que tenemos ante nuestros ojos, y no eludir las conclusiones." 

 La acción invitando a la acción; un libro semánticamente peligroso, listo para leer y compartir:





[Más información sobre este libro]


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Poesía: Julieta Blanco


3, 3, 2,1…

Estás encerrada en tu jaula de pájaros,
las pegatinas fosforescentes no son el alimento virtuoso que te nutre,
los vidrios son ilusorios,
puras mentiras,
pues cada vez que quieras salir a volar por los techos
de las cadenas industriales de los conurbanos,
te impedirán salir, lastimaran tus alas y quedaras allí,
malherida, encerrada y abatida.

Sin tu alimento virtuoso, el néctar de los conglomerados
revueltos y reciclados de los aire-acondicionados y las poluciones varias.
Las alas contentas, morirán y solo quedaran tus patitas
voluptuosas, que no podrán correr.
Y si bien no sufres de claustrofobia, hete allí,
moribunda, respirando por los agujeros de un cristal maldito
que es solo la prueba de la ilusión de los espejos.

La jaula de los pájaros está llena.
De sodio y toxinas.
De microbios y bacterias.
De tinturas y cremas antioxidantes.

La jaula de los pájaros está llena
y cada uno lleva a cabo su propio proceso de descomposición.

La jaula de los pájaros está llena
y no prima la misericordia.

La jaula de los pájaros está llena,
y si los miraras a través de un prisma,
serían triángulos,
rectángulos
y círculos aleteando dentro de una caja china de té.


Linkoteca: Casquivana n° 4



[Más información sobre este número]

En la nota de tapa, Las confesiones, ¿valen lo que cuestan? La confesión como bien de consumo, escriben Darío Sztajraszjber, Félix Chiaramonte, Cecilia Szperling, Amalia Sanz, Natalia Kiako, Agustín Dellepiane, Clara Anich y Nicolás Hochman.

Cuentos de Marcelo Guerrieri, Daniela Osuna y Gabriela Rivas.

Columnas de Martín Kohan, Selva Almada, Eddie Babenco, Juan Ignacio Caino, Manuel Crespo, Natalia Moret, Federico Simonetti, Analía Sivak, Conrado Geiger, y Pablo Toledo.

Novela por entregas, de Luci Porchietto.

Poemas de Loreley El Jaber, Clara Muschietti y Nadina Tauhil.

Teatro de Paula Casal.

Reseñas de Elsa Drucaroff, Juan Nepote, Jacques Rancière, Antonio Lafuente y Andoni Alonso, Martín Rejtman, Siri Hustvedt, Theodor Adorno y Ariel Magnus.

Ilustran Ángela Astrid, Martín León Barreto, Pablo Bernasconi, Luis Eduardo Rodríguez Castiblanco, Belén Echeverría, Omar Figueroa Turcios, Fernando Halcón Ruiz, Romina Lardiés, Carolina Marcús, Horacio Petre, Leticia Paolantonio, Daniela Sanín Ángel, Pablo Tambuscio, Lucila Valentini, Víctor Vélez (Chubasco) yHernán Zaccaría

Lanzamiento de la revista en papel: miércoles 27/6, a las 20:00, en librería Fedro, Carlos Calvo 578, San Telmo.


[Contacto]

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FB: Redacción Casquivana
@rcasquivana

Buenos vecinos


Por Mariano Feijoo


Andy Carter
David había cumplido 42 años la semana anterior, ahora estaba sentado en el Bar Moldes, como casi todas las noches. A la tarde había llevado a su hijo Lucas al zoológico y lo había devuelto a la casa de dos plantas donde vivía con su madre, Lucía, la ex esposa de David, y el nuevo marido de esta, Andrés. David y Lucía se separaron después de tres años de casados, cuando Lucas tenía 2, de esto hacía ya cuatro años. Lucía volvió a casarse enseguida, apenas un año después de la separación. Había tenido una nena con Andrés y vivían los cuatro en una armonía que, David sabía, él no podía brindarle a su hijo. 

A David le gustan Lucía y Andrés, son buena gente y les va muy bien, así que está seguro de que Lucas no va a pasar ningún tipo de privaciones, ni económicas ni afectivas, y eso le da tranquilidad. A veces pasa las fiestas con ellos y otras se excusa diciendo que está invitado a la casa de algún amigo. Es mentira. Cena solo en su monoambiente y después de las 12 cae en lo de su ex para brindar. Siempre hay un regalito para el en el árbol. Cuando estaba recién separado llegó a considerar la posibilidad del suicidio. Su hijo tenía apenas dos años y todavía era muy chiquito para entender. Pero fue pasando el tiempo, el nene creció y ya a estas alturas no solo estaba acostumbrado a tener un padre, sino que estaba acostumbrado a que su padre sea el, así que David desechó -o postergó- el plan de pasarse al otro barrio. 

Y esta noche estaba ahí, donde casi siempre, sentado en la barra del Moldes. Pidió seis latas de cerveza para llevar y se despidió del barman. Sonó el teléfono y al colgar, Gaspar, uno de los mozos, le dijo que lo esperara...

- David, aguantame que voy para tu edificio, tengo un pedido de ahí...
Salieron a la calle, David con sus seis cervezas y Gaspar con otras seis...
- Viste que se separó Oasis?- Preguntó Gaspar
David no tenía la menor idea de lo que le estaba hablando...
- Parece que el mayor se cansó de los bardos del menor y lo dejó en banda... sin banda, mejor dicho... Es así, por ahí pensás que tus excesos te joden solo a vos, pero al final le rompes las bolas a todos y te quedás solapa...

David lo miró, no dijo nada, pero se quedó pensando en eso hasta llegar a la puerta del edificio. Mientras esperaban el ascensor, Gaspar seguía hablando de la banda de los hermanos, decía que pese a que ahora se separaron y los iba a extrañar, en realidad ya llevaba mucho tiempo extrañando a Oasis. Esto terminó de confundir a David, pero el no tenía idea de que era lo que escuchaban los pibes ahora y Gaspar tendría, por lo menos, veinte años menos que él... En un momento dado interrumpió el monólogo del mozo: 

- Quién te hizo el pedido?
- No se, una mina de tu piso, del derpa 510
- Se escuchaban voces atrás?
- No, solo música
- Dame las birras y tomá la plata

Gaspar lo miró...

- Dame las birras y andá, en serio...
- David, tomate esas seis y si después querés más te traigo...
- No es para eso salame, se las quiero entregar yo...

Bajaron en el quinto piso y Gaspar se quedó junto al ascensor. David golpeó la puerta del 510... Atendió una chica con la plata en la mano...

- Hola, soy tu vecino del 501, intercepté al mozo que venía para acá y te traje las cervezas...

La chica, Adriana se llamaba, lo miró extrañada...

- Y como estaba volviendo solo a casa y vos estás sola y somos vecinos, pensé que quizás podíamos conocernos y tomarnos una cerveza juntos... Qué opinás?

Adriana se tomó dos segundos para pensarlo y lo dejó entrar. Tenía 34 años y trabajaba en una tienda de ropa pero, a juzgar por el aspecto y lo equipado que estaba el departamento, o era la dueña de la tienda, o la bancaban los viejos o tenía algún ingreso no declarado. A David no le pareció ni linda ni fea, ni interesante ni aburrida, pero se sentía solísimo y por lo menos quería charlar con alguien antes de irse a dormir... Se tomaron las cervezas y alguna cosa mas que Adriana tenía en la alacena, y a eso de las seis de la mañana, para sorpresa de David, apuraron un polvo desprolijo en el sofá del living...

Cerca de las 10 -era domingo- David se despertó en el suelo del departamento y vio que la chica estaba en el sofá. Mientras se vestía se dio cuenta de que Adriana fingía dormir, cerraba los ojos con fuerza. Supuso que esperaría a que se fuera para pasarse a la cama, prender la tele o ir al baño, daba igual, no le importaba... Cuando ya se había puesto la ropa, agarró los zapatos, abrió y cerró la puerta del 510 y con una media sonrisa caminó en medias por el pasillo hasta la unidad 501, su unidad... Abrió y cerró la puerta, se desvistió otra vez y se fue a dormir. No se preguntó ni una vez si volvería a ver a su vecina ni se cuestionó nada de lo que había ocurrido la noche pasada. Todavía sonreía cuando se metió en la cama...

Linkoteca: Años luz, nueva editorial, nuevos libros


¿Qué es añosluz?

[añosluz] es un proyecto autosostenido que surge del intento de entender la literatura a partir de nuestro punto de vista, alejado de todo lo que se puede encontrar cuando se habla sobre las actuales propuestas editoriales.

añosluz es un lugar donde ninguno de nosotros ha estado hasta el momento. Es el punto en el que convergen diferentes ideas, puntos de vista y acciones cada vez que editamos un libro, apostando por lo que creemos conveniente a cada paso que damos.

Los que hacemos añosluz hemos trabajado previamente en la creación de espacios para el desarrollo de la literatura en relación con la crítica, la música y las artes plásticas.

añosluz surge del impedimento para realizar distintos proyectos en diferentes ámbitos y formatos (ya sea digital o material). Con el tiempo, las fuerzas se agruparon, alinearon y hoy salen al ruedo con el espíritu puesto en la edición de textos tanto en poesía como en narrativa, y queriendo ampliar la oferta al retomar lecturas en ensayo y traducciones en base a las necesidades e inquietudes de cada uno de sus integrantes.

Nuestro objetivo principal es dar a conocer autores nóveles de calidad, así como también buscar el factor X de la escritura en autores que ya han transitado el camino literario.

Intentaremos crear la vocación de ofrecer textos de calidad y de apostar por la literatura en la que creemos haciendo de cada libro que editemos un axioma de fe y de conocimiento.

Más allá de todas estas aclaraciones, la calidad de nuestros textos hablará por sí sola.

añosluz es un tríptico de encuentro, experiencia y construcción constante.


Juan Alberto Crasci, Florencia Piluso, Sebastián Realini.

[Contacto]
aniosluzeditorial@gmail.com



[Catálogo]

infancias, antología del III Festival 
de poesía en la escuela 
20x14cm., 66p.
Licenciado por Creative Commons.



para matar palomas
Vivian García Hermosi
17x13cm., 46p.
colección jardín de invierno
 Licenciado por Creative Commons.






























refracción
Javier Galarza
20x14cm., 76p.
colección tótem
Licenciado por Creative Commons.























Entre la ternura y el miedo


En Consideraciones acerca del animal doméstico, Gustavo Friedenberg y la compañía Contratiempo construyen una atractiva e inquietante mirada acerca de nuestras animalidades latentes.

por Cristian Franco

La cruel civilización de dos mujeres de clase alta venida a menos que tuvieron que deshacerse de su pequeña mascota; la fascinante barbarie de dos bestias humanas mutando hasta encontrar una precaria animalidad. En tan sólo dos actos simétricos y sutilmente entrelazados, Consideraciones acerca del animal doméstico —inspirada en la novela La loca 101, de Alicia Steimberg—  nos ofrece una notable reelaboración de la vieja dicotomía civilización/barbarie.
Una novela coreográfica en dos capítulos que son dos mitades; en cada capítulo-mitad, dos personajes que son mitades que dialogan, se complementan, se excluyen, se necesitan. En este juego todos están incompletos, solos, un poco rotos: con la voz y con el cuerpo intentan reunirse, juntar sus propios pedazos, anular el silencio, encontrar una forma; con la voz ocultan y revelan, con el cuerpo seducen y rechazan. La apuesta de Gustavo Friedenberg y el grupo Contratiempo logra un feliz resultado: la danza pone en escena las temblorosas fisuras de esos dos universos que se mantienen ajenos pero misteriosamente comunicados. Como espectadores nos tocará reconstruir los lazos que mantienen esa peligrosa unión. 
En “Té sin canela”, el primer acto-capítulo, Guadalupe Aramburu y Mariana Ferreiro construyen en escena un retorcido monólogo a dos voces: debatiéndose entre el callar y el decir, una voz y su sombra desfigurada rememoran las razones de un crimen en apariencia banal, pero definitivo. Del otro lado, en el segundo acto, apenas ahí afuera, en los tejados y en la noche, las criaturas de “Siete vidas”, Gabriel Vaudagna y Débora Longobardi, materializan las sutiles transformaciones noctámbulas de la animalidad deseante.
Una escenografía reducida a lo imprescindible, luces que transforman el espacio y el tiempo, una música por momentos hipnótica que construye la delicada superficie sobre la que los cuerpos hilvanarán su relato: todo conspira y se conjura impecablemente para sumergirnos en ese mundo dividido.  Pero, sin dudas, lo primordial, lo irremplazable siguen siendo las deliciosas interpretaciones: ajustadas, provocativas, cautivantes, nos entregan personajes atravesados por una corporalidad animal, arcaica, actores en duetos delicados y feroces que vuelven a recordarnos que lo esencial del teatro son las metamorfosis de la carne atravesada por la palabra. 

Tensa, vertiginosa, salpicada de un humor corrosivo, sostenida sobre un lenguaje —corporal y verbal— equívoco pero contundente, Consideraciones acerca del animal doméstico explora la belleza siniestra, la suave amenaza que se oculta detrás de la aparente banalidad de nuestra relación con las mascotas. Oscilando entre lo extraño y lo familiar, lo cotidiano y lo fantástico, los dos capítulos-actos de esta novela danzante nos dejan partidos entre la ternura y el miedo. A buena distancia de los lugares comunes, nos ofrecen el riesgoso deleite de asistir a una experiencia teatral diferente.




[Ficha técnico-artística]

Dirección general y coreográfica: Gustavo Friedenberg
Intérpretes: Mariana Ferreiro, Guadalupe Aramburu, Débora Longobardi y Gabriel Vaudagna
Música y banda sonora: Federico Estévez
Escenografía y vestuario: Paula Molina
Iluminación: Ricardo Sica
Prensa: Flavia Salvatierra
Producción: Compañía Contratiempo




[Funciones]

Jueves - 22:00 hs
TEATRO DEL ABASTO
Humahuaca 3549
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4865-0014
Entrada: $50


Artes Visuales: F.E.A.R y la furia del color


El artista santafecino Martín Lapalma hace del color un manifiesto, de sus personajes e inscripciones, un ataque a la pasividad.

Por Escrituras Indie

El 14 de Junio, Matienschön, el espacio de arte del Club Cultural Matienzo, inaugura F.E.A.R, la muestra del pintor autodidacta Martín Lapalma. Al indagar sobre la serie lo primero que surge como dato revelador es el titulo, que en castellano significa “miedo”. Aunque es una sigla popularizada por un videojuego de tiros, sangre, violencia y esas cosas que tanto animan a nuestra generación. Al ver los trabajos de este artista, es imposible, como espectador, permanecer impávido ante la furia del color y la expresividad de los trazos. Hay algo de violencia y misticismo, que el lenguaje visual resignifica en cada inscripción y en cada personaje. Lo externo aparece subjetivado en una lengua propia. Se trata de la primera producción del artista, tras su llegada a Buenos Aires en el año 2009.

Esta serie revela el vértigo de quién  llega a una Buenos Aires nueva, que guarda en sus recovecos toda la mística de los años tangueros. Una mezcla de barrio, jazz y desorden urbano. La melodía del tráfico enfatiza los pensamientos y el desarraigo del recienvenido. El miedo, los miedos, frente a lo nuevo: el nido perfecto para creación artística.

La expresión gestual, lo condensado, la saturación, la lucha por el espacio, los personajes que conviven amenazantes, erguidos y recortados por líneas negras punzantes, en ocasiones trazadas por una docilidad infantil y los fondos que no soportan la presión y se desintegran detrás de sonrisas inquietantes, hacen de esta producción, una invitación a explorar nuestros propios miedos.

Martín Lapalma pinta engendros que parecen atados a una reacción inevitable, a sensaciones y reflexiones urgentes, y a estados de ánimo cambiantes. Son personajes metabolizados por el ánima del artista, que son devueltos y escupidos sobre la realidad del lienzo. Un ataque  contra de la pasividad que el miedo supone. La expresividad en su estado más visceral.


[Sobre la muestra]

Inaugura el jueves 14 de junio a las 21 hs.

Se puede visitar de miércoles a domingo de 21 a 3am y viernes de 22h30 a 3am hasta el 30 de junio.

Matienzo 2424 y Av. Cabildo al 300, Buenos Aires.

Entrada libre y gratuita.

http://clubculturalmatienzo.blogspot.com.ar/
http://matienschon.blogspot.com.ar/

Poesía: Belisario Sangiorgio


Budi Satria Kwan




[Arado]

Soplo de viento en la peste
de cabellos que se liberan.
Soplo de álamos en la llanura
de las relaciones diurnas y sexuales.
Movimiento perpetuo en el túnel
que dibujaron sobre mi muñeca.
Temblor intransigente en las luces
que tardan en posicionar las pizcas de liebre.
Soplo de noche en la tranquera
del paso nivel al infierno.
Soplo de arrayanes en la costa
transparente hacia los fuegos.
Alguna quietud no muy evidente
ha dado vida a la abulia.
Si alguien hubiese identificado el arado
cortando las nubes

ninguno de nosotros
dormiría hoy aquí.



[Andar]

Quizás la suerte se adelante maldiciendo
al aventurero.
La vida de los pecados cometidos
no contempla los dolos de esta noche.
Quizás todo este programado para que los fondos de este callejón
desnuden lo que en realidad vinimos a hacer. 
Contraproducente es la mentira
sin ropa.

Mentira es la satisfacción
de haber encontrado el sendero. 
El Sendero es la tumba.  


[Sordo]
Como el destino de aquella mosca
pende de mi voluntad tu araña.
Dos ronchas permanentes son 
entre el pubis y la panza.
Comienza el veneno a deambular 
por los circuitos de la noche impoluta.

Como el destino de aquella mosca
pende una certeza de tus pechos.
Las picaduras jalan estas piernas
desde la puerta enrejada.
Dios mediante los soles siguen la creciente.
Interceden en la aparición de anotaciones, que llevan días extraviadas.
Negra arenilla de barro con la lluvia eterna
los ríos se hacen en la calle, la mugre, el pie, del cerro.
Dos cascos transparentes,
por la ignorancia generalizada,  por sus vacíos de hambre.

Pende de la necesidad, esta deuda:
tu carga con culpa. 


Un canto a los gritos: Mujeres e independencia.


Se entrenó "Divorciadas, Evangélicas y Vegetarianas", una obra que aborda, con un humor grotesco, la temática de la lucha de género y la búsqueda del amor propio. 

Por Lucía Cholakian

En la tarde del domingo pasado se estrenó la obra “Divorciadas, Evangélicas y Vegetarianas” en el teatro Liberarte. Pablo Goldberg brinda una desopilante puesta del famoso texto de Gustavo Ott, reconocido escritor venezolano, que fue un éxito en el Teatro Comercial de España y ahora se presenta por primera vez en la escena off porteña.
La historia nos presenta a Beatriz, una mujer divorciada y frustrada que se dispone a terminar con su existencia en las vías del tren. En ese preciso momento entra a escena Gloria irrumpiendo en la estación, completamente desquiciada por la traición de su novio, hombre casado que disponía de ella a su gusto. Ambas congenian inmediatamente y crean un lazo de complicidad. Beatriz en su angustia y Gloria en su enojo –que oculta inseguridad-, se unen para enfrentar los fantasmas de un pasado amoroso que las atormenta.
A esta historia se suma el personaje de Meche, una fanática evangelista que trabaja de acomodadora en un cine donde se proyectan películas eróticas. La fusión de los tres personajes deriva en un humor absolutamente grotesco, e incluso a veces ácido, en el cual las tres perspectivas tan marcadas confluyen para crear  situaciones bizarras y por momentos extremas. El encuentro de ellas parecería llegar en el momento justo. Las actuaciones de Florencia Jacoby, Milena Lainez y Mariana Tortora están determinadas por una estabilidad admirable, producto de un arduo trabajo e investigación del texto. 
Acompañadas por canciones de los Beatles, Meche, Gloria y Beatriz gritan, lloran y discuten su vida a través de las tres escenas que la obra propone. Sexualidad, dolor, deseos, sueños frustrados y triunfos se hacen presentes de una manera muy femenina: con los sentimientos a flor de piel, desbordados por emociones alocadas y pasionales. Se abordan con mucha certeza temáticas como  la lucha de género: el hombre, omnipotente, se presenta como un personaje invisible, que está presente en el eco de cada diálogo, de cada acción y cada escena. En respuesta a eso surge la desesperación de estas mujeres que sienten claustrofobia de su propio cuerpo. Ellas se amparan en sus amigas, escapando de  un diálogo tormentoso con quienes no las escuchan.
 Gloria, con moretones en los brazos. Meche, condenada a una religión en la que no cree, a la cual pertenecía su marido fallecido. Un eterno matrimonio con un Jesús que parece no corresponderle. Y Beatriz, divorciada de un hombre del cual tuvo que escapar para responder de una vez por todas a sus pulsiones interiores. Sus cuerpos condenados a voluntades que no son las suyas, deciden sublevarse, liberarse al fin de aquel machismo que las agobiaba.
Una puesta muy prolija, respetuosa del texto, con un humor desenfrenado. Esta comedia nos invita a introducirnos en lugares oscuros para después salir y redescubrirlo todo más iluminado. Un programa acertado para un domingo a la tarde.


[Ficha técnico-artística]
Autor: Gustavo Ott
Dirección: Pablo Goldberg.
Elenco: Milena Lainez, Florencia Jacoby y Mariana Tortora.

[Funciones]
Domingos a las 19:30hs.
Teatro: Liberarte Bodega Cultural.
Av. Corrientes  1555, Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Reservas: 4375-2341. Costo de entrada: $50.
 

Algún día me casaré con ella

Por Pablo Cristín


Brooke Weeber
Y sin embargo, ahí estaba de nuevo, como cada día múltiplo de cinco de cada mes. La sonrisa en la cara como gesto imborrable de la perseverancia absurda que corría por mis entrañas. El cielo esperando el momento justo para dar su mejor golpe y caerse a pedazos sobre mí. La niebla acumulándose para avisar que la madrugada estaba cerca y que el amanecer venía, imposible de detener. Las calles vacías, silenciosas, guardando los secretos de la noche que pasó. Y ahí estaba yo, frente a su casa. Frente a esa puerta de madera horrible que un tiempo atrás me daba la bienvenida. ¿Tocaría el timbre y me enfrentaría de nuevo a ella, o dejaría pasar la oportunidad? La última oportunidad.

Se me venían recuerdos a la cabeza. La primera vez que te vi corriendo furiosa a las palomas de la plaza. Cuando te caíste sobre ese charco de barro y no te importó. Cuando tu pelo largo y arruinado por el sol te tapaba la cara mientras andabas loca en bicicleta. Cuando por fin te decidiste. Y cuando te dije lo que sentía. Cuando escupí lo que sentía. Cuando TE GRITÉ lo que sentía. Cuando todo se desmoronó.

Y ahí estaba yo, de nuevo, como Romeo frente al balcón de Julieta, aprovechando su última oportunidad antes de tomar el veneno. Y las gotas empezaban a bajar. Abrí el paraguas, inmóvil, en el mismo lugar. Mirando la puerta. ¡Qué absurdo! Tenía la mirilla tapada, la madera húmeda, casi podrida, el picaporte oxidado... no quería pensar en lo que vine a hacer.

Mientras escuchaba las primeras gotas resbalar por el paraguas, seguía recordando todas las veces que estuve parado en esta misma vereda, cada cinco días, desde hace ya un año y medio. Gracias a eso perdí mi trabajo. Total, sin ella ya no tenía nada que perder. Y ahí estaba yo, cada día múltiplo de cinco en tu puerta. Tu puerta horrible, descascarada e inmóvil, como queriendo negarme la entrada con prejuicios. Esa maldita puerta, ¡Cómo la odiaba! y pensar que te di toda mi plata, aunque no la querías.

Y ahí estaba yo, atado a mi grillete de recuerdos, tan sufridos que ni el Polaco hubiera podido, con su voz, representar tanta agonía. Esperando que el cielo termine de caer, como cayó aquella vez esa maceta de tu balcón, un día múltiplo de cinco, que dejó mi cabeza casi aplastada. O ese otro día múltiplo de cinco que llamaste a la policía. O ese otro día, también múltiplo de cinco, cuando saliste a los gritos y yo sólo quería hablar.

Y ahí estaba yo. Y esa puerta inconsciente seguía sin moverse. ¡Claro! Yo aún no había hecho nada. La lluvia empezaba a mojarme las medias, yo, estupefacto, miraba la fachada de tu casa sin saber qué hacer. Ya estaba ahí, había caminado tres kilómetros, gastado mis últimos billetes en una cena que me dejó con hambre y ahí estaba yo otra vez. Sin nada que perder.

Sin pensarlo, grité tu nombre. Volví a gritarlo. Otra vez, y otra vez. Cada repetición mucho más fuerte que la que la precedía. Tu ventana estaba alta, pero aún así pude ver que la luz se prendía. Tu silueta, que puedo reconocer aún en las más complicadas circunstancias, se definía muy bien en el contraluz de las cortinas. Caminabas de un lado a otro. De repente, veo que tu silueta se acerca a las cortinas con paso ligero. La tela empezó a tambalear en una forma violenta y vi, casi inmóvil, cómo salía de ella una plancha. Pude notar todo. Como la plancha, totalmente ausente de sentido y de moral, caía sobre mí. Sin poder reaccionar, me vi a merced del artefacto, que impactó sobre mi brazo izquierdo y luego se perdió en la calle y en la lluvia.

Ahí entendí que todo había sido en vano. Al menos esta noche. La plata perdida, el desempleo, las visitas al hospital, las quemaduras, las heridas, las fianzas, el desencuentro, tus manos marcadas en mi cara, tus padres y tu estúpida puerta.

"Algún día me casaré con ella", dije, mientras el cielo por fin se caía a pedazos.

Cerré el paraguas y me fui caminando a casa.


[Sobre el autor]

Pablo Cristín (Alias Pablix Pebablds) es Licenciado en Diseño Gráfico Multimedial y Desarrollador Web, de Ituzaingó, Buenos Aires, Argentina. Nació en Abril de 1987 y actualmente escribe en el blog: Parado en el Abismo, que cuenta con pequeñas publicaciones que son distribuidas en forma gratuita en la vía pública, mezclándose con el paisaje urbano para que la gente las encuentre de forma inesperada.

[Contacto] 
http://www.paradoenelabismo.com.ar