Jonas Carping, cantautor sueco, sorprende con Underground, el EP adelanto de su primer disco solista.
Por Joel Vargas
Las canciones de Carping son como pequeños sorbos de un buen whisky añejo. Tienen melodías que saben a madera noble y que remiten a esos guerreros legendarios del folk. Las letras parecieran escritas después de recibir una golpiza en el alma. Si no, vean como le quedó la cara a Jonas en la portada del disco. Ahí está él, sobre fondo blanco: un vikingo sueco con el ojo morado, dispuesto a atestiguar sus vivencias, como buen crooner de amores salvajes.
El tema que le da nombre al EP es, quizás, una de las más hermosas canciones que han sido compuestas en lo que va de este año. Los rasguidos son simples pero encantadores, junto a los arreglos de cello y violín terminan por encender el ruego: “don’t leave me underground”.
Underground sigue con “Sideways” que profundiza la senda folkie introspectiva, luego llega “Whatever Nevermind” en donde una harmónica tímida marca la atmósfera del track. El álbum cierra con una versión despojada de “Märk Hur Vår Skugga” de Carl Michael Bellman, un importante trovador y poeta sueco. Encontrarte con la música de Jonas Carping, es como irte a acostar en llamas por la noche y al día siguiente, querer contarle a todo el mundo sobre tu nuevo descubrimiento.
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