Hace algunos días Discos Laptra habilitó la descarga libre del último disco de Mi Pequeña Muerte. Con esa excusa, repasamos uno de los mejores discos del 2012.
Por Claudio Kobelt
La voz de Julián Perla, suave y profunda, emociona llevando esas letras de desamor a su punto más alto de interpretación, dándole un poder infinito, un vuelo de magia y misterio a esas tonadas desbordantes de melancolía. La antes mencionada “Fuera de la anestesia”, la balada “Hasta desaparecer”, “Volver siendo un guerrero”, momentos épicos de un cantante brillante y un letrista infalible, dueño de una crudeza dulce, de una poesía intensa.
“Vas a sentir mi amor como una cicatriz” se escucha en “Buenas Compañías” y la imagen, fuerte y sincera, se hace carne en la memoria. El sonido es conmovedor. La atmósfera se espesa ante esas guitarras climáticas, brutales.
“El Medico” saca el lado más salvaje: baile y pogo, pero sin dejar de remitir a la nostalgia. Sensación que se confirma y potencia en "Las huellas2, la ultima canción: “y reconocí cada huella que hay de vos dentro de mi” dice. El corazón no saldrá ileso de esta descarga.
Cuando lo volví a escuchar, con la excusa de un nuevo análisis, recordé que en aquel momento del lanzamiento puse el disco en “repeat all”, y quedó sonando así en infinito, en un loop imparable por varias horas. Ahora me volvió a pasar lo mismo. Las canciones se encadenan perfectamente una a otra, creando un mundo que abraza y contiene lo mismo que relata.
“Y cuando te vayas te daré recuerdos” reza el track final. EL Triunfo de la paz deja recuerdos calientes como brasas, canciones eternas para la saudade infinita.
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